Restaurante Delirios y tapas — Restaurant in León

Un restaurante para acertar siempre

Tengo debilidad por este restaurante leonés, que comencé a frecuentar cuando estaba en su anterior ubicación. Ahora, desde que se trasladó, ha ganado mucho porque la cocina sigue siendo creativa, sorprendente y magnífica, pero además se puede disfrutar con más comodidad, en un lugar muy céntrico y mucho más amplio y agradable.

Mi última visita coincidió con la celebración de una cena especial con motivo del 45 aniversario de un club de vinos, y conservo un estupendo recuerdo porque a la calidad de los caldos que tuvimos ocasión de disfrutar, se sumó la delicadeza de los platos que nos sirvieron. ¡Toda una delicia!

Merece la pena reseñar la ‘Lasaña de rabo de ternera guisado, judía verde salteada con coco y curry amarillo’, o el tremendo ‘Lechazo asado, chutney de pimientos y madeja de patatas fritas’, y también un postre impresionante: ‘Cuajado de chocolate negro, frambuesas crujientes y picantes, sorbete de arándanos y muelle de violetas’.

Todo un placer para los sentidos, con curiosos contrates de texturas, sabores y un colorido verdaderamente llamativo. Desde luego, Javier Rodríguez, todo un artista de los fogones, se está mereciendo más reconocimiento … y alguna que otra estrella que acompañe a su ‘sol’ de la Guía Repsol.

Destaco además que se trata de un placer gastronómico asequible, ya que además del menú gastronómico (39 €) y el de degustación (29 €), se puede tomar un excelente menú ejecutivo los días laborables (19 €). Por eso, no hay excusa, no se pierda la ocasión de disfrutar...

Atención pésima. Media hora de reloj para servir 2 vinos, por suerte que no había clientes cuando entramos, los que entraron después desistieron en su intento y se fueron sin esperar a ser servidos. La tapa mal: calamares fritos aceitosos, reblandecidos y fríos. Seguro que no vuelvo.

Es asunto del propietario saber cómo trabajan sus empleados, detectar los problemas en la gestión de su negocio y saber solventarlos, no del cliente, aunque efectivamente el camarero que nos atendió se percató de nuestra espera y de hecho se disculpó. Por lo que pude observar, todas las tapas servidas tenían el mismo aspecto, así que es evidente que mi criteriode calidad dista del suyo, como propietario.

Por otra parte, es constructivo saber encajar las críticas para mejorar. Un cordial saludo.

Las tapas de los otros clientes tenían el mismo aspecto, de los clientes que fueron entrando en la media hora de espera, aquellos que no desistieron en su empeño como he indicado arriba, y que se armaron de santa paciencia como en mi caso, por lo que deduzco que de semejante aspecto estarían aceitosos, fríos y reblandecidos, como los que me sirvieron a mí.

Por otra parte, es constructivo saber encajar las críticas para mejorar.

Un...

Trato lamentable, casi vejatorio de una de las personas (desconozco si era el dueño, el jefe de sala o un camarero). Estuve con mi esposa tomando un vino porque no conocíamos el local y, la verdad, nos habían hablado bien de este sitio. El vino y la caña estuvieron correctamente servidos y fuimos atendidos con amabilidad y cortesía por la chica en la barra. Cuando terminamos, y toda vez que teníamos previsto reservar para la siguiente semana junto con otras dos parejas de amigos, me acerqué al fondo del local para echarle un vistazo al comedor. Cual fue mi sorpresa cuando esta persona me lo impidió argumentando que había comensales dentro. Le manifesté que solo quería asomarme, reiterándome que no podía, todo ello de forma bastante desagradable y violenta. Me quedé en shock. Jamás me ha sucedido ésto. Me considero una persona prudente (incluso en exceso), ponderada y educada. Obviamente no era mi intención pasearme entre las mesas ni molestar a los comensales... solo faltaba!!. Me sentí realmente mal y mi esposa no daba crédito. En fin... Obviamente no reservamos y dudo que lo hagamos...