Ovillo Madrid restaurante is a truly unique and special dining experience. The restaurant is located in a former leather goods factory, and the owners have kept the original industrial-chic style of the building. This creates a warm and inviting atmosphere that is perfect for enjoying the restaurant's creative cuisine.
The food at Ovillo is made with seasonal ingredients and is beautifully presented. The menu features a variety of small plates, as well as three tasting menus. I highly recommend the tasting menus, as they allow you to sample a variety of the restaurant's best dishes.
The service at Ovillo is also excellent. The staff is friendly and knowledgeable, and they are always happy to help you choose the perfect dishes and wines. I also appreciate that the restaurant is committed to social responsibility. Ovillo is part of the Fundación Raíces "Cooking with a Conscience" project, which aims to involve vulnerable young people in working and social environments.
Overall, Ovillo Madrid restaurante is a must-visit for anyone looking for a unique and memorable dining experience. The food, service, and atmosphere are all top-notch, and I highly recommend this restaurant to anyone visiting Madrid.
You can also add some specific details about your own experience at the restaurant, such as your favorite dishes or the service you received. For example, you could mention that you loved the Iberian pork pluma with smoked eggplant, or that your waiter was very knowledgeable about...
Read moreEn el amplio espacio de una vieja fábrica de marroquinería, en el barrio de Prosperidad, se ubica Ovillo. Mesas redondas ocupan un espacio donde el tiempo se ha visto detenido. Las blancas ropas del servicio de sala dan serenidad a un restaurante que quiere ser tranquilo, y que en las noches, iluminadas las mesas por velas, queda misteriso, pero no cómodo para la visión el comensal que quiere poder ver, para mejor disfrutar, de lo que va llegando a la mesa. La carta de Ovillo es amplia, y además se la acompaña de sugerencias del día que hacen más extensa la propuesta que desde cocina pone en marcha el chef Javier Muñoz Calero . La cocina que se practica en Ovillo, en una cena en el mes de mayo, con mucho calor en la ciudad, pasea por platos clásicos, Callos o carnes acompañadas de salsas clásicas, como un lomo de ciervo con salsa Perigord, hasta juegos más atrevidos como la berenjena asada con caldo de miso. Buen pan el que ofrece la casa, y muy buenas las focaccitas sin gluten, que junto a unas láminas/pan de lentejas, hacen del elemento básico un disfrute. Para acompañar esta bienvenida un poco de mantequilla con cítricos. Y unas láminas de salchicha de ciervo y corto. La sal como conservarte será algo que aparezca a lo largo de la cena, y permanezca en el paladar más tiempo del deseado, pidiendo agua durante la noche, ya fuera del restaurante. En los primeros probados hay afectividad y notas no tan certeras. Mientras que el erizo se presenta fresco y sabroso, el pulpo, sin sabor, queda oculto en un juego de matices y salsas que no le hacen ningún favor. Sabroso el carpaccio de Corzo, pero donde más personal el aliño que la carne. Las chips de oreja son un entrante que tal como se presentan, sabrosos y picantones con gracia, merecerían un contraste húmedo que les diera mayor personalidad. El esponjosito de rejo es un bocado bien resuelto, aunque su tamaño sea algo mínimo. Los pescados, una corvina escabechada y un rape con holandesa quedan insípidos, y ni hay acidez en la holandesa para contrastar con un deslavazado rape, ni la corvina recibe la rusticidad viva de un escabeche que merecía más potencia. La textura del lomo de ciervo, acompañado de la salsa con notas trufada, está muy bien de textura, lástima que la crema de calabaza no redondee con más personalidad sápida la construcción. Gloriosos los callos. Melosos, ricos, nada pesados y muy equilibrados. El servicio de sala queda algo tímido y distante, cometiendo errores infantiles. La carta de vinos que propone Ovillo es aburrida, sin hacer oídos a tendencias que el mercado del vino nacional tiene ahora muy presente. No hay referencias en el campo de los blancos a vinos del sur, por poner un ejemplo. Y con errores como el de servir añadas que no son las indicadas en la carta. Los precios de los vinos duplican, por lo general, el precio en tiendas especializadas. Resulta sorprendente como en tiempos actuales las correcciones de las cartas no se tienen al día. Adecuado servicio de copas para el vino, optando para un único modelo para todos los vinos, ya sean espumosos o tranquilos. La luz sobre la mesa, pese al supuesto romanticismo de las velas, queda como materia que después de los años que el restaurante lleva funcionando, al menos en sesión nocturna, debería prestarse algo de atención. Desigual experiencia que no contempla una cocina total, ni desde luego una sala que merece una mayor atención. Precios altos para el binomio relación...
Read moreUna auténtica decepción. Voy a poner los pros y los contras:
PROS: Local original, ambiente agradable, poco ruidoso y bien iluminado. Algunos platos como la ensaladilla con pan naan de lentejas, el cangrejo y las alcachofas estaban ricos. Algunas de las personas que atienden son agradables.
CONTRAS: Menú degustación en 10 pasos muy irregular. Algunos platos son francamente de relleno como el buñuelo de tartar. 15 minutos de espera entre plato y plato. Me parece inaceptable puesto que cada plato es un bocadito. Advertimos de alergias al hacer el pedido. Trajeron un plato con uno de los alérgenos y no se molestaron en pedir disculpas. Lo cambiaron por otro plato, pero la carne estaba reseca e insípida como si fuera el resto que queda en la bandeja. Lo devolvimos y solamente nos dijeron que "iban a hablar con cocina" no ofrecieron ninguna otra cosa en sustitución y nuevamente ni siquiera pidieron disculpas. Mientras la sala aún estaba bastante llena, cada vez que levantaban una mesa una señora se ponía a planchar los manteles en mitad del salón, me pareció surrealista y más para un restaurante de un supuesto nivel. En el paso del postre trajeron una especie de hojaldre reseco con algo de manzana y otro postre. Supusimos que era el 10º paso ya que nadie explicó nada. Al traer la cuenta, nos dijeron que el hojaldre que NO habíamos pedido y que encima no nos gustó, era invitación de la casa por las molestias. Oiga usted, que ni nos informaron, ni sustituyeron el plato de carne ni pidieron disculpas! Al menos pregunten si queremos un postre adicional a modo de compensación! que a uno de los comensales le faltaba uno de los platos fuertes! El otro plato fuerte era un pescado insípido y sin gracia con unas pocas láminas de zanahoria en vinagre. Un horror. La maitre muy poco profesional, los camareros poco experimentados.
En resumen: casi 3 horas para tomar 8 bocaditos de calidad irregular, 1 pequeña ración de pescado insípido y un pequeño plato de carne que no estaba mal para uno de los comensales. El otro podía haber tenido una reacción alérgica y se quedó sin comer uno de los platos del menú (que cobraron completo) ni una disculpa excepto una supuesta invitación a un postre reseco y sin gracia a compartir entre dos y que trajeron sin ningún tipo de explicación. Personal muy poco experimentado y en ocasiones malencarado y una inexistente dirección de sala. Coste: más de 200€ Una tomadura de pelo. Muchas pretensiones de chef, pero no vimos por ningún lado una profesionalidad acorde. Me cuesta entender que lo ensalcen tanto en las guías...
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