(credito al autor de la foto) El Convento de San Francisco es un lugar lleno de historia y misticismo que invita a sumergirse en el pasado colonial. Su arquitectura, sobria y elegante, es solo el comienzo de una experiencia que cautiva por su autenticidad. Durante la visita, los guías brindan una detallada explicación sobre cada uno de los elementos que componen este monumento, haciendo que el recorrido sea tan educativo como fascinante. Entre las maravillas del convento, destacan sus pinturas de una belleza única, aunque algo tétricas, que nos transportan a la época en la que fueron creadas, reflejando no solo el arte religioso, sino también las creencias de un tiempo.

Uno de los aspectos más llamativos de este lugar es la historia que se esconde detrás de sus muros. La figura de San Francisco y la orden de los franciscanos se entrelazan con las historias de los primeros pobladores de la región, lo que añade una capa más de riqueza cultural al recorrido. La presencia de estas historias se siente en cada rincón, como si el espíritu de los antiguos monjes aún residiera en el convento.

Sin embargo, lo más intrigante de este lugar son sus catacumbas. Este espacio subterráneo no solo es impresionante por su atmósfera solemne, sino también por las huellas que dejaron quienes descansan allí. Es curioso saber que la jerarquía entre los enterrados se definía por el nivel de donación a la iglesia: aquellos que aportaban más dinero podían ser enterrados más cerca de la imagen de su santo, ubicada en la iglesia superior. Esta particularidad le otorga al lugar un aire de misterio y reflexión sobre las costumbres de la época.

Visitar el Convento de San Francisco es, sin duda, una experiencia inolvidable. Cada pasillo, cada pintura, y cada historia compartida por los guías nos invita a reflexionar sobre el pasado, sobre lo divino y lo terrenal, en un ambiente que mantiene viva la memoria de aquellos que lo habitaron.

The Convent of San Francisco is a place full of history and mysticism that invites you to immerse yourself in the colonial past. Its sober and elegant architecture is only the beginning of an experience that captivates with its authenticity. During the visit, the guides provide a detailed explanation of each of the elements that make up this monument, making the tour as educational as it is fascinating. Among the wonders of the convent, its uniquely beautiful, although somewhat gloomy, paintings stand out, transporting us to the time in which they were created, reflecting not only religious art, but also the beliefs of a time. One of the most striking aspects of this place is the history hidden behind its walls. The figure of San Francisco and the Franciscan order are intertwined with the stories of the first settlers in the region, which adds another layer of cultural richness to the tour. The presence of these stories is felt in every corner, as if the spirit of the ancient monks still resided in the convent. However, the most intriguing thing about this place is its catacombs. This underground space is not only impressive for its solemn atmosphere, but also for the traces left by those who rest there. It is curious to know that the hierarchy among those buried was defined by the level of donation to the church: those who gave more money could be buried closer to the image of their saint, located in the upper church. This peculiarity gives the place an air of mystery and reflection on the customs of the time.Visiting the Convent of San Francisco is, without a doubt, an unforgettable experience. Each hallway, each painting, and each story shared by the guides invites us to reflect on the past, on the divine and the earthly, in an environment that keeps alive the memory of those who lived there.