I was here in June while I was walking the Camino. It was a rest day and I was exploring the amazing city. Dressed in dirty clothes and with my huge backpack, the chef and the waitress still showed great hospitality and amazing service. I was greeted me at the door and I believe it was the head chef explained the idea behind their restaurant and the tasting menu, which is taking various ingredients throughout Spain, the freshest at the time and place them on the menu. Each dish is an art piece, full of surprises and flavour. The wine pairing is also a must! Amazing wines to pair with each course, which enhances and elevates the taste.
Will definitely be back again...
Read moreDecepcionante para ser un restaurante de estrella Michelin. Explico cocina, servicio y ambiente. COCINA Pedimos menú degustación. Croqueta tigre. Excepcional con pimientos del piquillo. Croqueta de jamón. Muy salada y demasiada bechamel. El mismo sabor de cuando no se sabe hacer croquetas. Ensaladilla con tartar de bonito. La ensaladilla rica pero una lástima mezclar tartar de bonito con mahonesa. Y apenas se nota su sabor. Arroz de gamba roja. Salado. Inexplicable. Pescado del día (lubina) a la parrilla con boniato. Normal. Nada excepcional. Chuleta de vaca vieja premium. Excepcional. Inexplicable que el acompañamiento fueran patatas fritas. 🤦♂️ Tarta de manzana con helado. Espectacular por el finísimo hojaldre. SERVICIO salvo un pequeño retraso para tomarnos nota, todo muy bien. Las mesas con mantel y bien montadas. Cubiertos y platos bonitos. Los camareros muy profesionales aunque había alguno que parecía nuevo. Lástima que no te cambien los cubiertos en todos los platos. Te cogen los cubiertos que has usado y colocado sobre el plato y te los vuelven a colocar, sucios, en el mantel. Inexplicable.
AMBIENTE El restaurante está ubicado en una antigua y bonita (de pueblo) casa al lado del Parador de San Marcos. Todo está en la planta baja. La planta superior está cerrada. El comedor interior es bonito y da a un jardín. Pero no está bien diseñado. Parece un comedor público si está lleno. No recomendable si hace buen tiempo. El Jardin es mejor. Sorprendentemente cuando te lo ofrecen por teléfono, te lo explican como si fuera peor. El interior está decorado moderno y no mantiene ningún vestigio original. La guinda la pone el baño. Es mixto y con puertas interiores de cristal !! Muy desagradable escuchar ruidos de un receptáculo al lado y ver salir a otra persona del otro sexo para lavarse las manos a tu lado. La respuesta que nos dieron es que “son los tiempos.. en los institutos ya los baños son mixtos. “ Si, claro y también dan comida en los McDonald’s. Pero la experiencia no es la...
Read moreDesde luego, una experiencia para vivirla, al menos una vez en la vida. Una galería de sabores, colores y texturas. Como ya dice todo el mundo, solo ofrecen un menú de degustación de 6 o 7 platos, que va variando. El precio es bueno, para lo que cuestan estos restaurantes de nueva cocina y coronados por la dichosa estrella Michelín: 43 euros, sin incluir bebidas. Si se pide un conjunto de vinos con maridaje, pues son 20 euros más (nosotros no lo pedimos). El local es correcto y funcional. El trato es amable, desde luego, aunque quizá demasiado funcional y expedito. Una vez que sirven cada platito, te presentan en qué consiste. Cada platito es como una miniatura de un plato: un aperitivo, un plato de cuchara, unas verduras, un pescado, una carne, un postre. Todo exquisito, casi todo rayando en la perfección, alguna metedura de pata. Sugerencias constructivas: el pan no está a la altura de la excelencia de lo demás, ni muchísimo menos (en ese detalle habría que mejorar, y mucho); en el postre, la leche frita estaba bastante insípida; por favor, no usar jamás foie ni ningún derivado, que se produce a partir de la tortura de gansos y ocas (cierto que la mousse de foie que sirvieron estaba rica, pero por razones éticas, por favor, prescindan de este plato). Por último, respecto a la cantidad, lo cierto es que después de comerte todo el menú degustación te quedas con hambre, pero ya sabemos de qué va esto; si quieres quedar ahíto, vete a alguno de los muchos mesones y tascas de León, y pídete unas patatas con morcilla o con picadillo (por lo demás, riquísimas también). En general, una gran experiencia por un precio que merece la pena, con algunos fallos garrafales que también...
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