Cucű Food Experience — Restaurant in Murcia

Anoche fuimos a cucu gastrobar con un cupón de Groupon y una reserva CONFIRMADA desde hace más de dos semanas(era una cena muy especial para nosotros). Al llegar y decir que veníamos con el cupón de Groupon, el chico de allí, nos dice que imposible ya que no tiene reservas de Groupon los viernes por la noche y le enseñe el móvil donde salía la reserva confirmada con el día y la hora. Dice que no sabe nada y que no puede hacer nada ya que lo tiene todo reservado, que habláramos con groupon. Nosotros con una cara descompuesta y el chico siguio haciendo sus cosas sin empatizar y pasando totalmente del tema. Mi cabeza no reaccionaba al ver como estaban pasando de nosotros, ni siquiera un voy a ver qué ha pasado o no se pero, si yo hubiera estado en esa situación y es mi restaurante, no los dejo así de tirados y al menos empatizo con ellos y les digo que lo siento o les pido disculpas pero, no nos dijeron nada más, solo se miraban unos a otros y continuaron haciendo como que trabajaban. Sólo añadir que sino queréis reservas de Groupon, no os pongáis en la web. E incluso en las condiciones te pone que vale de L-V y el horario ya que esa cena estaba muy pensada y leí muchas pveces las condiciones del cupón. En fin, aún no me lo creo. El trato del encargado, muy desagradable, como dejas a unos clientes sin ni siquiera empatizar? Al hablar con atención al cliente de Groupon, me dio la opción de que ellos hablaran con el restaurante y hacer la reserva para otto di kma pero, del feo que nos hicieron, no vuelvo ni loca!

Contesto: Si, muchas modificaciones porque no siempre hemos podido ya que nuestro trabajo no nos lo permite. En la aplicación nos salía la reserva confirmada y no pretendía ningún regalo de nadie ya que lo pague con antelación. No se donde estaba la empatía cuando no escuché un "lo siento" o "espera que te ayudo a ver qué...

¡Tomadura de pelo! Así describiría como nos atendieron el sábado pasado. UNA: Cuando llegamos aún no había clientes y le pedimos sentarnos en las mesas de la calle, que están en una plaza cerrada y poco visible al paso de la gente por la zona, pero nos dijo que estaban reservadas para dentro de 10 minutos. Así que, nos habilitó una mesa en el único ventanal que da al lateral visible, el local solo tienes dos laterales a la calle. Es decir, nos puso de reclamo, como que había movimiento en el local. Por casi una hora estuvimos a solas con el, algo menos que antipático, camarero, mientras las mesas en calle seguían sin ocupar. DOS: Pedí algo de agua para tomar unas pastillas, que me negaron, diciendo que tenía que ser un botellín de agua mineral, el no simpático camarero dijo que del grifo solo tenían agua para fregar, caliente. Le pedí agua corriente, entendiendo que solo quería decir que no estaba fría ¡¡Me trajo un vaso de agua a 50 o 60 grados!! Gracioso el chiquillo. Ya mosqueado le dije que agua para su clientela debían tener y, solo entonces, me ofreció agua en condiciones para poder tomar las pastillas. TRES: Y ya puestos a cenar, hablando de la comida, la ensalada parecía un plato de guindillas dulces, que estaban bien, pero que a penas se acompañaba de unos tomates muy, muy insípidos. Las alcachofas y los champiñones lejos de ser algo original y sabroso, eran unos rebozados poco recomendables como la verdura que era, aunque no terminaban de estar mal. Y para acabar, la tortilla de patatas con cebolla, la tradicional, sin estar mala, no acababa de ser algo que disfrutaras como para decir ¡¡hummm qué sabrosa!! ni, por supuesto, para decir repetiré, porque no invitaba a ello, aún descontando la...

Fuimos con las expectativas altas al tratarse de un gastrobar, pero la verdad es que ninguno de los que fuimos a comer salimos demasiado contentos. En total desde que entramos estuvimos prácticamente 3 horas. Los entrantes venían separados, cuando uno comía el otro tenía que esperar media hora para que llegase su plato. Lo que nos llamó la atención del sitio fueron las tortillas así que nos pedimos una de queso brie con trufa, pero sorpresa, cuando llegó eso no era queso brie, era otro distinto ya que no sabía igual y la tortilla era de color naranja. Echaron cheddar o algo parecido y ni siquiera nos avisaron por si queríamos cambiar de tortilla, se pensarían que no nos íbamos a dar cuenta. En cuanto al postre, nos pusieron los paparajotes con un sorbete que no era el que correspondía con lo que ponía en la carta. Encima al acudir al baño escuchamos a uno de ellos mientras preparaba nuestro plato decir que daba igual, que pusiera el otro helado. No me quejo de la comida en sí, sino del servicio. Si por lo que sea no tenéis determinados ingredientes deberían avisar a los clientes. Y media hora de reloj desde que pedimos la cuenta hasta que nos la trajeron, cuando ni siquiera estaba...