Pizzeria Papas Sur — Restaurant in Guardamar del Segura

Really nice looking restaurant with a lovely outside space around the front and side of the restaurant. We got there around 7 last night and waited for a table. The place was empty. The waitess asked if we had a reservation which we didn't, then sighed and shook her head, looked at the book and said sorry all reserved, but you can sit out on the road if you like a number of tables set up in the parkingbays outside. We weren't bothered so agreed and sat. I've been to the place before about 6 years ago, had a seafood calzone which I rememberd was excellent so I decided to have again. My girlfriend had the black squid ink gambas risotto and the little lad had a margherita. Summary, the black risotto was nice but swimming in oil despite asking for no oil, only one gambas and some fried octopus in it, little fellas pizza was doughy and undercooked as was my calzone, I must have left at least half of the bread on the plate. I told the waitess about it but didn't seem to bothered so we just paid and left. Oh and when we did leave the restaurant was still empty apart from a couple of groups which had arrived, so no need to put us out into the road at all. overall an underwhelming experience, suggest go elsewhere in guardamar to avoid...

Llevo años acudiendo a este restaurante y, aunque en algunas ocasiones no han sido especialmente amables, he continuado yendo porque la comida y el sitio me gustan. Este fin de semana he ido a Guardamar con varias amigas que no lo conocían, y las llevé allí a cenar por esas mismas razones, pero que decepción... Pedimos tres empanadillas argentinas, dos de provolone con tomate y una de roquefort con cebolla. Con esta última se equivocaron y trajeron una de pollo, pero no nos importó, ni lo dijimos, probamos esa y listo, TODOS podemos equivocarnos. El problema vino con los platos individuales, pedimos dos bowls de salmón y tres de pollo. Yo nunca había probado este plato, por lo que no sabía cómo sería, simplemente conocíamos lo que ponía en la descripción de la carta, en la que especificaba que llevaba salsa teriyaki. Cuando los probamos, los cinco, no sabían nada a dicha salsa, ni se apreciaba de ninguna manera que la llevaran, por lo que consultamos con el camarero si se la habían echado o si tenían que traerla, ya que indicó que nos iba a traer el aliño. Nos dijo que sí llevaban y como nos pareció que no sabían a nada, le pedimos que por favor nos trajera un poco más. Nuestra sorpresa llegó cuando al traer la cuenta vimos que, por el diminuto cuenco de salsa que trajo para las cinco nos había cobrado, sin previo aviso, 2€, pero eso no fue lo peor, ya que cuando se lo dijimos, porque realmente nos pareció llamativo, empezó a reírse de manera chulesca e irónica, con mucha prepotencia y contestando de muy malas maneras, diciendo que los extras se pagaban a parte, cosa que puedo entender si la avisan y si pido un extra de aguacate, de salmón... pero no un aliño que el plato debería llevar y no lleva, no he visto nunca que te cobren por el aceite y el vinagre de una ensalada, o por el ketchup y la mostaza de una hamburguesa. La cosa no quedó ahí, cuando su jefa, la dueña del local, se acercó a ver qué ocurría fue aún peor. Su actitud fue igual de prepotente y soberbia y, aunque reconoció que había sido un error no avisar con antelación del precio extra, no rectificó y nos lo cobró, diciendo de manera jocosa y para "excusar" al camarero por su trato hacia nosotras que no era Mister Simpatía. Totalmente vergonzoso todo, parece mentira que lleven en hostelería tantos...

Restaurante muy bonito, pero parece que es lo único bueno. El personal amable, no hubo problema de sentarnos sin reserva. Cuidan mucho el exterior y el postureo del sitio pero el interior deja mucho que desear. Pedimos de cenar un aperitivo de batatas que la mitad venían quemadas y con el tarro de la salsa en todo el centro de la comida tocandolo todo. De principal una hamburguesa que en la carta me destaca la cebolla caramelizada pero cuando vino el azúcar solo la había olido porque estaba totalmente cruda. Y un sándwich de pollo que venía con tomate y como mi pareja es intolerante al tomate le dijimos que me lo quitara. Al no tener nada más raro con tomate, no vimos necesario decir nada de la intolerancia. La sorpresa fue que cuando ya llevaba la mitad del sándwich se encontró un trozo rojo que al abrir el sándwich vimos que todo el pollo estaba manchado de tomate. Llamamos al camarero para que lo viera, se quedó pálido al verlo y más cuando le dijimos el problema, se lo lleva para que lo vean en cocina y la responsable. Al rato viene la responsable para pedirnos disculpas pero dándonos a entender que la culpa era nuestra por no avisar de nuestra intolerancia. Le dijimos que ya habíamos dicho que no queríamos tomate y nos contesta que de todas formas hay que decidirlo porque a veces se apoyan cosas sobre otras.... Me pareció una cerdada pero vengo de vacaciones y no quería más lío. Pido la cuenta y mi sorpresa es que me habían cobrado el sándwich entero cuando por el tomate se llevaron la mitad del sándwich y nunca vino, ni me dieron otra opción de seguir comiendo. No pido regalarmelo pero que menos que cobrar solo lo comido ya que no fue nuestra culpa. En resumen si tenéis cualquier intolerancia o alergia ni os acerquéis aquí, porque el pan puede haber tocado los frutos secos, la carne puede haberle caído algún lácteo,.... y así...