Hemos escogido este sitio para comer porque era un poco tarde (tres de la tarde) y en el resto de locales con menú había unas colas inmensas. Voy a intentar ser breve. La atención deja bastante que desear y el servicio es lento, muy lento: el primer plato lo han traído rápido, el segundo no, el postre ha tardado una eternidad y la cuenta la hemos tenido que pedir varias veces. Cuando hemos salido eran más de las 5...
La camarera estaba completamente perdida y no sabia por donde le daba el aire... estaba tan perdida que entre el primero y el segundo nos ha traído el postre de otra mesa. Además, desconocia los ingredientes de los platos. Le hemos preguntado si uno tenía un champis y nos ha dicho que no lo sabía (teníamos a un alérgico). Aún asi hemos pedido ese plato para otra persona y cuando lo ha traído, la camarera nos ha dicho, completamente convencida, que el plato no llevaba champiñones y que el alérgico lo podia haber pedido... pues bien, el plato estaba lleno de champiñones y se veian perfectamente. Quizas la camarera no sabe lo que son los champiñones... No había empezado a comer y ya sabía que no volvería nunca más a este sitio.
En relacion a la comida, personalmente, pienso que deja mucho que desear. Sosa, seca y sin alma, muy de batalla. Se nota que son platos precocinados, pero es cierto que para salir de un apuro no está mal, eso sí, si el menú hubiese costado 10€ y no los 20 que te roban, perdón, que te cobran.
Resumiendo, no os dejéis engañar, no hay calidad ni en la comida ni en el servicio, y el precio es desorbitado para lo que ofrecen. Además, la ineptitud de ciertos camareros puede poner en peligro la vida de...
Read moreEl único sitio en todo el centro comercial en el que tienes oferta de comida tradicional casera por tanto el único restaurante en el que la cola es tremenda, por algo será. Platos variados tanto en menú como en carta. Tras su reforma es aún más acogedor y el toque de color que le han dado es espectacular. El ritmo de trabajo es altísimo (provocado por la alta demanda que tiene) no entiendo por que los clientes exigen atención especializada con amabilidad excesiva, en mi caso voy a comer no a esperar un trato especial por parte de los camareros. Que aprovecho para destacar todos tienen un trato espectacular y profesional (cosa que se echa muucho de menos hoy en día ya no quedan camareros de verdad y aquí los hay) En la barra son rápidisimos y en las mesas solo les falta volar. Soy una clienta habitual los fines de semana y he presenciado como hay clientes que buscan sentarse en zonas específicas buscando que les atienda la encargada porque el trato de esa chica es alucinante. Por mucha carga laboral que tenga (que en findes es mucha) jamás la he visto tener un mal gesto con nadie al contrario ofrece eficiencia, amabilidad, rapidez y un trato envidiable. Pocas camareras he visto yo así. También, hay un chico joven , alto de pelo negro que la madurez y profesionalidad que tiene es de admirar.
El nivel de la hostelería en este país ha bajado tanto que ahora vamos a un restaurante y opinamos sobre si el camarero sonríe o no porque ya, que más vamos a calificar, penoso.
El próximo...
Read moreComí allí el 16 de julio de 2025 y quiero pensar que el cocinero titular estaría de vacaciones y se verían obligados a meter en la cocina a alguien que pasaba por allí.
De primero pedí “Paella” y tiene muchísimo mérito lo que me sacaron. Llevo casi 60 años comiendo arroz y jamás vi semejante engrudo, con una textura pastosa similar a unas gachas mezcladas con cola de empapelar. Imposible distinguir un solo grano, porque venían en bolas de unos 250 formando grandes croquetas deformes de arroz pegajoso. ¡Espectacular!
De segundo pedí lomo de bacalao y aún dudo si aquello se les cayó de un quinto piso o lo atropelló una carretilla. Al contrario que el arroz, el lomo venía fragmentado en unos 60 trozos de todos los tamaños, seco como una momia y recompuesto sin piedad sobre unas patatas panadera deshidratadas que llevaban como cuatro horas fuera de la freidora. Me hizo falta un litro de agua para empujar, que al mezclarse con la argamasa del arroz hizo reacción y me dejó el estómago como un balón de Nivea.
He sufrido a lo largo de mi vida dos amagos de infarto y no fueron tan duros como la digestión que estoy experimentando hoy. No hagas deportes de riesgo: vete a comer al Kalezar. Por lo...
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