Me he tenido que pensar muchísimo esta reseña y cuando enfatizo el "muchísimo" es por algo. Ayer, subí al hospital Nuestra Señora de la Candelaria, recogí mi tratatamiento, con la guagua 905, que se coge enfrente mismo, bajé al Meridiano y pasé por varias tiendas, la primera Primark porque en el sur no hay, también por JB y por algunas otras, como tenía tiempo para coger la guagua, decidí darme un capricho y fui al restaurante NoodleBox. Me resulta muy difícil escribir estas palabras; porque no es la primera vez que esto me sucede, ya van dos veces con respecto a la calidad de sus productos y la primera vez fue aún peor. A lo que voy, realizo mi pedido, creo, afirmo y aseguro que deberían habilitar una zona exclusiva para los repartos a domicilio por empresas externas y es un goteo constate de personas con mochila de gran tamaño, repartidores que entran en tropel, llevándose pedidos, por lo que me alegra bastante que el negocio prospere, pero, aquí llega mi "pero", dentro hace un calor sofocante, asfixiante e incluso lo pasé mal, hice mi pedido, todo bien, el chico que me atiende, muy educado, pero muy nervioso al ser según él "su primer día" y se disculpó, lo que empatizo con él y no tengo quejas, aunque le repetí mi nombre tres veces, HELEN, (con hache muda), ¿qué o cuánto de complicado es escribir mi nombre? Pago nueve euros y aquí sí afirmo que se han pasado un poquito con el precio, entiendo que la materia prima se ha encarecido, lo sé, también compro, pero la carne de pato que pedí, como capricho, seré sincera: dicta mucho de la realidad y calidad de hace unos dos años, sé que el pato tiene mucha más grasa que el pollo y a mí me tocó toda la peor parte, dura, además que para encontrarlo tuve casi que sumergirme en la caja, de sabor bien, aunque con un cierto gusto a quemado o ahumado que antes no solía tener. Y he ido varias veces al del sur. Como afirmé, lo pedí para llevar, llegué a casa, lo calenté unos 40 segundos, abrí mi cajita muy feliz, empecé a comer y los pocos trozos de pato que tuve la suerte de poder encontrar; estaban duro no, lo siguiente, nivel incomible, suela de zapato, mis perros no se quejaron, me quejo yo que lo pagué. Cuando termino y miro en el fondo había un pelo, de origen extraño, garantizo que ese pelo no proviene de mi cabeza, esto lo puedo asegurar. Era un pelo pequeño, pegado justo al fondo de la caja, como en el fondo de mi retrete quedaron los noodles, junto al poco pato que pude comer, restos de verduras y huevo con la salsa, todo junto. Yo padezco Crohn, comer fuera de casa para mí es un lujo y poder darme un capricho una vez cada algunos meses sin vomitar es una gran satisfacción que ayer a la noche no tuve y creo que van a tardar muchos meses en verme "el pelo" por NoodleBox, pero meses y esto no solo me enfurece, también me entristece porque era y afirmo, era, de los pocos establecimientos de "comida rápida" de los que podía disfrutar por su calidad, frescura, variedad y limpieza... que solían tener. Lo siento por tener que escribir esta reseña, pero después de la salsa agridulce con moho de la última vez que fui con mi novio, a esta vez que me encuentro un pelo, han pasado unos meses y entre medio solo volvimos a ir y nos trataron peor que mal por llevar un pomerania de cuatro kilos, que insisto, nunca llegó a entrar en el local, pero resulta que el Siam Mall sí permite entrar con mascotas, ahora, si por algún motivo no quieren perros en su terraza, pongan un cartelito, pero no traten mal a los clientes que ERAN asiduos, repito eran. Esta vez con el pelo al fondo de mi cajita, no fue la gota que rebosó el vaso, fue la gota que rebosó mi confianza y paciencia, por lo que me da muchísima rabia, porque era una comida de la que siempre había disfrutado, sola o en compañía. Ya ayer dije basta, van tres veces que o bien me dan algo en mal estado o bien se quejan de mi perro o aparece un pelo pegado al fondo de la cajita. Señores, tomen nota. Que para colmo de males conozco a los dueños y he tenido el placer de haberles atendido varias veces en la empresa en la cual...
Read moreAnoche 30 de julio fui con un amigo a cenar después del cine. Ya conocíamos el sitio, nos gustaba la comida y el servicio. Nada más llegar, vimos que había buen rollo en el ambiente, todos chicos jovencitos rondando los 20 y con regueton de fondo pero a un volumen que no molestaba. El problema empezó al comenzar a pedir. Una chica con poca paciencia, le costaba explicarnos el tipo de salsa a elegir porque entendimos que tenía prisa por acabar su jornada. Mientras pedíamos no paraba de cantar a todo volumen la canción que estaba sonando de fondo, así que nos costó un poco hacer el pedido. De hecho, se inventó el nombre de mi amigo para que recogiéramos la comida por “ir más rápido”, cosa que nos pareció una falta de respeto. Mientras, seguía cantando sin ningún tipo de reparo. Sus compañeros la animaban a ello también. Al recoger la comida, otro chico nos pregunta por las bebidas y le informamos de lo que habíamos pedido. Al rato vuelve la chica inicial y nos vuelve a preguntar lo mismo, a lo que respondemos que ya se lo habíamos comunicado a un compañero de ella (para que no se duplicara el trabajo) Ahí viene otro de los momentos de la noche: Nos contesta entre risas y gritando “se fue pal c*ño” cómo queriendo hacer una gracieta. Nos sirvió al bebida y nos retiramos a una mesa de fuera para comer tranquilos. En ese punto es cuando empieza realmente el sufrimiento (no solo para nosotros, el resto de clientes, estaban en shock también) dentro, empiezan a recoger y limpiar mientras suben el volumen de la música al máximo y a cantar regueton como si aquello fuera un karaoke. La música estaba tan alta que llegó incluso a molestar hasta los cliente de los locales cercanos. Una chica se levantó y les pidió que por favor bajaran la música pero no hicieron caso y optaron por usar unas bolsas para llevarse la cena y abandonar el sitio. Mientras por otro lado, una pareja que comía en un extremo del local, fue casi arrollada por otro trabajador, que entró con un contenedor verde a la puerta del restaurante para sacar las bolsas de basura, con los malos olores que eso conlleva mientras intentas cenar justo al lado. No entendemos cómo ha podido decaer tanto el servicio, ni cómo se pueden tomar esas licencias con clientes con los que no tienen confianza en absoluto. Fue una situación surrealista desde que entramos hasta que salíamos. Pero el colmo es que mi amigo, se pasó toda la noche vomitando porque le sentó fatal la comida. Desde luego jamás volveremos a pisar ese local, porque ha sido la peor experiencia gastronómica de toda nuestra vida… en todos los sentidos; trato al cliente, faltas de respeto, malos modos, falta de higiene y limpieza...
Read moreHe ido ya varias veces a este establecimiento y pido por lo general el mismo tipo de Noodle Box, siendo el mismo pedido no entiendo como varía tanto la comida en diferentes días (preparación distinta)... .
Hay veces que se le han quemado, hoy por ejemplo que fui a realizar un pedido, la cantidad de salsa fue escasa, parece que querían que pagarán hoy el extra de salsa para poder tener un Noodle Box decente... .
Esto último no es la primera vez que me pasa recuerdo una vez pedirlo con el extra de salsa y solo sentí el extra en la cartera (menos dinero), es decir ni por esas... .
Midan las cantidades que se emplean, no puede ser que un día este perfecto de todo y al otro día quemado, al otro poca salsa... . Así no os puedo recomendar por qué quedo muy mal.
Otra cuestión, el tema de la higiene, observé mientras me lavaba las manos en los baños del meridiano que uno de los cocinero de este mismo establecimiento salio sin lavarse las manos.
Ese mismo cocinero cabe destacar que no utiliza guantes al preparar la comida (no es el único cocinero), es posible que se hubieses lavado las manos dentro del local antes de reanudar el trabajo o no, para cuestiones como esta se agradecería que llevarán los guantes los cocineros, al ser posible, se agradecería bastante que aplicará eso.
Una última cosa, se aprecia que se llevan bien todos los empleados por lo general (ambiente muy agradable, cabe destacar), pero si podría ser que no se hablasen entre ellos mientras me preparan mis noodles se los agradecería en el alma (y si tal hablense mirandose a la cara mejor), aunque me hagan los Moodle con poca salsa por favor no lo compense con extra de saliva, ...
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