La Tarara de Miguel Ávila

Hoy me siento en la obligación de compartir mi experiencia extremadamente negativa. Mi pareja, yo y unos amigos visitamos este lugar con la esperanza de pasar un momento agradable, pero lo que encontramos fue todo lo contrario.

Lamentablemente, uno de los empleados de este establecimiento cruzó todos los límites de la privacidad y el respeto al filmar indebidamente a mi pareja, lo cual resultó en un acosó totalmente inadecuado tanto por parte de esa persona como del lugar en sí.

Mientras mi pareja y yo disfrutábamos de nuestra visita, nos dimos cuenta de que uno de los empleados estaba filmando a escondidas a los clientes, incluyendo a mi pareja. Esto no solo es una invasión clara de la privacidad, sino también una violación a los derechos fundamentales de una persona. Nos sentimos profundamente incómodos al enterarnos de esta práctica abusiva por parte de un empleado de nacionalidad Peruana ( es el unico dato que pude obtener ya que no se su nombre y no tenia ningun atributo visible en el cual pueda discriminar a esta persona del resto del staff en fin de promover una mejor reseña, ya que con el resto no a pasado nada )

En resumen, mi experiencia fue nada menos que horrible. El comportamiento irrespetuoso y acosador de uno de sus empleados ha dejado una herida en nuestra privacidad y en nuestra confianza en este establecimiento. No puedo, en buena conciencia, recomendar este lugar a nadie y aliento a otros a tener extrema precaución al visitarlo. Es importante tomar medidas enérgicas contra el acoso y la violación de los derechos de las personas, y el restaurant ha demostrado una falta total de compromiso en este aspecto.