VER PARA CREER. Es una de esas cosas que uno piensa que es imposible que le ocurran. Ni tan siquiera, que tengan lugar en una ciudad tan turística como ésta. Paseando por el centro de Oviedo, hemos terminado en este pequeño bar. Dado que estaba lleno de lugareños, hemos pensado que sería un buen sitio para tomar una sidra y una ración de cualquier cosa para calmar el poco hambre que arrastrábamos. Bien, nos hemos sentado en una de las dos mesas que aún quedaban libres. El resto de mesas parecían estar ocupadas por parroquianos. Tras permanecer un rato sentados y ver que nadie salía a atendernos, me he decidido a entrar. Ahora, visto con cierta prespectiva, creo con bastante seguridad que la intención de la dueña era quizá que, cansados de esperar, nos hubiéramos ido a otro sitio. El caso es que he entrado y con educación, he pedido un refresco para mi novia, una sidra para mí y una ración de tortilla de champiñones para los dos. Ya que la persona que me ha atendido no me ha indicado que fuese a sacar la comanda a la mesa, he esperado un instante y yo mismo he recogido y sacado el refresco fuera. De nuevo, tras esperar un rato sentados en la terraza, he vuelto a entrar y he visto que la botella de sidra con su correspondiente vaso estaban esperándome encima de la barra. Por supuesto, he pensado... no podía esperar que la sacara... y he vuelto a salir con ella. Allí estábamos sentados fuera. Mi pareja con su refresco, yo con la botella de sidra esperando para ver si la amable señora hacía el más mínimo gesto de escanciar al menos un vaso de la botella de sidra que habíamos pedido y... aguardando la ración de tortilla. Entretanto, la amable camarera no hacía más que entrar y salir para servir eficazmente a los parroquianos y por supuesto, escanciar las comandas de sidra que éstos habían pedido ya antes de que nosotros llegáramos. Eso sí, mostrando una indiferencia total hacia nosotros y para colmo, sitiendo como las miradas de las otras dos mesas se nos clavaban sin ningún disimulo como invitándonos a abandonar el lugar. Uno no sabe lo que se siente hasta que no le sucede algo así. Claro, el dueño se hace fuerte al sentirse respaldado por sus parroquianos mientras ningunea a los dos turistas de esa manera... Increible! Finalmente, lo posadera ha sacado la ración de tortilla que habíamos pedido. Yo, directamente de la botella, me he servido un par de culitos de sidra. Mi pareja ha terminado el refresco y hemos dado cuenta de la ración de tortilla. Para terminar, he entrado a pagar y sin darnos las gracias siquiera, mi pareja y yo hemos abandonado el lugar con no más de una quinta parte de la botella de sidra consumida. En fin, una de esas experiencias que a mí personalmente me quitan las ganas de volver a pisar el Principado... pero afortunadamente, ni mucho menos todos los sitios ni personas son así, claro......
Read moreNice restaurant and staff. The only waitress there, is outgoing and attentive, she recommends whatever she thinks is the best for you. The food is impressively fast and delicious, i would recommend “Tortilla de Papa” if you’re looking for a typical dish. However, there are plenty of options for you to choose, from what i have tried every single thing was worth it. Even the desserts are something to look forward to, they are even better than the actual food itself. I do not lie when i say i loved this restaurant, i have went there 3 days in a row and always left completely satisfied. If you are in Oviedo and don’t know where to eat, don’t even think about it twice and choose this restaurant, i repeat, it’s not only amazing because of how attentive the staff is but also the food is delicious. It’s a small restaurant but that’s what makes it totally local, i’ll never forget this restaurant, it was an iconic place for me in this...
Read moreLa Belmontina, en Oviedo, es un bar de los de toda la vida. Iluminación con tubos fluorescentes como los que había en las cocinas de las casas o pisos en los años 60. Tienen un pequeño comedor en la parte superior que se extiende también a la planta calle. También terraza con sombrillas grandes y toldos que funciona incluso en invierno. Sólo pudimos probar la tortilla con chorizo (correcta) y las croquetas (ricas y cremosas pero con un rebozado muy gordo). Con sidra que escancian ellas, por supuesto. Precios muy buenos. El problema vino cuando, al estar en barra por no haber mesa disponible, nos dijo la "chica joven" que solo podíamos pedir tortilla, croquetas o rabas. Tienen otros platos (callos, fabada, etc) pero, sin decirnos por qué (por estar en la barra, vamos) no pudimos pedirlos. Al preguntar a la otra persona que atendía (la señora mayor de pelo corto), al menos conseguimos una carta y sí que nos ofreció todos los platos de la misma. Sin embargo, fue rápidamente reprimendada por la otra, por lo que nos quedamos con las ganas de probar más raciones.
Salimos con la impresión de que no les gustan los forasteros.
Una lástima. Íbamos a volver pero con el trato...
Read more