Un restaurante situado en plena Calle Alcalá a la altura de Ciudad Lineal, que acaba de lograr un solete Repsol gracias a su propuesta gamberra y donde predomina un potente sabor en los platos. Vamos con ellos.
El menú se compone de tres entrantes a compartir, primero, segundo y postre, estos a elegir entre diferentes opciones.
El primer entrante es un vasito de crema templada de calabaza con picatostes y sour cream. Perfecta para este tiempo otoñal con un ligero toque agridulce
Los otros dos entrantes fueron, una croqueta melosa de paletilla ibérica, salsa de piquillos dulce y sal de jamón y una bola de queso de cabra en textura katahifi con mermelada de fresa.
La croqueta, casera, se deshacía en la boca gracias a su gran trabajo con la bechamel. La bola de queso, es un bocado divertido en el que se une la potencia del queso de cabra con la textura crujiente que ofrece el fideo kadaif.
De primero elegimos falso risotto de setas, trufa negra y teja de Granna Padano. Es falso por estar hecho con pasta y no con arroz. Espectacular de sabor aunque la teja no estaba todo lo crujiente que debería.
Entre los primeros también probamos una ensalada de pollo "Kellogs", con bacon, queso parmesano, miel y mostaza que estaba riquísima y huevos estrellados con atún rojo de Almadraba, sésamo, wakame y mayonesa de shiracha dando un giro oriental muy interesante a un plato tan nuestro.
De segundo, probamos el tartar de salmón marinado con hoisin, aguacate y wakame. Un plato refrescante y ligero, especialmente en estas reuniones que tienden a ser copiosas.
Entre la oferta de segundos también probamos el sabroso cachopín de solomillo y paletilla iberica con queso edam y cebolla caramelizada, el potente pollo al curry rojo con verduritas, leche de coco y arroz jazmín y un costillar a baja temperatura, lacado con bbq japonesa y almendras crocantis que se deshacía en la boca.
Nos quedan los postres, todos caseros. El que más gustó fue la tarta de queso con dulce de leche y galleta. Seguimos con un cremoso coulant de Bayleis foundant con helado de vainilla, una Mousse de avellana con crumble y Ferrero Rocher y finalizamos con una Torrija caramelizada con helado de leche merengada.
Muchas gracias tanto a Montys como a sus camareros, José y Andrea, que nos trataron estupendamente.
@ahoraquecomo