Mit großem Abstand die schlechteste Erfahrung, die meine Freundin und ich auf unserem Kurztripp nach Ibiza erleben mussten. Mit der Intension Salsa tanzen zu können, haben wir uns auf den Weg extra von San Antoni nach Ibiza Stadt gemacht, weil unsere Recherche und auch die unseres Hotel ergab, dass im Keeper Sonntags getanzt wird. Laut der Türsteher sollte dies wohl auch um 0 Uhr los gehen (in den Recherchen steht was von 21 Uhr), es war bereits 23 Uhr und dann hat uns die Serviceleiterin, nachdem sie erst zum Türsteher meinte, dass es wohl voll ist und wir schon weiter gehen wollten, doch einen Platz im Outdoor-Bereich zugewiesen, um anschliessend den QR-Code der Karte auf den Tisch zu knallen. Voll war der Outdoor-Bereich, weil eine Public Viewing Leinwand aufgebaut war und nachdem die Spanier die EM in diesem Moment gewonnen hatten, freuten sich die Leute und gingen dann aber bald. Wir wurden noch immer nicht bedient, schlichtweg ignoriert. Als wir über eine halbe Stunde ohne Getränke da sassen, obwohl sehr viele verschiedene Kellner und Kellnerinnen um uns rum liefen, sprach ich eine der Bedienungen an und fragte, ob wir was bestellen können. Ein arrogantes und schroffes „What…“ erwiderte sie und ich sagte ein Wasser. Meine Freundin ignorierte sie noch immer und knallte dann etwa 10 Minuten später ein Wasser auf den Tisch und fragte wieder nicht, ob meine Freundin auch was trinken wollte. Am Arbeitspensum lag es nicht, denn sie stand oft gelangweilt am Ausschank. Dermaßen unfreundlich und inkompetent habe noch nichts anderes erlebt. Schade, die Location wäre schön, aber unfähiges und hochnäsiges Personal einzustellen erstickt die Attraktivität leider sofort im Keim. Wir sassen bis kurz nach 0 Uhr und nachdem der verglaste Club auch noch genauso leer war, als wir kamen, gingen wir...
Read moreEl sábado fui al Keeper y la experiencia fue decepcionante. Llevo años yendo y el cambio ha sido para peor. Antes era un sitio para la gente de la isla, pero ahora intentan venderlo como un club exclusivo, cuando en realidad la gestión y el trato dejan mucho que desear.
Para empezar, cobrar 15 € de entrada en invierno, si no estás en lista, es absurdo. Especialmente para los residentes, que vivimos aquí todo el año y apoyamos el negocio cuando no hay turistas. No tiene sentido que nos traten así.
Lo peor de todo fue el tema de los abrigos. Siempre ha sido normal poder tenerlo cerca mientras bailas, pero ahora, si lo dejas en algún sitio, el personal lo coge sin avisar y lo retira sin decirte dónde está. En mi caso, pregunté a seguridad y no me dieron respuesta. Al salir, los encontré en la entrada y la trabajadora me dijo que no debía volver a dejarlos allí. ¿Y si no los llego a ver? ¿Los tiran? Es indignante que cojan tus cosas sin permiso y luego te hablen con esa prepotencia.
Además, han puesto una caseta en la entrada como guardarropa, lo que deja claro que retiran los abrigos para obligarte a pagar por dejarlo ahí.
En resumen, han intentado darle un aire elitista al sitio, pero lo que transmiten es desorganización y falta de respeto por la gente que siempre ha apoyado el local. Keeper ya no es lo que era y, viendo lo que opinan otros clientes, no soy la única persona que lo piensa. Una pena ver cómo...
Read moreEl dueño del renovado keeper está cometiendo un grave error al querer hacer un “rebranding” sin cambiar el nombre al local.
El keeper del 2024 es un sitio que pretende ser elitista, prejuicioso y con un férreo dress code.
Ya había estado después de la reforma, me lo había pasado genial bailando y tomando copas (ahora por 15€, pero se agradece la nueva sala interior). Animé a un grupo de 8 amigos a probarlo y uno de ellos iba vestido casual: Camiseta, Bermuda jeans y zapatillas.
Mi sorpresa fue que, estando 6 ya dentro consumiendo, no permitieron el acceso a mi amigo, teniendo que pasar un muy mal momento y teniendo que volver a mi vehículo a prestarle mi ropa para poder acceder a tomar algo.
Pasado este mal trago, vimos que en el interior había gente con chanclas y bermudas rotas (estilo 2015) “campando a sus anchas” y ya por colmo, cada vez que pedíamos algo de tomar nos traían la cuenta nada más dejar las bebidas encima de la mesa a lo que preguntando si es una práctica habitual nos afirman que lo es y sin embargo en otras mesas no sucede lo mismo.
Si pretenden continuar con esta filosofía, pueden ir anticipando el cierre en invierno ya que la gente ibicenca no nos hace falta “aparentar” con ropa de diseñador para validarnos el dinero que vamos a gastar y consumir.
Os deseo...
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