Siempre se suele dar un par de oportunidades, más que nada porque un día torcido puede tenerlo el camarero y no acertar con el cliente. Yo le he dado hasta cuatro, y cada vez a peor, durante dos meses. La primera vez, espere a que el camarero hablara con todos los obreros, más de 20 minutos, le pides café y barrita, vuelve a hablar con los obreros que acuden a desayunar y al cabo de 30 minutos te sirve café frío y la barrita a los 10 minutos porque se le olvidó pedirla a cocina, dura como una piedra. Esa ha sido la actitud del camarero todas las veces que he ido a tomar café por las mañanas, pero con lo de hoy se ha superado, no habría más de 4 clientes, todos tomando la consumición, entro le pido café y pincho tortilla, se pone a dar vueltas por la barra, por fuera, sin poner nada, en ese momento llegan los obreros de la construcción se pone a hablar con ellos, sirve antes a todos ellos, les pone consumiciones y después me atiende a mi. Le pido la cuenta y ahí viene lo mejor, de charleta con los obreros, hasta que pasados 15 minutos esperando he tenido que decir que por favor me cobrara o me iba sin pagar. De malas maneras me dice el importe, y me tira las vueltas que caen al suelo.

Los negocios al final si la atención no es la adecuada terminan con problemas y en Valdebebas cuando acaben las obras, veremos si ese restaurante con ese camarero al mando de la barra continúa con el negocio.