La verdad una porquería… Es verdad que los arroces son para 2 que coman bien o 3 que coman justo. Pero me parecieron muy feos los platos, completamente insulsos. Pedimos la paella, arroz negro y los ravioles de cordero… El arroz negro literalmente no tenia gusto a NADA, era arroz doble carolina con tinta y paren de contar. La paella no tenia azafrán, nose si era cúrcuma o colorante pero el color y sabor 🤢 No me sirve de nada que las porciones sean “abundantes” si no tienen sabor. Ni hablar de los precios de los platos. La atención no tiene nada positivo para destacar, inclusive mereció que para la cantidad de gente que había no se justifica el tiempo de demora… entre la entrada y los principales tardaron sin exagerar 1 HORA Llegamos a las 9:15 y recién nos trajeron los platos a las 10:30. Para la entrada demoraron casi 25 minutos (me parece razonable) Había gente que había llegado después que nosotros y comió antes. Tuvimos que acudir al mozo para consultar si se habían olvidado de nuestro pedido, recién cuando le dijimos que aun no habíamos comido nos trajeron la comida (para mi se habían olvidado) Los postres una porquería, la natilla tenia grumitos, poco caramelo y muy poco sabor. Pudieron también la torta vasca… una masa de manteca seca con crema pastelera seca y una bocha de helado medio pelo. Les recomiendo que la plata la cuenten enfrente del cliente, no te llevas la plata y la contas a parte. Ya que si hay un error en el pago se ve ahí, nosotros elegimos no dejar propina ya que nos fuimos enojados del restaurante, pero al parecer al momento de pagar cometimos un error y nos faltaban 400$. Yo tengo mis dudas de que nos haya faltado ese dinero, porque cuando pagamos Según nosotros Quedaban a favor… pero bueno, como se llevaron la plata no tenemos manera de saber si fue nuestro error o no. El mozo literalmente nos salió a correr diciendo que nos faltaban 1.000$… cuando enfrente nuestro al contarlo faltaban 400$. Una lastima como se deterioró este lugar voy desde que soy chica, antes era un lujaso. No voy mas. Les dejo foto del ticket como para que se den una idea de...
Read moreWe went late last Friday night, no wait, one could smell the cooking on the wide staircase leading up the first floor restaurant. The place obviously has some history within its walls. Wines are shown on different racks around the entrance. Soon after seating our waiter brought us the bread basket with some savory side dishes to wet our already wetted appetite. The staff seems very professional and knowledgeable. We had the best seafood cazuela ever together with some nice cabernet franc and the typical house basque dessert. Prices were quite reasonable and surely will return to try...
Read more30° Edición del Segmento colectividades, hoy: País Vasco.
⚽ 7° Edición del Segmento 'Restaurantes de Clubes', hoy: Restaurante del Centro Vasco Francés.
En pleno barrio de Monserrat, sobre la calle Moreno, se esconde una joya gastronómica que conjuga historia, elegancia y sabores del mar. El restaurante del Centro Vasco Francés funciona en el primer piso de la sede social de esta institución fundada en 1804, y es uno de esos lugares que sorprenden por su ambiente amplio, tranquilo y refinado, con una atención cálida, profesional y absolutamente personalizada.
La experiencia arranca con un tentempié que ya anticipa lo que vendrá: cocktail de vino blanco semillón con jengibre y flor de sauco, acompañado por delicados calamares en escabeche. Como entrada, la trilogía de ostiones rebozados, gambas al ajillo y mejillones a la provenzal, con salsa tártara de alcaparras, resulta una celebración de texturas y sabores marinos. Todo perfectamente acompañado por un torrontés salteño de bodega Piattelli.
Los principales mantuvieron la vara alta: abadejo con salsa crema de camarones y lenguado con salsa de puerros, ambos con arroz azafranado, donde se nota la calidad del producto y la mano experta en la cocina. De postre, la suavidad de una natilla tradicional y la contundencia del pastel vasco cerraron con broche de oro una velada inolvidable. Y como no podía faltar, el limoncello selló la despedida.
Una experiencia elegante y sabrosa en el corazón de Buenos Aires, ideal para quienes buscan pescados y mariscos preparados con oficio, en un entorno que respira historia.
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