Interesante restaurante de cocina gallega y caracter castizo en Prosperidad. Un local grande pero acogedor con iluminación tenue, sin ventanas y una decoración rural tradicional pero cuidada. Destacar que disponen de opción de parking para clientes. El trato del personal fue ágil y correcto pero demasiado frío y escaso de atención y personalidad. En cuanto a la carta no es muy extensa (buena señal) y centrada en la cocina gallegs, con una sección de entrantes dividida en tierra, mar y huerta, una sección de carnes a la parrilla o a la piedra con sus acompañamietos, una sección con tres opciones de pescados y un arroz con bogavante, y por último los postres caseros. Destacar que para muchos platos disponen de opción de medias raciones. De entrante nos pusieron un paté con mermelada. Nosotros probamos la tortilla de betanzos con jamón, calidad y sabor muy correctos pero tamaño demasiado pequeño y el punto de cuajado un poco pasado comparado con la auténtica de Betanzos. De segundo optamos por 1/2 kilo de lomo a la piedra acompañado por patatas. La carne es tierna, de calidad y con sabor correcto pero se echa en falta más potencia de sabor, y las patatas de acompañamiento, dada su sencillez, es incomprensible que no vayan incluidas en el precio y haya que pagarlas aparte. De postre elegimos tarta de queso, buena textura y buen sabor, recomendable. Indicar que nos ofrecieron un licor o crema de invitación junto con el postre. En cuanto a los precios considero que son elevados, aunque la calidad y sabor son buenos, las raciones son de escaso tamaño, la tortilla (20€) puede ser comida por una persona fácilmente, el lomo a la piedra (64€/kg) es precio de chuletón de vaca madurado y unas simples patatas fritas por 6.5€ en vez de ir incluidas con la carne es una auténtica exageración. Aún así recomiendo el sitio para alguna cena con amigos o de empresa. Me quedé con ganas de probar el arroz que vi servido en una de las mesas y tenía muy...
Read moreFuimos conscientes de que era un restaurante caro, entendiendo que era de los mejores catalogados en comida gallega. La comida fue aceptable, nada excepcional, pero sobre todo, porciones pequeñas para sus precios. Muy llamativo que siendo supuestamente de categoría, traigan pan sin consultar, y para colmo, cobrando dos euros por cada pieza… o sea 5 pancitos básicos son 10 euros que ni preguntan si los quieres. Dos bochas de helado de supermercado, 7,5 euros… saquen sus propias conclusiones. El pulpo, recomendado, era aceptable pero básico. Se nota que ya la cocina no es gallega o no saben cómo debería hacerse para ser extraordinario. Huevos estrellados llegan fríos… y todo ya revuelto. Raro para valer 21 euros (patatas y huevo, quizá de dinosaurio). 8 croquetas, 18 euros…. Datos… En definitiva, iba a ser una ocasión especial, buscando cocina tradicional gallega y terminamos en un garito pijo Sin personalidad, carísimo, con gastos extras no consultados innecesarios y con una relación precio-calidad inaceptable. Lo peor de todo es que responden a las críticas negativas a la defensiva, atacando al cliente y quedando peor por el solo hecho de hacerlo. Espero que no me respondan, acepten las criticas constructivas, mejoren y se llamen a silencio. Cuanto más reaccionen, más demuestran sus falencias
—- media hora después
Jajaja y contestaron… eso solo confirma todo lo dicho. Gracias por no poder soportar las criticas, eso solo demuestra que son reales, saludos y ojalá tengan la capacidad de mejorar en lugar de defenderse, son un restaurante… asimilen sus deficiencias para...
Read morePongo 1 estrella porque hoy en día no se puede tolerar este trato en la restauración. Somos de comer bastante poco y preguntamos al camarero si sería suficiente y nos dijo que no pidiéramos más. Después de varios entrantes cuando llegó la carne era muy poquita y queríamos más (un plato de carne cruda) y nos dijo que la cocina estaba cerrada y que no había más de MUY malos modos. Si la cocina va a cerrar se avisa antes o no te enfades. Estábamos de muy buen humor ilusionados por la comida y el lugar y cada vez que pedíamos algo con una sonrisa nos miraban con asco. Un camarero metió los dedos en mi vaso de agua con gas lleno para llevárselo sin preguntar y la camarera (súper desagradable en todo momento) se llevó el vino de otro comensal a la mitad y un par de platos con comida sin preguntar antes ... Otro se puso a hacer rudios altos desagradables en el lavabo con la puerta abierta para echarnos mientras comíamos. Señores... No se puede atender así. Si van a cerrar se puede decir de buenas o darnos un horario de cierre, no aceptar reservas a esas horas o informar al cliente de que solo van a tener una hora para comer e irse. Desde luego una vergüenza y trato frío... Mala representación de mi...
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