Abrió sus puertas el restaurante Sicilia in Bocca, un rincón que promete sorpresas para los amantes de la buena mesa, la discreción y la guerra.
Esta semana nos aventuramos a ensayar uno de esos sitios pequeños y acogedores que, gracias al voz a voz, se han hecho famosos: el restaurante Sicilia in Bocca, que aparece con dos restaurantes en Galicia.
Se trata de un lugar modesto, en la zona de Galerías, cuya fachada ofrece la idea de que, efectivamente, estamos ante una toscana de restaurante. En todos los sentidos.
Las sorpresas comienzan en la entrada del local, cuando un simpático maestre de sala , insta a pasar walkie-talkie en mano– a los transeúntes ofreciendo de viva voz el menú del día: “Sigan, damas y caballeros”
Adentrarse en el restaurante resulta toda una aventura para los sentidos.
La decoración es apacible y le otorgan un brillo original. El servicio no descuida detalles: envueltos en el vapor de la cocina, unos cabos todavía sueltos– monitorean con los audífonos puestos el buen funcionamiento de la cocina.
La atención destaca. Tan pronto como tomamos asiento, un diligente mesero, con el pelo rapado, suspendió la lectura de su libro, incluyendo el dummy de Simón Trinidad– y se acercó a la mesa para tomar el pedido:
¿Los comensales qué van a ordenarrr?
El menú era variado y no fue fácil decidirse por un plato, Mi acompañante se decidió por el corrientazo de la casa, servido en la mesa por su creador: un chef con un extraño corte de pelo en forma de totuma que, hablando de manera dispersa.
La Sicilia in Bocca se ha vuelto epicentro de encuentros sociales del más alto nivel. En nuestra visita constatamos que meseras con petos u mandiles de trabajo atendían con gracia a la clientela, que se sentaban a la mesa sin siquiera lavarse las manos, pese a que todos las tenían negras. Al lugar acuden políticos , a quien vimos, solitario, en un mesa, desde la que se quejaba porque su plato no tenía acompañamiento alguno. Y en eso se parecía a su candidatura presidencial. Lo compensaron con un lomo en reducción de encuestas a medio hacer. Como en todo restaurante siciliano , Publicarlas a la postre. A pesar de la buena atención y de la ecléctica y amena decoración del lugar, en la que elementos de la cultura popular hacían juego con computadores y antenas satelitales, el servicio tuvo descuidos lamentables. Pero el postre borró cualquier mal momento. Mi acompañante pidió una tarta de queso que resultó muy abundante. Yo me decanté por un tiramisu normalito.
Quien fuera conocida como la Mata Hari del DAS nos trajo en persona el café, pero no la cuenta porque, según dijo, la cuenta la iba a pagar …. La Sicilia in Bocca es un lugar recomendable y grato; definitivamente el único restaurante en el que, a diferencia de todos los demás, los meseros sí escuchan a los clientes. Y...
Read moreEstoy muy enfadado, no podéis ser más cutres, una vergüenza. REVISA TU TICKET ANTES DE PAGAR
La calidad ha bajado en los últimos meses, pero lo de anoche fue un espectáculo, un buen rato después de marchar, a las 00:30 de la noche nos funden el teléfono y regresamos preocupados, pues al ser ya horario de reservas cerrado no podíamos contactar, resulta que EL RESTAURANTE SE HA EQUIVOCADO al cobrarnos, nos han cobrado 138€ en vez de 158€, y si no volvemos para pagar la diferencia quedará sobre nuestra conciencia que tenga que abonarlo el chico que nos cobró, pagamos por el pobre chaval, pero al encargado se le debería caer la p* cara de vergüenza, nos estropeó nuestro siguiente plan de la noche. Una vez pago la cuenta que me traes, la cual estaba correcta pero ousieron mal en el datáfono, NO TIENES QUE CONTACTARME A MI TELÉFONO PERSONAL A TRAVÉS DEL CUAL RESERVAMOS. Jamás vi tal reacción de un establecimiento, ni por un fallo ridículo de un trabajador, ni en un trato así a unos clientes habituales, y ahora, la experiencia de la cena:
Pedimos un entrante para compartir y llegó DESPUÉS de los principales, probé la pasta de mis acompañantes, no estaba al dente, estaba dura, los penne no tenían sabor a nada, la pasta rellena rica, pero con un insultante sirope de fresa, a quién se le habrá ocurrido... pizzas básicas, sin ingredientes de especial calidad para justificar el precio, la mia la pedí sin rúcula, pues con rúcula vino, no lo reclamé para no esperar. Para postre pedí un helado, a lo que el chico me dijo que no había, le dije pues que no quería nada, y mágicamente en un segundo había helado de fresa, pistacho y straciatella que acababan de llegar, claro claro, distribución de helados un sábado a las 23h, obviamente quería colocarnos a toda costa los postres más caros. Nos ofrecen un chupito de la casa, se agradece el detalle pero rechazamos algo que no vamos a pagar, el colmó llegó después, con lo expuesto anteriormente, sencillamente bochornoso.
Vais cuesta abajo y sin frenos, sobra decir que no volveremos ni a preguntar la hora, búsquense clientes del mismo nivel del servicio que nos ofrecieron, es...
Read moreFuimos y pedimos dos pizzas, una que está en el apartado de sugerencias (no recuerdo el nombre) pero lleva cecina, el resto de ingredientes se pueden intuir por la foto, cuesta 20 euros, la otra pizza Santa Daniela sobre los 17 euros, ambas con base de salsa blanca, he de decir muy buenas ambas pizzas y de buen tamaño unos 33 cm, la base nada aguada en su punto, buen cornicione, ingredientes frescos, aún así el precio me parece algo elevado, yendo a otros establecimientos de pizza similares los precios son más competitivos.
Ahora bien mi motivo de la puntuación se debe a que fuimos a cenar y no estuvimos cómodos, estuvimos en La planta de arriba el nivel de ruido era tan increíble que parecía que estuvieras en un bar de copas o peor, no se podía tener una conversación o comer en paz, estábamos era deseando terminar de comer para levantarnos e irnos, cosa que fue así, en conclusión una acústica terrible.
La otra parte incómoda fue ver al que parece ser el encargado o jefe de sala, un chico con gafas italiano, tratando bastante mal a sus compañeros camareros, bastante desagrable presenciar eso, el chico que nos atendió fue bastante atento y amable, pero este tipo de actitudes como las del encargado dañan un buen servicio, si tienes que decirle algo a tus compañeros lo haces en privado y con educación, no delante de los clientes.
La mesa que nos ubicaron fue prácticamente cenar encima de las dos mesas que teníamos a los laterales, habían dos grupos grandes, cuando nos sentamos pedimos cambio de mesa por el nivel de ruido y espacio y nos dijeron que no, que ya estaba todo reservado y habían literalmente dos mesas vacías para dos personas en otra área más cómoda a nivel de espacio porque del ruido no escapabas, que perfectamente nos podrían haber movido pero no sucedió, en conclusión, cero espacio cómodo para cenar y cero ganas de solucionar.
Mis dos estrellas se deben a todo lo explicado previamente, ojalá mejoren estos puntos porque la comida está bien pero todo lo demás opaca la experiencia y se te quitan las...
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