Enjoy it — Restaurant in Barcelona

Fuimos con amigos, no nos veíamos desde antes del inicio del confinamiento, y la verdad la amplitud de las mesas y sillas da bastante tranquilidad. Sigue leyendo para ver cómo nos fue 😉 Pero os adelanto que toda la experiencia ha sido digna de repetir.

Si bien es cierto que el local estaba abarrotado, y había mucha gente haciendo cola fuera, una vez en la mesa estuvimos muy cómodos. Los detalles interesantes: entre mesas ponen mamparas de separación, amplitud de las mesas y sillas, y algo quizás más raro, la puerta del baño se abre al acercarse 😂

Fuera bromas.. qué pedimos? De todo! Probamos cócteles de todo tipo, entrantes y platos. La atención del personal y sus recomendaciones, inmejorables, nos preguntaban cómo estaba la comida, si estábamos a gusto y disfrutábamos, y vaya si disfrutamos! Además nos avisaron de que la cocina a partir de las 22h tardaba bastante en sacar platos, como es normal debido a la afluencia de clientes que tienen, pero por suerte nuestra comida no tardó mucho, aunque en buena compañía el tiempo se pasó super rápido!

🍹Disfrutamos de mojitos normales y de sabores, caipirinha, piña colada, el cocktail especial de la casa llamado Enjoy, y alguno sin alcohol para los que debían coger el coche. Y no solamente un cocktail por persona no, tiramos la casa por la ventana, pero la ocasión lo merecía!

🍴Para picar probamos: patatas bravas -no picaban pero la salsa estaba buenísima-, bombas de bacalao -muy ricas y crujientes por fuera-, nachos -con salsa por todos lados y queso por encima, debo reconocer que en otros sitios o bien te quedas sin nachos o bien sin acompañamiento, en enjoy it este no es el caso-, pinchos -muy ricos con sus patatas al horno, mazorca y pimiento del piquillo-, gyozas de carne -pediría cada día, estaban cremositas por dentro y la salsa era de diez-, fingers de pollo -crujientes en su punto y con una salsa suave de curry que seguro querrás repetir-. Los más atrevidos (y glotones) pidieron además hamburguesas 🍔 con una pinta estupenda debo decir. Las escogidas fueron jalapeño, salmón y royal, pero había tantas opciones que fue difícil escoger. No dejaron nada en el plato así que.. aprobadísimas!!

🥧 Para terminar, los postres: coulant blanco, cheesecake, tiramisú, churros con chocolate, tarta tatín... Se me hace la boca agua solo de recordarlo.

✅ Por último, comentar la calidad de la comida. A ver, seamos realistas, la carta de este sitio tiene mucha variedad! Es muy difícil mantener una carta tan amplia y que todo esté de 10, pero lo que probamos era más que correcto, tanto calidad como cantidad! Así que solo digo una cosa, repetiremos!!! Subo alguna foto para que podáis ver lo que os espera!

Si te ha gustado mi reseña dale un like 👍 Nos vemos...

A este lugar suele ir repetidamente hasta dos veces por semana con mi familia, era siempre nuestro sitio para ir a compartir con mi esposo, mis dos hijos, y cuando quedamos socialmente con alguien siempre les recomendaba que fueramos allí, es decir clientes fijos y encantados siempre. Los meseros ya nos reciben como amigos, ya que nos ven bastante seguidos y cabe recalcar que tanto las chicas como los chicos son bastante amables, lastima no saber el nombre de todos para darles su crédito merecido. Pero el día de ayer viví una experiencia bastante incómoda propiciada por los dos encargados ( así dicen ser), me han botado del sitio, tal cual ,porque tenían mucha gente y porque estaba esperando a unos amigos para cenar, amenazando que si no llegaban en 10 minutos me tenía que ir ( y yo comiendo) es decir estaba consumiendo, las maneras fueron fatales. Obviamente si estás comiendo y te dicen esto, se te quita hasta el hambre y te sientes incomodo. Tienen a un encargado, un chico de coleta con traje, desde que está, la imagen del restaurante ha cambiado por completo, no solo es mi opinión, varios clientes me han comentado que es bastante repugnante, de hecho vi cuando fue él quien mandó a que me botaran, es una vergüenza este señor y una lastima que a un cliente fijo se trate así, no tiene buen trato con la gente, y al chico que envió a decírmelo pues tampoco lo hizo de la mejor manera ya que las formas fueron poco educadas, el trato al público es delicado y pienso que deberían tener gente capacitada para ser ENCARGADO de dicho sitio, no sabe ser anfitrión ni encargado. Imagino que no les importará mucho mi opinión porque pensaran que siempre va mucha gente, pero con tratos así la gente no volverá, yo que lo visito seguido y he llevado bastante clientela, no volveré porque la experiencia fue bastante desagradable y me encontraba con mis hijos y esposo. Que vergüenza y tristeza que gente como estas dos personas den tan mala imagen de prepotencia y que pierdan un cliente fijo que los tenía muy en alto y que siempre les llevaba clientela y que por dos personas que no saben las formas de trato con el cliente, hagan que se tomen decisiones de no volver y que las sugerencia sea negativa. No suelo hacer reseñas de sitios pero la verdad me sentí muy mal, mis hijos muertos de vergüenza y la gente viendo. La verdad nunca había vivido algo igual. Y por último, no hubo un acercamiento a pedir disculpas ni nada parecido. Ojo señaló directamente al chico de coleta con traje (fatal) y al otro chico moreno que va de camisa distinto a los demás, también encargado (están corriendo a los clientes con sus formas), los demás excelente....

🥋 Karate J. Martínez

El dojo Karate J. Martínez es un lugar donde se siente la disciplina, el respeto y la buena energía desde el momento en que entras. El suelo está cubierto con tatamis azules y rojos, se escucha el eco de los kiais (los gritos de energía) y las paredes están llenas de fotos, trofeos y frases motivadoras. Todo eso crea un ambiente alegre y con muchas ganas de aprender.

Este dojo fue fundado por el sensei Javier Martínez, un maestro con muchos años de experiencia y una gran pasión por enseñar. Su objetivo siempre ha sido transmitir el verdadero espíritu del karate, no solo como una lucha o deporte, sino como una forma de crecer como persona. Gracias a su esfuerzo, el dojo se ha convertido en un sitio donde personas de todas las edades aprenden técnicas, pero también valores como el respeto, la constancia y la humildad.

Al fondo del dojo está el shomen, donde se encuentra el retrato del maestro Gichin Funakoshi, fundador del karate moderno y del estilo Shotokan. Su imagen recuerda los valores más importantes del karate: disciplina, autocontrol y mejora personal.

El dojo es amplio, luminoso y muy limpio. Se pueden ver los makiwara, unos tablones acolchados donde los alumnos practican los golpes para ganar fuerza y precisión. Los instructores siempre están atentos, corrigiendo posturas y animando con paciencia. Aunque se entrena con intensidad, siempre hay buen humor y compañerismo.

Yo soy alumna de cinturón lila y entreno allí desde hace tiempo. Hace poco invité a mis amigas Fátima y Naia a probar una clase, y lo pasamos genial. Les dejaron un karategui y unos cinturones (a Fátima el amarillo y a Naia el naranja), y enseguida se sintieron parte del grupo. Nos reímos mucho cuando intentaron hacer una patada giratoria y casi se caen de la emoción. Al final de la clase, me dijeron que entendían por qué me gusta tanto ir: por el ambiente tan positivo, la paciencia de los sensei y las ganas de superarse que se notan en cada rincón.

En Karate J. Martínez se practican los tres pilares del karate: kihon, kata y kumite

Para nosotras, Karate J. Martínez no es solo un dojo: es un lugar donde aprendemos a confiar en nosotras a mejorar cada día y a compartir risas y esfuerzo con personas que se han convertido en familia. Es un sitio de cinco estrellas, donde no solo se entrena el cuerpo, sino...