Ayer estaba buscando a un amigo porque me llamó su madre desesperada porque llevaba horas sin dar señales de vida y estaba muy preocupada.
Fui por todos los bares de Almería pidiendo por favor que me dejaran entrar para ver si estaba y poder sacarlo fuera y que llamara a su madre desde mi teléfono. En ningún bar de Almería me pusieron ningún problema y fueron muy amables conmigo, pero siempre debe estar la excepción que confirma la regla.
Llegué a este local y seguí el mismo procedimiento que en el resto de locales. El orden era el siguiente: Les daba las buenas noches a los porteros. Les explicaba la situación y les decía que en menos de 5 minutos salía. Los porteros lo consultaban con su jefe y me dejaban entrar. Entraba, buscaba y salía y les daba las gracias. Ninguno me puso ningún problema.
Sin embargo, en este local, después del paso 2 el portero me indicó que la entrada eran 2 copas por 15€. Yo le indiqué de forma educada y calmada que me encontraba en una situación algo especial y que si me podía hacer el favor. El portero me indicó otra vez que necesitaba pagar para entrar.
Seguidamente, le saqué un billete de 20€ y le dije que estaba dispuesto a pagar 15€ por poder entrar en el local. Tras eso, el portero comenzó a empujarme y a decirme que me fuera, que daba igual que pudiera pagarle, que me quería fuera.
Yo no me podía creer la situación que estaba viviendo, pero lo único que hice fue darle las gracias y las buenas noches (no le iba a seguir el juego ni perder las formas) y me fui.
He coincidido con gente insensible y cruel, pero lo que vi anoche con el portero de este local fue un antes y un después. Siempre que vengo a Almería me gusta venir a este local para tomarme unas copas tranquilamente con mis amigos, aunque después del trato recibido dudo que vuelva.
Si el dueño necesita saber más datos del portero esto ocurrió la noche del 01 al 02 de diciembre de 2023, entre las 0100 y las 0300.
Solo espero que...
Read moreAnoche, estuvimos en la terraza de Burriana tomando algo. A la una y media cerraron la terraza y, antes de irnos, decidimos ir al baño. El aseo es compartido con el local vecino, Canta la Gallina. Al intentar entrar al baño, el portero me detuvo a mí y a la chica que me acompañaba, preguntándonos a dónde íbamos. Le respondí que al baño, pero me negó la entrada. Me reí, pensando que se trataba de una broma, y seguí caminando. El portero abandonó su puesto y nos interceptó a ambos, negándonos de nuevo el acceso y hablándonos de manera irrespetuosa y amenazante. Esto me indignó, ya que no comprendía por qué se nos estaba negando la entrada siendo clientes. Intenté aclarar la situación llamando al camarero, quien confirmó que efectivamente éramos clientes. Sin embargo, el portero ya había tomado una actitud hostil y me seguía hablando de forma despectiva, indicando que le daba igual la situación. Adoptó una postura desafiante, como buscando confrontación. En ese momento, le comuniqué al camarero mi deseo de presentar una reclamación tanto contra el local como contra el comportamiento del portero, que me parecía inaceptable. Finalmente, decidí entrar al baño, a pesar de los gritos del portero diciendo que no podía entrar, y animé a mi acompañante a hacer lo mismo, ya que la situación había escalado al punto de que era una cuestión de principios. Al salir del baño, el encargado del local me abordó para preguntarme lo sucedido. Dado que ya había perdido bastante tiempo discutiendo, preferí no seguir con el conflicto y le dije que no quería repetir toda la historia ni invertir más tiempo en el proceso de la reclamación. Opté por dejar...
Read moreLeyendo las contestaciones que reciben los clientes del mismo local es para echarse las manos a la cabeza ya que no hay ni por donde cogerlo, ignorando con qué motivación vamos a mentir o a engañar. Efectivamente comparto la opinión de mis compañeras, con las cuales íbamos de despedida de soltera. No nos cobraron entrada, ignoro si era porque nunca cobran o porque como bien hemos recalcado numerosas veces el establecimiento estaba prácticamente desolado, habiendo un total de 17 personas máximo (nosotras éramos). El DJ nos habló de malas maneras cuando le pedimos una única canción, nos gastamos 64 euros en copas, y no nos dejaron salir con ellas del local a la terraza del mismo! ( surrealista), por lo que nos la tuvimos que tomar dentro. Tampoco nos dejaron fumar en la terraza sino que tuvimos que quedarnos en la acera en la puerta de acceso a la terraza. Todo LAMENTABLE, y lo pongo en mayusculas. Una pena que un local tan bien ubicado y tan bonito tenga estas pésimas reseñas por la culpa de algún que otro empleado y por las normas absurdas que no hacen que el cliente esté cómodo. La camarera muy maja eso si! Ahora podéis contestar que nadie se cree que el último día de feria estuviera prácticamente vacío, pero los que estuvimos allí lo sabemos, por eso y por el mal trato nos largamos a otro sitio, ni...
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