Restaurante La Dehesa I — Restaurant in Madrid

Una estrella, y porque no hay menos. El servicio en la terraza deja mucho que desear. Ya nos había pasado varias veces que el camarero no desinfectaba mesas y sillas antes de sentarnos. Normalmente no decíamos nada, y como yo siempre llevo un botecito de gel lo limpiaba con un pañuelo de papel. El otro día llegamos a la mesa y nos quedamos esperando. El camarero echó un poco de desinfectante en una bayeta y la pasó por la mesa (no con mucho esmero y sólo por el centro). Le pedí que por favor, limpiara también los bordes. Me miró desafiante e hizo ademán de limpiar uno de los bordes (sólo el ademán, casi sin rozar la mesa con la bayeta) con desgana y malos modos. Después de aquella falta de respeto nos teníamos que haber marchado, estuvimos a punto. Pero llevábamos 20 minutos esperando mesa, así que saqué mi bote de gel e hice yo el trabajo que tenía que haber hecho él. Por otro lado, una vez sentados pudimos ver cómo otro de los camareros se acercaba a una mesa en la que tenían un perrito y se ponía a jugar con él (el perrito le estuvo babeando las manos un buen rato). Esperábamos que después de aquello el camarero se lavara las manos, pero nada más lejos de la realidad: cogió su bandeja y se dispuso a seguir atendiendo mesas. Creo que la higiene es muy importante en un restaurante, más si cabe en los tiempos que corren. Y visto lo visto, en La Dehesa no cumplen con las medidas necesarias para preservar la salud de los clientes. Respecto a comida y bebida: las cervezas frías y los...

Estuve comiendo con mi familia. Y tan solo puedo hablar favorablemente del camarero. Un tío majisimo, rápido y eficiente. pedimos picoteo, y bueno, nada espectacular. El queso cammembert con mermelada de fresa, estaba rico, pero las tostas que te ponen no eran todas, eran pan de molde un poco pasao. Los rollitos de langostinos, con una salsa que no rexuerdo, ricos. Los Ginger de pollo con salsa mostaza y miel, pues buen, normal, pero el cacharrito de la salsa diminuto. Patatas al cabrales, las patatas estaban crudas. Y la salsa de Cabrales se la enseñaron simplemente, apenas había un poquitín de salsa en el fondo del plato. La hamburguesa de buey, pues pagar 13 euros por ella, me pareció una estafa. Ya que ponéis una hamburguesa a ese precio, al menos el pan que sea un pcoo bueno. Y un poco de esmero. No os la recomiendo. Y ya los cachopos...madre mía, se lo dijimos al camarero, malos no, peor. Dos filetes de ternera (dura) empanaos, un trozo de jamón y una loncha de queso que no se fundía siquiera en medio, y eso es un cachopo para ellos. Nos lo comimos porque íbamos a pagar por cada cachopo 18 euros y teníamos hambre, y ya no nos quedaba más remedio. Una decepción absoluta. De hecho no tomamos allí ni postre, ni café. Salimos huyendo. De Tenemos claro...

Fuimos a comer un grupo para el día de la madre previa reserva. El servicio fue un desastre, la comida no se sirvió hasta dos horas después y algunos comensales incluso tuvieron que cambiar lo que habían pedido, casi dos horas después de pedir el plato, porque decían que se les había agotado. Esto es totalmente entendible hasta cierto punto, pero por lo menos se han visto afectados 6 personas y han tardado en comunicarlo.

Para pedir segundas bebidas más de media hora esperando para que las trajesen y las traían después de volverlo a decir. Platos pobres, rabo de toro y carrillada, para el precio que tienen. La guarnición, patatas fritas, las han servido en otro plato y era 4 patatas contadas. Algunos comensales incluso han tenido que compartir esas pocas patatas que no llega ni a media ración.

Las pocas excusas que han dado camareros y dueña han sido inexcusables porque no eran creíbles.

No volveré ni volveremos. Nunca me he ido tan insatisfecha de un restaurante tanto por el trato...