Restaurante La Imprenta — Restaurant in Úbeda

Reservamos mesa para 8 comensales y llegamos un poco antes de la hora reservada. En vez de invitarnos a tomar una cerveza mientras esperabamos a la hora indicada del servicio nos despacharon de forma brusca, no debimos volver, era una señal.

Nos sentamos a las 14:15 y hasta las 17h no terminamos. Servicio lentísimo (menos mal que no teníamos prisa) mas de una hora para sacar unas croquetas y una gambitas fritas. Principales muy ricos (guarniciones muy pobres eso si) pero dos comensales tras una larga espera fueron notificados que su plato NO estaba disponible (algo que se sabe desde el inicio del servicio). Postres…el strudel no deberían servirlo, el hojaldre estaba incomible, duro, de haber sido recalentado. Pedimos café…y nos dicen que ya han apagado la maquina antes de terminar el servicio se comidas y mas cuando un comensal en los postres ya había avisado que quería café. Nos los sirvieron al final a regañadientes tras expresar nuestro malestar.

Y sopresa en la cuenta: las dos botellas de vino las cobran mas caras de lo que marca la carta.

Como trabajadora cara al público y en el turismo recomendaba muchisimo este restaurante a los turistas que me preguntaban un sitio para comer y cenar: fallo mío no haberlo probado antes y haber reservado para complacer a un compromiso. salimos abochornados de allí, que pena de servicio (entiendo que estos dias son duros, estan cansados y en fiestas lo que menos se desea es estar detras de una barra) que desluce por completo un producto muy bueno, espero que un descanso sea lo que necesiten y no sea algo común, dias malos tenemos todos y a nosotros nos tocó...

Restaurante muy elegante ! Por fuera es un local muy atractivo. Al entrar se ven varias zonas pero todo decorado con mucho gusto. Nos llevaron a nuestra mesa y repasamos la carta que no es muy extensa pero suficiente, productos habituales pero con un toque diferente y más que recomendable. Empezamos con timbal de tomate. Bien pero sin más. Alcachofas confitadas con virutas de foie. Espectacular! Plato fino y elegante en boca. Las alcachofas se deshacen en la boca.... Pizarra de quesos calientes. La verdad es que de primeras no lo veía, pero cuando lo pruebas cambia todo. Pide pan y no pares !!! El tataki de atún rojo y salmón de aspecto 10 y de sabor 9. Wok de verduritas con secreto ibérico y salsa kemchee. Buenísimo!!! La salsa es el ligazon perfecto del plato. Terminamos con media chuleton de vaca vieja que para mí fue algo flojo, aunque lo mismo es que ya estábamos justos de hambre. De postre pedimos brownie y tarta de queso. La tarta de queso bien, un 7. El brownie muy bueno, un 9. Salimos a 45 euros por persona. Resumen : si queréis comer calidad, diseño, ambiente, buen servicio aunque a un precio algo más elevado,...

Estuvimos comiendo aquí el viernes a mediodía, habiendo reservado mesa para las 14:30, aunque cuando llegamos no había nadie comiendo en el restaurante. El camarero nos indicó los platos fuera de carta y nos tomó nota. Pedimos dos entrantes (queso manchego y bastones de berenjena), dos principales ("milhojas" de solomillo y salteado mar y montaña, fuera de carta) y un postre (tarta de queso), lo cual resultó ser demasiada comida para dos personas. En este sentido echamos en falta que el camarero nos indicara al tomar nota que podría ser mucha comida, como suelen hacer en otros restaurantes. En tal caso solo habríamos pedido un entrante, claro. Destacar que los bastones de berenjena con miel estaban deliciosos, y la tarta de queso también estaba muy buena. El "milhojas" de solomillo dejaba mucho que desear: la carne estaba demasiado hecha, el concepto "milhoja" no tenía sentido alguno y, lo peor de todo, el acompañamiento eran unas patatas gajo congeladas (para un plato que cuesta 17€)! En cuanto al salteado mar y montaña, excesiva presencia de aceite en el plato. Conclusión: un quiero y no puedo, con mala relación...