Bar-Bodega Bartolí — Restaurant in Barcelona

Decepcionados!! Íbamos con muchas ganas después de haber leído unas cuantas reseñas y de ver algunas fotos del local. (A mí particularmente me gusta el estilo retro.)

Al llegar descubrimos que no hay aire acondicionado. ( o está escondido en vista de los precios de la energía 😱) En su lugar, hay un ventilador en el suelo, puesto en medio del pasillo para que de aire a los 2 comedores!! Y las ventanas abiertas por si pasa un poquito de aire que refuerce un poco al ventilador!!

El menú te lo cantan (no está impreso) y has de memorizar todos los platos o pedir al camarer@ que te los cante un par de veces más!! En nuestro caso y antes de que nos sirviesen los primeros, pedimos una de caracoles para los 4 que éramos para ir picando. Nos trajeron una ración, pero era tan pequeña que pedimos otra, ya que siendo 4 personas nos pareció escasa. Por cierto, una era cocinada y la otra al horno. La cocinada tenía un resabor picante, pero no de guindilla sino de estar agriado el tomate de la salsa!! Los del horno hay que ser honestos y decir que buenísimos. Los platos del menú, bien, normalitos diría yo. También hay que destacar que el servicio bastante rápido. Pedimos agua mineral y nos trajeron las botellas Abiertas!! Aparte de no ser correcto, te hace dudar de si realmente era agua mineral embotellada!!

Hora de la cuenta... Menú 15.45 € Me parece caro para los platos y la calidad que ofrecen. ¡Caracoles 15.00 euracos una ración.!!! En una tarrina un poquito más grande que las de la crema catalana!! Carísimos. Los primeros,..los que estaban agrios, el camarero comento que no los cobrarían pero estaban en la cuenta!!! Menos mal que no se opusieron a descontarlos. (No de muy buen grado) En fin,... una experiencia no muy...

Bueno , que decir del Bartoli... pues que es tipico del barrio. Comidas caseras de las de antes , bien elaboradas y con productos naturales. Hay platos que te transportan al pasado , tal y como los hacian nuestras madres o nuestras abuelas... El atún con sanfaina , el higado con cebolla , el fricando... todo esta riquisimo. Es cocina de mercado , por lo que siempre hay pescado fresco. Otra cosa muy a destacar para los amantes de las patatas bravas , es que aqui son deliciosas , llegando a ser para mi las preferidas por encima de las del bar Tomas y de las de Las Delicias del Carmelo. Entre semana hay menú a 12'90 y los Sabados a 17'90 , los Domingos y festivos esta cerrado y los Sabados abren hasta Semana Santa , a partir de ahí cierran todo el fin de semana para desgracia de muchos... Merece la pena visitarlo... Por dentro es como si estuvieras en una masia rustica , siendo muy agradable. Tambien hay una pequeña terraza interior. El servicio va muy rapido y va por faena , ya que tienen mucha clientela y necesitan las mesas , llegando a parecer si no les conoces que el trato sea algo frio , pero bueno , a mi la verdad es que me gusta que me sirvan rapido. Otra cosa a destacar es que si te sales del menú y empiezas a pedir extras la factura sube escandalosamente , resultando muy caro. Recomiendo reservar , si no no tendreis mesa. En fin , a que estais esperando... decidid por...

Acudimos una primera vez dada la fama que tiene el local, una bodega de muchos años de trato afable y familiar y por la que han pasado varios rostros populares. Aunque la mesa donde nos colocaron no era la mas cómoda al estar junto a una puerta que abrían cada dos por tres en el interior del local, la comida (un menú extenso y de aire casero) estuvo bien (disponen de toda la comida hecha que van calentando y sirviendo en función de las comandas). Repetimos una segunda vez y esta vez comimos en las mesas de fuera del local, la comida estaba en la línea de la vez anterior, no estaba mala y el servicio rápido y amable, aunque lidiamos con el polen cayendo de los árboles al plato y los coches pasando cerca de la mesa; como “anécdota” del día, nos sirvieron las copas de cerveza con olor a aceite y grasa en su interior que asomaba al dar un trago, como si el trapo de limpiar mesas (o lo que sea) sirviera también para secar platos, algo un tanto desagradable. Nos cambiaron la copa y nos trajeron otra también sucia… No es el primer local del Barri de Sants que me encuentro así, donde la popularidad y el ambiente familiar lidia con una relativa falta de higiene y el “todo vale” porque estamos como en casa… El menú...