Un bello monumento, lastimádo por tantas marchas de diversos reclamos. Su historia.
El monumento a Cuauhtémoc fue creado a iniciativa del ministro de fomento del régimen porfiristaVicente Riva Palacio, quien propuso este monumento para honrar al último de los gobernantes mexicas. Para ello, convocó en 1877 a D. J. S. Bagally, Emilio Dondé, Manuel Gargollo y Parra, Ramón Rodríguez Arangoyti[1] para que dieran su fallo respecto al mejor de los proyectos propuestos en un concurso público. El ganador fue el ingeniero Francisco M. Jiménez quien se inspiró en detalles de la arquitectura prehispánica de México, como las antiguas construcciones de Uxmal, Mitla y la zona arqueológica de Palenque, entre otras. Jiménez falleció prematuramente dos días después de conocerse el fallo.,[1] por lo que la construcción del monumento quedó a cargo de Ramón Agea, arquitecto e ingeniero del Palacio Nacional. Luego, Carlos Pacheco, ministro de Fomento, encargó las esculturas del monumento a Miguel Noreña, pagándole un total de 37,863 pesos y un añadido de 3 mil más al hacerse los leopardos de bronce y no de piedra chiluca como originalmente dispuso Jiménez.[1] La primera piedra fue colocada el 5 de mayo de 1878, debido a la intención de Díaz de consagrar la Batalla de Puebla como una celebración oficial,[1] y el monumento inaugurado 9 años después el 21 de agosto de 1887, ubicado en una plaza ajardinada con bancas de cantera a unos metros de una casa de estilo afrancesado que ocupa el University Club. En 1946 el arquitecto Mario Pani realizó el proyecto de Paseo de la Reforma e Insurgentes, planeando construir una enorme plaza con distribución vial y al menos una decena de edificios concéntricos como nuevo centro de la ciudad, concluyéndose solamente como parte del proyecto del Hotel Plaza y el monumento como punto central.[2] En 1949 el monumento fue movido de su emplazamiento original al punto exacto de la intersección de ambas avenidas. El proyecto de Pani no se realizó, pero el monumento quedó en su nuevo emplazamiento, con un espacio reducido y sin espacio peatonal. En 2004, como parte de los trabajos del Programa Integral del Corredor Turístico y Cultural Paseo de la Reforma-Centro Histórico de la Ciudad de México,[2] el Gobierno del Distrito Federal decidió regresar a su emplazamiento original, con el fin de recuperar su relevancia y restaurarlo integralmente, además de una reestructura de la intersección de Reforma e Insurgentes para mejorar el tránsito de vehículos e integrando el sitio a un nuevo entorno que abarca también los parques Jesús Reyes Heroles —construido en el sitio que dejaron edificios derrumbados tras el terremoto de 1985— y Luis Pasteur.[2] Los trabajos de restauración y reubicación del monumento abarcaron del 13 de abril al 12 de diciembre de 2004.[2] Se realizaron investigaciones históricas e iconográficas para determinar el punto exacto en el que el monumento fue emplazado en 1887, que fue confirmado gracias a que en las obras de cimentación del sitio original, se descubrieron restos de piedra arenisca verde y morada procedente de Guanajuato.[2] Como primera medida se realizó una nueva cimentación del nuevo emplazamiento motivo a que muchos estaban inconformes, a 79 metros hacia el norponiente de donde fue colocado en 1949, y se dio una elevación de un metro para realzar el monumento visualmente.[2] Fue construida una nueva plaza con un diseño circular, alargado en los extremos oriente-poniente por dos agujas, vegetación y nuevo mobiliario urbano. Se estableció un taller temporal en el Parque Pasteur para la restauración de las esculturas de bronce del monumento a cargo del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Estos trabajos le devolvieron la pátina original a las piezas y a continuación se realizaron los trabajos de reubicación del pedestal.[2] Se realizaron calas en el terreno con el fin de conocer las características constructivas del pedestal, procediendo al corte del faldón de concreto del monumento. Para su traslado se ocuparon cuatro grúas para mover el pedestal con cerca...
Read moreThe Monument to Cuauhtémoc, located in Mexico City’s Paseo de la Reforma, is a striking tribute to the last Aztec emperor, Cuauhtémoc. Erected in 1921, the monument features a dramatic sculpture of the emperor standing tall with his arms outstretched, symbolizing his defiance against Spanish conquistadors. The statue is surrounded by fountains and an impressive plaza, offering a peaceful spot to reflect on Mexico’s indigenous history and the legacy of Cuauhtémoc. A significant historical landmark, the monument serves as a reminder of Mexico's rich pre-Hispanic heritage and the resistance against...
Read moreThis is a great place to buy edibles and pre rolled joints. I think it's fairly new to CDMX but it's already attracting a very mixed crowd of people.
I feel very safe here in the day time and I don't come to the area when it's too dark because it does tend to draw homeless people and users of harder substances.
I have purchased gummies, brownies, cookies, pre rolled joints, and other goodies from this little park and I highly recommend it if you're 420 friendly.
You'll notice that many of the people who are selling here take their jobs and reputation serious so they try to offer...
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