Omakase Experience at Mitikah, Mexico City
If you're looking for an exceptional lunch in Mexico City, the omakase experience at this Mitikah spot is a must-try. Offering a variety of thoughtfully crafted dishes, it's the perfect opportunity to explore Japanese cuisine in a personalized way.
One standout from the menu was the nigiri de huachinango—a simple yet elegant dish that highlighted the freshness of the red snapper without the need for overcomplicated seasonings. Each bite was clean, flavorful, and perfectly balanced.
The attention to detail and the chef’s selection make this place ideal for food enthusiasts seeking something beyond the ordinary. Highly recommended if you're in the area and want to enjoy a refined and unique dining experience!
Visit the bar and ask for Cristian, you...
Read moreCelebrar una ocasión especial en Hotaru es entregarse a una experiencia cuidadosamente coreografiada, donde el respeto por la tradición japonesa se entrelaza con una atención al detalle digna de los más altos estándares de hospitalidad. Con motivo del cumpleaños de mi esposa, acudimos por primera vez a este espacio, y desde el primer momento quedó claro que estábamos por vivir algo excepcional.
Al llegar, nos recibieron con una sugerencia que marcó el tono de la jornada: para quienes visitan por primera vez, la barra es la mejor manera de apreciar plenamente la experiencia. Aceptamos, y no podríamos estar más agradecidos por esa elección. Desde ahí, comenzó un recorrido sensorial guiado con sobriedad y precisión por el chef Carlos Alberto, cuya presencia y conocimiento elevaron cada momento.
Durante la comida —no una cena, y vale la pena subrayarlo, pues el restaurante logra crear una atmósfera especial a plena luz del día— comenzamos con gyosas perfectamente equilibradas, acompañadas por cocteles que armonizaban sin protagonismos. Cada tiempo fue construido con intención, desembocando en una degustación de nigiris elaborados al momento, cada uno acompañado de una explicación que revelaba tanto técnica como sensibilidad culinaria.
El cierre, cuidado y emocional, llegó con una fotografía personalizada conmemorando el cumpleaños, acompañada por un pastel de cortesía, gesto que sintetizó con elegancia la filosofía del lugar: excelencia sin pretensión, sofisticación con calidez.
Hotaru no es solo un restaurante, es una ceremonia contemporánea que honra el ritual japonés y lo adapta con maestría para el paladar mexicano. Para quienes buscan algo verdaderamente memorable, esta experiencia es no solo recomendable, sino...
Read moreSoy cliente habitual de Hotaru y vivo en la zona. He gastado en más de una ocasión entre $250 y $300 USD en una sola visita —no sólo por gusto, sino porque en sus inicios, Hotaru ofrecía una propuesta gastronómica que valía cada peso: variedad, frescura y una ejecución que apuntaba a lo alto.
Sin embargo, he notado con decepción que han reducido significativamente la oferta de nigiris, y cuando pregunté por qué, la respuesta fue: “la gente no lo pide”.
Entiendo la lógica operativa —el pescado fresco cuesta, y lo que no rota, se pierde. Pero esa lógica, si se convierte en política, es el camino más directo hacia la mediocridad. Y lo peor es que es un camino muy conocido en esta ciudad. En Ciudad de México sobran los restaurantes de sushi que empezaron con ambición y terminaron siendo irrelevantes, indistinguibles, invisibles.
Hotaru tiene todo para no caer en esa trampa: ubicación privilegiada, un público con poder adquisitivo, y un concepto que ya apunta al segmento alto. ¿Por qué no capitalizar eso? ¿Por qué conformarse con lo que el cliente promedio ya conoce, en lugar de educar, inspirar y elevar la experiencia?
En una ciudad de 20 millones de personas, claro que no todos pueden pagar $5,000 pesos por cena. Pero hay un mercado en movimiento, curioso, dispuesto a pagar —si se le ofrece algo que lo valga. Y ese público no quiere más de lo mismo.
Dejarse llevar por la inercia del “esto es lo que vende” es la receta perfecta para volverse invisible. Espero que no sea el...
Read more