En una ciudad donde abundan los intentos por reinterpretar la cocina tradicional, Xilote destaca por hacer justo lo contrario: volver al origen sin dejar de mirar al presente. Con un menú breve, enfocado en ingredientes de temporada y técnicas heredadas, este restaurante oaxaqueño demuestra que la complejidad puede habitar en la simplicidad, si hay conocimiento y respeto detrás de cada preparación.
El servicio es otro de sus grandes aciertos. Desde la entrada, el equipo de Xilote recibe con calidez genuina y un conocimiento profundo de la carta. Cada platillo es presentado con contexto: de dónde viene el maíz, quién cultiva los quelites, o cómo se ahúma un mole como se hacía hace generaciones. La atención es cercana, sin pretensiones, pero impecablemente profesional.
El mole negro oaxaqueño que baña unos crujientes tacos de pollo al orégano, es sin duda una de las joyas imperdibles de este lugar. Las entomatadas con tasajo son un verdadero abrazo al paladar. Sencillo, honesto y delicioso.
A esto se suma un detalle poco común en restaurantes de esta calidad: los precios son notablemente accesibles. La experiencia en Xilote tiene el sabor y el cuidado de una cocina de alto nivel, pero sin los excesos en la cuenta. Comer bien aquí no sólo es posible, es justo.
La carta de bebidas complementa bien la propuesta, con una selección curada de mezcales artesanales, aguas frescas, y algunos cocteles que no opacan, sino acompañan.
Xilote es una celebración serena de la cocina oaxaqueña, pensada más para el que desea entender el alma de un platillo que para quien busca fotos para redes sociales. Aquí no hay trucos: hay maíz, hay historia, y hay mucho amor...
Read moreLlegué a este lugar por el interiorismo y la propuesta gastronómica y me quedé satisfecho tanto visualmente como con el paladar.
Para empezar, me gustó la configuración del espacio, el hecho de que haya dos grandes mesas posicionadas al centro del local, permite que todos coman junto a todos y aunque a veces las personas se resistan, existe el espacio compartido.
La comida resultó bastante rica, empecé con el caldo se frijol y vaya que me recordó a Oaxaca, los tacos dorados de pollo con orégano bañados en mole son una delicia, tienen que probarlos. También el taco de chile de agua está muy bueno, ya extrañaba su sabor. Probé la nieve de jamaica y qué refrescante es, si se asemeja al sabor de las nieves de garrafa de Oaxaca. Lo que tampoco debe faltar es el chocolate de agua, hasta me pedí dos vasos. Tienen variedad de salsas, todas buenas, y si comen mucho picante como yo, tienen una salsa más que pueden pedir.
El servicio es bueno y aunque podría mejorar, las recomendaciones qué me hicieron sobre la comida a probar, fueron bastante acertadas.
Me gustaría que hubiera la posibilidad de pedir medias ordenes, para alguien que le gusta probar un poco de todo como yo, me quedé con ganas de varios platillos, pero ya regresaré...
Read moreVine porque vi la publicación en Internet, desde que llegue se me hizo pésima la zona, no es Polanco es dentro de la colonia Granada qué no es nada bonita esa zona. La comida No tiene nada de sabor Oaxaqueño, no se porque se promocionan así. Es comida con sabor como una fonda común y corriente. Tardaron en el servicio en traerme unas simples tortillas y la comida ya se me había enfriado. Lastima, pensé haber descubierto un buen lugar y no fue así. Cuando fui estuvo vacío el restaurante todo el tiempo. Tampoco pretendas estasr mucho tiempo, los asientos son bancas sin respaldo y en determinado momento ya estas cansado de estar con la espalda...
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