We had a very unpleasant experience at Guira y Tambora and here’s why. Starting with the reservations. We inquired about a reservation for 15 people and we were told that they don’t make reservations. Then another lady told us that they do make reservations but only if we were willing to spend $250 or more. Also they didn’t take a name for our reservation and just hung up. When we arrived there were only 10 chairs, and while we waited for the others to arrive we weren’t offered water (which is complimentary in most restaurant in Boston) also considering that we were under the blazing sun in the patio. Our waitress wasn’t very attentive, we had to flag her down every so often and we had to keep reminding her to pick up our empty glass/plates. Throughout the whole lunch we were being rushed almost as if they wanted to kick us out which was very unpleasant, and we all felt that way. Lastly, we left the waiter a decent tip consider that her service wasn’t that great. The manager that was wearing a pink shirt that day came out with a very disturbing face and rudely urged us to pay her 18% tip which wasn’t deserved. I don’t think I’ll ever go back. They are only attentive and well mannered to the customers that are there regularly, and it shows.

Tuvimos una experiencia muy desagradable en Guira y Tambora y les voy a decir porqué. A partir de las reservas. Preguntamos por una reserva para 15 personas y nos dijeron que no hacen reservaciones. Luego otra señora nos dijo que sí hacen reservas, pero solo si estábamos dispuestos a gastar $ 250 o más. Además, no tomaron un nombre para nuestra reserva y simplemente colgaron. Cuando llegamos, solo había 10 sillas, y mientras esperábamos a que llegaran los demás, no nos ofrecieron agua (que es gratuita en la mayoría de los restaurantes de Boston), también teniendo en cuenta que estábamos bajo el sol ardiente en el patio. Nuestra camarera no era muy atenta, teníamos que avisarle de vez en cuando y teníamos que recordarle que recogiera nuestros vasos / platos vacíos. Durante todo el almuerzo fuimos apurados casi como si quisieran echarnos, lo que fue muy desagradable, y todos nos sentimos así. Finalmente, le dejamos a la mesera una propina decente, ya que su servicio no fue tan bueno. La manager que llevaba una camisa rosa ese día salió con una cara muy inquietante y nos insistió groseramente a que le pagáramos una propina del 18% que no se merecía. No creo que vuelva a volver. Solo son atentos y amables con los clientes que están allí regularmente, y eso se nota.