Experiencia pésima. Reservamos mesa para “cenar” porque en la noche no sabíamos que había que decir que queríamos ir de “brunch”. Nuestra sorpresa fue que nos habían adjudicado mesa en zona de restaurante con lo que no podíamos sentarnos en la zona de mesas altas a degustar la carta de picoteo (la tortilla española, la ensaladilla rusa, los bastones de langostinos, las bravas hojaldradas… etc etc etc). Sólo podíamos pedir de la carta de restaurante.
Total que nos quedamos en la zona de restaurante (donde tan sólo había una familia) y a pesar de que le expliqué al camarero que no me gustaba nada de la carta del restaurante (ni me apetecía gastarme 65 euros en cenar) no me ofreció en ningún momento la posibilidad de tomarnos una cerveza mientras se quedaba una mesa alta o barra libre.
El camarero tuvo una frase de muy mala educación y muy desafortunada que terminó de chafarme el rato diciéndome que me pidiera algo de la carta de los niños, señalándomelo pasando la página de forma desafiante y sarcástica. A pesar de que yo no fui para nada mal educada, simplemente le expliqué que había venido con la ilusión de probar las tapas… Que por favor hiciera por dónde para que pudiera probarlas… Nada, imposible.
Pedí tres platos de la carta uno de ellos croquetas y tampoco eran “las mejores de Úbeda” como me indicaron. No, unas simples croquetas aceitosas… También pedí los canelones de espinacas con queso de cabra… Las espinacas eran congeladas, secas, textura agria, el queso no era de cabra, era el básico del Mercadona para gratinar… Fatal vamos.
Conclusión… trato inadecuado, poco empáticos, lentos hasta para ponerte una cerveza, descripciones de los platos muy “top” con experiencia de sabor muy “bottom”…
Sin duda, no pienso repetir y jamás lo recomendaré a nadie… Sigo pensando que la hostelería en zona Calle Real es el acierto...
Read moreEl pasado día 22 de febrero, visitamos este local por 2a vez. La diferencia entre las 2 únicas e irrepetibles visitas ha sido de apenas 1 mes. En nuestra primera visita nos sentamos en la zona del fondo en una mesa con sillas bajas, donde una muy amable y simpática camarera nos atendió muy bien, sirviéndonos en cada ronda nuestra respectiva tapa y dándonos una carta donde había tanto raciones, tostas, pinchos y platos. En la segunda visita, al entrar, pregunté al camarero-encargado si podía sentarme al fondo(precisamente me senté en la misma mesa). En la 1a ronda no nos sirvieron tapa y nos dejaron la carta, la cual era diferente. Pregunté por las tostas que tenían y me dijeron que esa carta era en otro lugar del establecimiento, muy amable me sirvió una tosta en la mesa. Al final nos cambiamos de mesa. Sobre las 22:40 pregunté por la hora de cierre de cocina, porque nos faltaba por servir la última tapa.. viendo que no la iban a traer, pedí la cuenta. Tras más de 15 min esperando, me acerqué a la barra para pedir la cuenta nuevamente y pagar. Me cobraron 2€ por servicio de mesa(por haberme sentado en la zona de restaurante, lo cuál a nosotros no nos avisaron de este sobrecoste y tampoco había carteles indicando que zona es cada una.) y las bebidas me las cobraron al mismo precio con tapa que sin tapa. La 2a visita fue malísima, no vuelvo a ir a ese sitio y no se lo...
Read moreESPECTACULAR. Entre mis platos favoritos y obligatorio de probar, el carpaccio de ventresca de atún rojo. De esos platos que sientes que cada ingrediente se deshace en el paladar. La trufa le proporciona un sabor aún más fresco y el aceite consigue que se funda en una primorosa textura. Todo ello unido conjuga una combinación de sabores de las mejores que he degustado. También he de destacar los níscalos con huevo y trufa, plato solo disponible en temporada. Para los amantes de la carne, su txuleta madurada del País Vasco es uno de los productos de los que no se puede disfrutar en cualquier restaurante. Jugosidad y generosidad en cada uno de los platos de este lugar. Sus vinos en carta, blancos y tintos, suscitan un maridaje impecable.
A modo de broche final, la tarta de queso y el flan de aceite son dignos de probar. La tarta de queso, junto con el helado de leche merengada que le acompaña, lleva por nombre cremosidad. El flan de aceite es un postre más ligero, para los menos golosos.
Todo esto llegará a mesa perfectamente emplatado y con cada detalle medido al milímetro, en un ambiente tranquilo y con un servicio atento y amable, lo que incita a volver para probar cada uno de los platos de la carta. Mi más sincera enhorabuena al chef del...
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