Horrible. Ha cambiado mucho, era un lugar increíble con buen trato y donde se comía muy bien. Ahora por lo que sé lo lleva una mujer (supongo la hija del antiguo dueño), la cuál no estaba y era todo un desastre. Un servicio completamente horrible. Camareros saturados por la falta de dirección. No tienen ni 1/4 de la carta. Se han ido unas 4 mesas por ser mal atendidas. No disponen de datáfono y la máquina que cobra en efectivo no da el cambio a los clientes y esto es un auténtico desastre, teniendo que llamar a la jefa por teléfono para que realice las devoluciones del cambio mediante bizum a cliente por cliente, algo surrealista que no había visto en mi vida. Tampoco disponen de papel para imprimir el ticket, por qué según los empleados la jefa no lo compra, ya que el local se traspasa y por lo que se ve no hay interés en nada. La suciedad en los baños es increíble, en el local también. Por lo que me cuenta un camarero piden 150.000€ por el traspaso, cuando eso en el estado en el que está no vale ni 20.000€. Necesita una reforma integral. Solo disponen de 5 tipos de bebida, agua, Cocacola, Fanta naranja, cerveza y schweppes de limón (literalmente) Las arepas estaban bien, pero todo lo demás hizo que fuera una cena horrible. Los empleados no pueden dar más de sí, ya que la propietaria no les pone los medios. Descontrol absoluto, falta de dirección, empleados saturados. Si te atreves a ir, antes de pagar revisa bien la cuenta en la pantalla del TPV, ya que no hay ticket. A nosotros casi nos cobran 12€ de más por tener más productos de los pedidos ticados. Recomendación para la propietaria, si no estás capacitada para atender un negocio, cierra y listo, pero así no.