Restaurante Ay Carmela — Restaurant in Úbeda

Una experiencia malísima de principio a fin. Fuimos un grupo de amigos para una comida y tardaron más de 3 horas y media en servir los platos de todos los comensales de la mesa, nos quedamos sin poder hacer turismo por Úbeda por su torpeza. Empezamos ya con mala sensación porque no tenían prácticamente ningún plato de los que ofrecían en la carta disponible.

Los platos los traían con cuentagotas, fastidiando la experiencia de una comida de grupo, unos comiendo y otros mirando esperando a que trajeran sus platos más tiempo del que nos hubiéramos podido imaginar.

La comida muy mala y muy cara para el precio que pagamos por persona (30€/persona sin botellas de vino ni postre ni café, por supuesto). El solomillo al Pedro Ximénez no tenía la salsa bien cocinada y sabía a puro alcohol, las carrilleras un despropósito, el pollo frito una masa de carne seca... Del resto de platos no podemos decir porque no tenían existencias. Después de hacernos esperar por tantas horas, de quejarnos y avisarles en varias ocasiones que teníamos que irnos, no tuvieron ningún tipo de detalle en la cuenta con nosotros, lo que dice mucho y mal del tipo de servicio y atención que ponen en la experiencia al cliente.

No pusimos una hoja de reclamaciones pero al menos que esta reseña sirva para evitar que otros turistas pierdan su tiempo en sitios que podrían ser candidatos del programa de Chicote "Pesadilla...

Reservamos para comer, al llegar 14:30 no tomaron nota de los menús, no comida, optamos por pedir raciones 15:00 nos inchamos de cerveza antes de que llegara la primera ración habas con jamón 16:00, la castaña de cerveza alcanza niveles épicos, segunda ración tomate con ventresca 17:00, ha esas alturas ya estábamos más tocaos que una pera de agua, segunda ración de ventresca y ración de lagrimitas 17:05, uff más cerveza, raciones por entregas, como las enciclopedias, más cerveza, cambio de tercion ahora estamos de merienda... Seguiré informando. 17:30 las raciones ya fluyen, mi agradecimiento al personal del establecimiento camarer@s, cociner@s, etc... Por darnos de comer incluso a desoras. Y al dueño del establecimiento "el que mucho abarca poco aprieta, no se merece a trabajadores tan comprometidos...

Gran experiencia de semana santa en este restaurante, que encontramos de casualidad tras visitar el templo de San Miguel. A pesar de había gente, nos atendieron rápido y muy ágil. Las raciones se notan que son frescas y de calidad. Recomendaría en particular la ensalada de codorniz, recomendada por el gerente, y la carrilera. Con respecto a la carta de vinos (de reciente creación) nos llamó la atención la variedad de tintos, saliéndose fuera del clásico duopolio ribera/rioja. Había incluso hasta un vino de Jaén (frailes), que fue el que finalmente escogimos, guiados por nuestra camarera. Como remate, nos invitaron a unas torrijas y a un chupito, así que no puedo tener una mala palabra para este negocio, que sigan así. Repetiré si vuelvo por los cerros de...