La construcción de la iglesia de san Antonio de los Alemanes se inició en 1624, prolongándose las obras hasta 1633. Se edificó como complemento del Hospital de San Antonio de los Portugueses, creado en 1606 por el rey Felipe III.
La institución de la Hermandad fue creada por orden real en 1604; fijando su sede en Madrid en 1606, que posteriormente se materializa en el templo y el hospital. El objetivo de la Hermandad era funcionar como referencia para los portugueses residentes en la capital en un momento en que Portugal se encontraba bajo la Corona hispana. La comunidad portuguesa podría mostrar su solidaridad con sus compatriotas y ejercer la caridad. Al margen del hospital, cuando la construcción de la iglesia hubo finalizado, esta funcionó como centro de la devoción religiosa de los portugueses de Madrid. Aun así, los sacerdotes no serían únicamente portugueses, ni tampoco los fieles. Es notable el hecho de que la estrecha vinculación de los miembros de la Hermandad con los altos niveles de la Administración ofrecía grandes oportunidades de medrar (a través de las mercedes regias, por ejemplo); esto, junto a la reacción antiportuguesa a raíz de la crisis de 1640, derivó en acusaciones de judaísmo contra sus miembros, llegando incluso a denominar «sinagoga» al templo. En cualquier caso, el planteamiento de centralidad portuguesa no fue óbice para que la caridad de la institución fuera más allá de los sus nacionales. Asimismo, los portugueses de Madrid no eran solo atendidos en la Hermandad de San Antonio, también están documentados ingresos en el Hospital General de Madrid: «recebem a todos os doentes sem distinçao de naçoes». En San Antonio La atención hospitalaria esta reportada desde 1611, pero problemas internos y el inicio de las obras de la iglesia y un nuevo hospital de mayor capacidad interrumpieron la labor a partir de la década de 1620. El lento ritmo de las obras y la rebelión de Portugal en 1640 demoraron aún más la apertura; se interrumpió la principal línea de financiación (donaciones reales a partir de las rentas obtenidas en territorio portugués), por lo que se recurrió a la caridad de la comunidad portuguesa en Madrid. Durante este periodo se sucedieron los cierres y aperturas.
En 1668, con la definitiva independencia de Portugal, la Hermandad pasó a depender de la Cámara de Castilla y a adscribirse desde 1689 al cuidado de la escolta católica alemana de la reina Mariana de Neoburgo, esposa en segundas nupcias de Carlos II, de ahí el cambio de nombre a San Antonio de los Alemanes. Finalmente, en 1702 el nuevo rey borbón Felipe V entregó la iglesia y el hospital de San Antonio a la Hermandad del Refugio. Una de las actividades más destacadas durante esta época será la conocida como «ronda del pan y huevo» en la que se repartía alimento a los indigentes que pasaban la noche al raso. En la actualidad, la Hermandad del Refugio permanece en San Antonio de los Alemanes, continuando su actividad con comedores, colegios y residencias por diversos lugares.
La iglesia y el hospital pasaron a pertenecer desde el 1701 a la Hermandad del Refugio. Esta institución tenía el compromiso de prestar ayuda a los necesitados de Madrid. Un sacerdote y dos seglares de la hermandad, salían a las calles para buscar mendigos a los que ofrecer agua, pan blanco y un huevo duro. Se conserva todavía la plantilla de madera cuyo agujero servía para desestimar el huevo si por allí entraba, pronunciando la famosa frase: Si pasa, no pasa, lo que indicaba que el huevo era demasiado pequeño para el prestigio de la Hermandad a la que han pertenecido los reyes de España desde siempre, incluidos...
Read moreDie Church of Saint Anthony of the Germans (Iglesia de San Antonio de los Alemanes) in Madrid ist ein wahres Barockjuwel, das sich fast unscheinbar in einer der schmalen Straßen des Stadtteils Malasaña verbirgt. Doch ihr schlichter Außenbau täuscht über die opulente Schönheit hinweg, die sich im Inneren offenbart – ein verstecktes Wunder, das wie eine Zeitkapsel aus dem 17. Jahrhundert wirkt.
Ursprünglich wurde die Kirche im Jahr 1624 auf Befehl von König Philipp III. als Teil eines Krankenhauses für portugiesische Einwanderer erbaut. Nach der Vereinigung der Kronen von Spanien und Portugal verlor das Krankenhaus seine Bedeutung, und König Philipp IV. übergab es an die deutsche Gemeinde in Madrid. So entstand die Verbindung zu den „Deutschen“, die der Kirche ihren Namen gab.
Interessanterweise hat die Kirche im Laufe ihrer Geschichte zahlreiche Aufgaben erfüllt. Neben ihrer Rolle als Gotteshaus war sie ein Treffpunkt für verschiedene Nationen und Kulturen. Dies spiegelt sich auch in den kunstvollen Fresken und der dekorativen Vielfalt wider, die Künstler unterschiedlicher Hintergründe schufen.
Wenn du die Kirche betrittst, fühlt es sich an, als würde dich ein Sturm aus Farben und Formen empfangen. Die schlichte, fast unscheinbare Fassade lässt nicht erahnen, was sich hinter den Mauern verbirgt: ein 360-Grad-Kunstwerk, das den gesamten Innenraum einnimmt. Fresken schmücken die Wände und die Decke, und jedes Detail erzählt eine Geschichte – von den Wundern des heiligen Antonius bis hin zu komplexen Szenen aus der Bibel. Die Künstler Francisco Rizi und Luca Giordano haben hier wahre Meisterwerke geschaffen.
Besonders beeindruckend ist die ovale Grundstruktur der Kirche, die eine außergewöhnliche Perspektive schafft und das Gefühl verstärkt, von den himmlischen Szenen auf den Gemälden umgeben zu sein. Die Fresken wirken lebendig, fast so, als könnten die Figuren jeden Moment von den Wänden steigen. Das Licht, das durch die Fenster fällt, bringt die goldenen Akzente der barocken Dekoration zum Glänzen und verstärkt die feierliche Atmosphäre.
Die Kirche ist nicht nur ein spiritueller Ort, sondern auch ein Symbol für kulturelle Integration. Sie verbindet die Geschichte der portugiesischen, spanischen und deutschen Gemeinschaften in Madrid und steht für den kulturellen Austausch, der diese Stadt so einzigartig macht. Es ist bemerkenswert, wie viele Epochen und Geschichten sich in diesem kleinen, aber prächtigen Gebäude verdichten.
Die Kirche liegt mitten in Malasaña, einem der lebhaftesten Viertel Madrids, das für seine trendigen Cafés, Boutiquen und das alternative Nachtleben bekannt ist. Doch sobald du die Schwelle zur Kirche überschreitest, verlässt du die Hektik der modernen Stadt und tauchst in eine ruhige Welt der Barockkunst ein. Es ist eine stille, fast heilige Pause im Chaos der Großstadt.
Die Church of Saint Anthony of the Germans ist ein Schatz, den man unbedingt besuchen sollte – nicht nur für Liebhaber barocker Kunst, sondern für jeden, der sich in Madrid von einem versteckten Meisterwerk verzaubern lassen möchte.
Stand: 18.11.2024
Es ist leichter, Liebe zu finden, wenn man sie nicht hat, als sich von ihr zu lösen, wenn...
Read moreEsta iglesia, de anodina apariencia exterior, acoge dos verdaderas apoteosis: la de la pintura mural barroca del siglo XVII y también otra más concreta, la de San Antonio de Padua. La nave única de planta elíptica y la cúpula encamonada, que sigue la misma forma geométrica, se encuentran enteramente cubiertas de frescos, cuya calidad artística es gradualmente mayor según aumenta la altura en la que fueron pintados. Luca Giordano, célebre por su presteza pictórica, realizó la decoración final de los muros laterales con retratos imaginarios de monarcas canonizados y, sobre ellos, algunos milagros del santo titular. El tambor de la cúpula ostenta frescos de arquitectura fingida, obra de Francisco Rizi. Y en lo más alto, un rompimiento de gloria con la Virgen lanzando al Niño Jesús en dirección a San Antonio, realizado por Carreño Miranda, remata magníficamente los 1.500 m2 de muros pintados. Los seis altares laterales exhiben lienzos de menor calidad artística: los más antiguos son producciones de Eugenio Cajés y los últimos del propio Luca Giordano. La imagen escultórica de San Antonio en el altar mayor, tallada por Manuel Pereira, es la obra más bella junto con los frescos que coronan la cúpula. A principios del siglo XVIII se elaboraron los poco favorecedores retratos de los tres últimos Habsburgo, algunas de sus esposas, Felipe V y su primera consorte. Se colocaron sobre los arcos de medio punto de los altares laterales y sobre el de la entrada. Ya en la segunda mitad del siglo de las luces, se construyó el retablo neoclásico, tercero y último de los que se situaron en el altar mayor. Alberga la preciosa escultura del santo portugués, terminada 134 años antes, y sobre el arco de medio punto de la hornacina, un ángel, un blasón y el águila de San Juan, labrados en piedra, son la bonita aportación de Francisco Gutiérrez, el responsable de la madrileña estatua de La Cibeles. Es evidente la influencia de estas pinturas murales sobre Goya, cuando a lo largo de unos meses de 1798 decoró el interior de la ermita de San Antonio de La Florida. No hay más que observar los drapeados sostenidos por ángeles y la representación del milagro del resucitado en esta iglesia para darse cuenta. Mientras uno sale de su asombro por lo que está contemplando, es altamente recomendable embarcarse en la exhaustiva visita guiada, que incluye no sólo una explicación detallada de las pinturas y de la historia del hospital al que pertenecía la iglesia, sino también un recorrido por la cripta, y por el museo y la sala de juntas de la Hermandad del Refugio y Piedad, la institución de caridad más antigua de Madrid, fundada unos años antes que el hospital y poco después de que se levantase la iglesia. Desde 1702 ambas instituciones conforman un único organismo oficial que sigue ejerciendo sus funciones altruísticas de manera absolutamente autónoma y con las lógicas modificaciones de sus...
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