Jeanne D'arc — Restaurant in Barcelona

No lo recomiendo en absoluto

Mi experiencia en este restaurante fue bastante decepcionante. Para empezar, el servicio fue extremadamente lento. Esperamos más de 40 minutos entre platos sin ninguna explicación, y la atención del personal fue mínima.

Pero lo peor vino al final: los precios no coincidían con los de la carta. Al reclamar, la respuesta del dueño fue totalmente fuera de lugar, con una actitud poco profesional y nada amable. Simplemente dijo que “los precios han cambiado” y que “aún no han actualizado la carta”.

No solo es poco ético, sino completamente ilegal cobrar algo distinto a lo que se muestra al cliente. El trato del propietario fue seco y desagradable, como si molestara que uno esperara coherencia y respeto al consumidor.

La comida fue pasable, pero desde luego no compensa el mal rato ni el sobreprecio sorpresa.

No volveré, ni lo recomendaría. Hay muchas mejores opciones por la zona, con mejor trato y sin sustos...

No puedo poner 0 estrellas, sino lo haría. La comida HORRIBLE. Nunca comí tan mal, lo tuve que dejar porque era impasable. Yo pedí una “tortilla” que eran papas viejas con un montón de aceite y un huevo por encima (dejó foto a continuación). Mi pareja se pidió el pulpo que estaba bien pero picaba un montón y las papas también, viejísimas, incomibles (dejó foto). Las fotos son todo lo que dejamos. Servicio: una sola persona que atiene, cobra, sirve. Vimos como cortaba la pata de jamón manoseando todo el jamón sin ni un guante, muy desagradable agarrando la comida con la mano. Luego, cuando le comentamos nuestras inquietudes lo que hizo fue contradecirnos en todo sin escuchar. El cocinero no tenía ni siquiera una protección para el cabello como debería ser para que sea más higiénico. Ambiente: es un espacio pequeño, el extractor no funciona bien ya que sale todo el humo y salís ahumado. NO LO...

Tres visitas, una conclusión: mejor pasar de largo.

La primera vez, esperamos tanto para que nos atendieran que casi nos da tiempo a escribir una novela. La segunda, los calamares parecían estar aún pescándolos. Y en esta tercera ocasión, ingenuamente fuimos solo por un par de cervezas… craso error.

En la carta un precio, en la cuenta otro. ¿La explicación? “Es que la carta está mal, ahora cuesta más.” Sin aviso, sin disculpas. Y para rematar, el camarero con más soberbia que simpatía, como si pedirle algo fuera un favor personal.

Así que si os acercáis, id con la mente abierta, la paciencia entrenada y preguntad los precios antes de pedir… si lográis que os atiendan. Porque aquí el servicio es lento, seco, y la amabilidad no figura ni en la carta (ni aunque estuviera...