I recently dined at Bella Ciao and left extremely disappointed. The experience was underwhelming from start to finish. I ordered a pepperoni pizza, but unfortunately, 80% of it was inedible. The base was undercooked with raw dough, and the toppings were far from authentic. It seemed to be a beef substitute, which didn’t taste good either. Essentially, I was left with just the crust and some fries, which meant I left the restaurant still hungry and needing to find food elsewhere.
To make matters worse, the dining atmosphere was uncomfortable. During our visit, a delivery was being made, so people were constantly walking past our table carrying boxes. This felt awkward and disrupted any chance of a pleasant meal. There was no cutlery provided, and the drinks menu was incredibly limited to just soda and Heineken so hardly an inspiring selection.
Overall, the combination of poor food quality, lack of ambiance, and minimal service makes Bella Ciao a place I cannot recommend. It’s simply not...
Read moreREAD BEFORE YOU GO: First of all, this is hardly an actual restaurant, more of a fast food stand, with few tables, no cutlery and no glasses, yet the prices would suggest that you're eating gourmet pizza in the middle of Italy. And that is definitely not the case. Not only because this restaurant is, of course, in Amsterdam, but also because the pizza is anything but gourmet.
The standard pizza is already small in its own right, but when you also add the incredibly thick crust, you're left with almost no topping. And the topping that is left is made up of cheap, rubbery cheese and 'prosciutto' that is in reality just regular smoked ham and probably constitutes false advertising.
To be completely fair, the pizza is edible, just a big let down from what the reviews will have you believe. This restaurant probably deserves somewhere around 3 stars, but I'm giving it 1 in order to balance the rating a bit, because the amount of 5 star reviews is...
Read moreLa experiencia que tuve en este restaurante italiano fue, lamentablemente, decepcionante en varios aspectos, especialmente considerando lo que terminé pagando. Había leído buenas opiniones y el lugar tiene una apariencia cuidada, incluso acogedora, con ese toque clásico que uno espera de un restaurante italiano: manteles a cuadros, música suave, iluminación cálida. Parecía prometer una noche agradable. Pero lo que pintaba bien al principio terminó siendo un ejemplo perfecto de cómo una gestión poco clara y precios desproporcionados pueden arruinar una comida.
La comida, sin ser terrible, fue bastante irregular. Pedimos varios platos para compartir: una bruschetta algo reseca, una pasta al pesto que tenía buen sabor pero llegó tibia, y una pizza que sí estaba rica, aunque nada que justifique un precio por encima de lo que pagarías en un restaurante italiano de nivel medio-alto. Nada fue especialmente memorable ni digno de repetir. El postre, un tiramisú casero según la carta, fue correcto, pero pequeño y bastante insípido.
Lo verdaderamente molesto vino con el tema de los precios. La carta, aunque atractiva a la vista, no era del todo clara con los costos: algunos platos no tenían precio visible, y varios elementos (como el pan, o un aperitivo que nos trajeron “de cortesía”) terminaron cobrados aparte, y a precios desproporcionados. El vino, que habíamos entendido era por copa, resultó facturado como botella sin que nadie explicara nada. Nadie avisó, nadie preguntó. Simplemente llegó la cuenta, y con ella, la sorpresa.
Al momento de pagar, el personal fue amable pero evitó cualquier explicación. No hubo desglose claro, ni se nos ofreció aclarar los cargos. Y aunque no se trataba de una cuenta astronómica, sí fue muy superior a lo que uno espera pagar por una comida de esa calidad. Lo sentí como un abuso deliberado, especialmente en una ciudad donde hay tantas opciones italianas que ofrecen más honestidad y sabor por menos.
En resumen, este restaurante decepciona más por la forma en que trata al cliente que por la calidad de su comida. Si fueran más transparentes con los precios y más atentos al momento de cobrar, tal vez sería una opción que podrías considerar para una comida informal. Pero en las condiciones actuales, no lo recomiendo. En la experiencia gastronómica, el sabor importa, pero la honestidad es esencial. Y aquí, lamentablemente,...
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