Si quieres conocer algo más, continua con la lectura: el origen del convento de San Leandro se remonta "casi al tiempo de San Fernando". Las noticias documentales dan constancia de la existencia de un monasterio de agustinas en Sevilla durante el reinado de Fernando IV (1295-1312), puesto que este rey recibió al monasterio bajo su patrocinio por cartas plomadas fechables el 15 de agosto y 8 de noviembre de 1309. Este primer establecimiento estuvo en el paraje conocido en la época como "Degolladero de los Cristianos", extramuros de la ciudad, por la Puerta de Córdoba, aproximadamente donde luego se estableció el Convento de Capuchinos. Las monjas no estaban satisfechas con el lugar, alejado de la ciudad y blanco de frecuentes pillajes y asaltos de ladrones y maleantes. Las monjas terminaron por abandonar el convento; el rey Fernando IV, enterado de ello, rogó a la Abadesa Dª Lorenza que permaneciera allí y para convencerla lanzó drásticas proclamas dirigidas a los que atentasen contra la comunidad. Estas acciones reales no sirvieron de nada y los abusos contra el convento siguieron produciéndose. Por fin en 1367 el rey Pedro I de Castilla emitió una Real Licencia para que la comunidad de agustinas pudiera trasladarse intramuros de la ciudad, concretamente a la collación de San Marcos, a una de la calle de los Melgarejos. Aquí se inició rápidamente la vida conventual, aunque el espacio disponible presentaba problemas insolubles. Consciente el rey de tales dificultades ofreció a la abadesa unas casas junto a la antigua parroquia de San Ildefonso. Esta cesión tuvo lugar en 1369. La extensión del conjunto de casas era considerable y muy pronto edificaron una iglesia. Los trabajos de ésta iniciados en 1369, así como la adpatación del caserío a fines conventuales, terminaron en 1377. A partir de entonces el convento se vió favorecido por multitud de mercedes otorgadas por la realeza. A fines del siglo XVI conoce el convento un momento de auge que se plasma en las obra de remodelación del convento y la elevación de una nueva iglesia. Las obras continuaron a comienzos del siglo XVII con la decoración de la iglesia y otras dependencias principales del convento. A mediados del siglo XVIII se registra una nueva renovación en el convento y sobre todo en su iglesia, dotándola de un nuevo retablo barroco. El siglo XIX marca para el convento de San Leandro una fase de franca decadencia. Sin embargo, a pesar de los graves acontecimientos políticos y revolucionarios, el establecimiento conventual siguió adelante manteniéndose con las exiguas dotaciones del Arzobispado y, sobre todo, con la venta de las famosas "yemas de San Leandro". Si te gustado, Por favor, Dale un Like, Gracias. Fuentes IAPH, Sevilla-pedia, Visitar Sevilla y...
Read moreVery unique experience to buy cake from window where you don't even see the seller and also seller does not see customer. For me cake (yamas - mixture of lemon juice, egg yolk and lot of sugar) was too sweet however not bad at all. But the buying experience is why we did it. And it's worth that. They (nuns) inside the monastery sell juat the cakes for 4 centuries. Basically you place your money (the amount depends on what you want, there is a menu with prices, not sure but probsbly you need to have exact amount) on the counter, turn it around and wait a bit. After very short time the counter will turn again and you find your sweet order inside the bag. You just hear the voice of nun...
Read moreAug 2020: We stayed 5 nights in Seville and this was one of many highlights and very special places to come! A hidden gem, famous, and delicious. A must visit to anyone travelling to Seville. The nuns at Convento de San Leandro in Seville have sold just one item for more than four centuries: Yemas de San Leandro. These beautiful desserts/sweets are made from egg yolk, lemon juice and sugar. Yemas de San Leandro. When you enter the foyer, you’ll notice a revolving tray embedded in a wooden door. Reference the price list, then place the appropriate amount of money on the tray and rotate it behind the wall. A few moments later, a box of wrapped yemas should appear in its place. WATCH...
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