Asador Olaverri — Restaurant in Pamplona

Without a doubt the best meal I've had in Spain so far. To have waited for 2 hours and be very happy with what I got simply means Asador Olaverri does their food right.

I visited on a Sunday, went to the restaurant after seeing rave reviews to find that they were full, and with reservations going into a second sitting. Luckily, I was alone and could wait --- it is always easier to sit a single person, I think. Still, it took close to 2 hours before I was able to get a table.

The manager and his English-speaking daughter were very kind and helpful. I asked the manager to recommend dishes good for one, and he came up with media de hongos (just the right level of tenderness for the eggs, and the right level of salt) and solomillo ganado mayor (I asked for medium rare and it was perfect! I was concerned I wouldn't be able to finish the food because I also ate the free bread, but it tasted really good and I was able to finish everything!

All in all, a great experience! I would recommend getting a reservation in advance if at all possible.

(P.S. I came in full pilgrim style and was welcomed to the restaurant...

Asador Olaverri, located at Calle de Sta Marta, 4, in Pamplona, is a distinguished establishment celebrated for its exceptional charcoal-grilled meats and fish. Since its inception in 1963, this family-run restaurant has upheld a tradition of culinary excellence, offering a menu that showcases the finest ingredients prepared with meticulous care. 

The menu features an array of delectable options, including the renowned chuletón de Olaverri, a ribeye steak from mature cattle, priced at €5.79 per 100 grams. Other highlights include costillas de cordero (lamb chops) at €24.50 and solomillo de chuleteros (sirloin) at €26.70. For those seeking traditional dishes, the gorrín asado (roast suckling pig) is available for €26.75 with prior reservation. 

While the prices reflect the premium quality of the offerings, patrons consistently praise the restaurant for delivering an outstanding dining experience that justifies the cost. The combination of expertly prepared dishes, a warm and inviting atmosphere, and attentive service makes Asador Olaverri a must-visit destination for those seeking top-tier cuisine...

Estuvimos en el Asador Olaverri recomendado por alguien que ya lo conocía, y decidimos hacerle caso. Lo primero que nos llamó la atención fue su localización en una estrecha calle del popular barrio de La Milagrosa en Pamplona. Pensamos que sería un lugar pequeño y modesto pero nos encontramos con una amplio local con dos salas una muy grande y otra más pequeña donde estaba la mesa para 7 personas que reservamos con tiempo varios días antes. La decoración esta elaborada con revestimientos de madera en casi todas las paredes, que resalta con la luz porque la iluminación es perfecta con luces potentes para ver lo que te vas a comer, no como en otros establecimientos de hostelería donde casi tienes que llevarte una linterna frontal para escudriñar la comida del plato. Creíamos que por ser un día de agosto no acudiría mucha gente pero en poco tiempo estaba el aforo completo, teniendo que esperar más de una hora los que llegaron sin reserva. La zona de la cocina donde están las parrillas para asar la carne y el pescado están a la vista porque dan a la sala principal, y mucha gente se acercaba para hacer fotos con el móvil. En cuanto nos sentamos en la mesa descubrimos que a pesar de lo bien organizado que lo tienen todo no había un mantel sobre la mesa de madera, ni siquiera un mantel de papel de usar y tirar. Esto contrastaba con la servilleta, que era de tela blanca. ¿Por qué no ponen un mantel en tan elegante restaurante? Es un fallo grave para mi. Tampoco me gustó el aspecto de la carta. de papel ya muy manoseado y mal "encuadernado" con un hilo grueso. Habrá que renovarlo con algo mejor. En cuanto a la comida, pedimos unos entrantes para probar los apetitosos manjares que saben elaborar, y efectivamente se me olvidaron las anteriores críticas. Probamos los hongos con revuelto de huevo poco hecho, y nos gustó mucho. Luego nos trajeron un pincho de tortilla con un pimiento encina para cada uno, y también estaban muy bien. Por último, le llegó el turno a unos pimientos del piquillo en su salsa, y también salimos satisfechos. Queríamos probar el pescado, así que nos alegraron la vista con porciones de rape, muy bien de aspecto y fabulosos de sabor. Muy bien hecho porque fue lo que más nos gustó de la comida. Aunque ya que estábamos allí no nos íbamos a ir sin probar el chuletón. Nos sirvieron dos grandes piezas de ternera para 7 personas, y aunque ya estábamos saciados terminamos con ellos. Estaban poco hechos como nos gustan pero quizá deberían estar en su parrilla sobre ascuas para que se hicieran un poco más como los sirven en otros restaurantes. No quedamos tan satisfechos como con el pescado pero quizá porque ya estábamos saciados. La carta de vinos es amplia, y acertamos con un Remelliuri , del que yo había oído hablar pero nunca había probado antes este vino de la Rioja Alavesa. En cuanto a los postres, pues los comimos sin gana pero al ser pasteles y dulces no lcuesta ningún esfuerzo darse el último capricho. En resumen, un buen sitio casi perfecto pero donde aún tienen...