Biblioteca Carlos Guido y Spano — Attraction in Autonomous City of Buenos Aires

Quiero expresar mi sincero agradecimiento por la atención y el servicio que brinda actualmente el equipo de la biblioteca. En particular, Liz y Virginia demuestran un compromiso excepcional con su labor: siempre dispuestas a ayudar, atentas a las necesidades de quienes asistimos y con una calidez humana que realmente marca la diferencia. Da gusto ser recibida con una sonrisa y encontrar soluciones concretas con rapidez y buena predisposición.

Además, se percibe un cambio muy positivo en el ambiente general. El espacio se siente más ordenado, accesible y ameno, y eso no es casualidad: tiene que ver con el profesionalismo, la apertura al diálogo y el buen trato que hoy son la norma. Quienes venimos desde hace años notamos esa transformación, y es evidente que, desde que se dieron ciertos cambios en el equipo, todo fluye de otra manera.

Es muy valioso contar con personas como Liz y Virginia, que no solo cumplen con sus tareas, sino que elevan la calidad del servicio con su vocación, empatía y dedicación. Ojalá se siga apostando a esta forma de trabajar, que pone en el centro a las personas y construye un espacio...

La Biblioteca Guido y Spano es un verdadero tesoro. No importa si vas con algo específico en mente o simplemente a pasear entre las estanterías: siempre terminás encontrando algo interesante. Pero lo que realmente hace la diferencia son Liz y Virginia.

Estas dos genias no solo conocen cada rincón de la biblioteca, sino que siempre están ahí con la mejor disposición para ayudarte a encontrar lo que buscás, recomendarte lecturas increíbles o simplemente charlar un rato. Es como si realmente se preocuparan porque cada persona que pasa por ahí tenga una buena experiencia.

Ir a esta biblioteca es un placer en serio. La calidez humana y la dedicación que le ponen Liz y Virginia hacen que siempre quiera volver. ¡Gracias por hacer que la Guido y Spano sea un lugar...

Muy mala experiencia. Saqué turno para ir a estudiar pero no fueron nada respetuosos con el ambiente del lugar. Había miles de protocolos inútiles (el más absurdo: se me acercaron a menos de medio metro para decirme que no podía moverme por el lugar, a pesar de que no había otra persona con turno. Sólo estaba mirando los títulos de los libros mientras mi compu se encendía. Pero bueno, se ve que ellos pueden acercarse a una a menos de medio metro). Los tipos hablaban a los gritos entre ellos (cinco que trabajaban ahí atendiendo a dos) sin respetar parte del protocolo que pide silencio. Se quejaban de que no había buen wifi pero sí funcionaba. Los títulos eran buenos pero la atención y el respeto por quien va a estudiar o leer...