Elegí este sitio para celebrar mi cumpleaños, la verdad es que la decoración y la vista un 10 porque es hermoso PERO es lo único rescatable de este sitio, los precios de platos y cocteles excesivamente caros para lo que es la calidad y las cantidades, es una comida equis que te sirven en cualquier sitio, por el precio te imaginas que es algo excelente y elaborado, aparte nos aseguraron que de un plato comían 2 personas y la verdad no es así, creo que hasta una sola persona come y queda con hambre, la atención cuando llegamos con la torta completamente inexistente por lo que tuvimos que pedir que por favor nos la colocaran en una heladera, al momento de cantar cumpleaños la atención de nuevo por el piso, ni platos ni un cuchillo ofrecieron para cortar la torta, hubo que pedir todo, además el mozo vio que íbamos a hacer uso de 2 bengalas y no hubo problema alguno, acto seguido un señor que no sé si es dueño o gerente que está ahí parado en la barra mirando todo le llamó la atención a mi esposo de una manera bastante desagradable y hostil diciéndole que ESTA PROHIBIDO EL USO DE BENGALAS y que le pudo INCENDIAR EL SITIO🤌🏼🤣 cuando NADIE nos dijo absolutamente nada al respecto, ademas no había nada alrededor que corriera peligro de incendio, no leemos mentes señores, tampoco creo que sea el primer cumpleaños que alguien celebra en sus instalaciones, un mínimo de tacto respeto y buena gerencia al menos para comunicar sus reglas por adelantado y no hacer pasar un momento desagradable a la gente que está dejando un buen dinerito en el sitio al que asiste para relajar y pasarlo bien, aparte si el fuego estuviese prohibido no le llevarían a la mesa un plato con una llama bien viva y menos siendo menor de edad, esa concha marina con sal que prenden en fuego despidió una chispa hacia mi hijo y le quemó el brazo un poquito, sin embargo nadie hizo un reclamo y lo tomamos como algo que pudo pasar, previo a todo esto uno de esos enormes envases donde sirven los cócteles esconden un vaso chiquito normal muy lleno de hielo de manera que tomes y se te acabe el mismo en 3 tragos vino roto y perdía el agua del hielo derretido lo que convirtió la mesa en una piscina, podría seguir agregando detalles pero sería una reseña excesivamente larga, en conclusión jamás volvería y tampoco se lo recomendaría a NADIE, patética experiencia… Adjunto imágenes del engaño de los vasos, de la torta con las bengalas incendiarias y las porciones de los platos que superan las 23 Lucas y vienen con...
Read moreWe went to this bar as a group. good alcohol and cocktails. We first asked to split our bills, we asked three times. and the waiters confirmed that the bill would be separate. but at the end of the evening the waiters forgot about it. we had to count by hand who drank what. but it’s normal if the cashier of this bar is hysterical, yelling, insulting us, calling us all kinds of terrible words. we behaved calmly and respectfully. the bill was for a large amount, we are good customers, but this was the first time we met such a terrible attitude of rudeness. We do not recommend this bar. The cashier suffers from psychological illness and yells at guests and insults them for no reason. he doesn’t know English and starts using obscenities in conversations with those who know....
Read moreExperiencia mixta en un lugar visualmente hermoso
Al llegar a Bestial Fly Bar, nos recibió un señor muy formal que nos ubicó en dos sillas altas con tapizado animal print frente a la ventana. El lugar es realmente lindo, muy bien ambientado y súper instagrameable.
Una camarera muy amable nos trajo la carta, nos recomendó varios cócteles de autor inspirados en figuras icónicas. Elegimos el “Lady Diana” y el “Dragón de Oro”, cada uno con un valor de $16.000. Nuestras expectativas eran que las bebidas se sirvieran directamente en los vasos especiales que suelen mostrar en redes, pero la sorpresa fue que solo eran porta vasos muy vistosos, entretenidos para las fotos y la boda común, pero incómodos para tomar. Eso resultó una decepción. Aun así, el sabor era muy bueno y los disfrutamos, aunque el exceso de hielo reducía bastante la cantidad de bebida real.
Luego pedimos una tabla “Tsurai Bestial” ($27.000) y langostinos Ebi Furai ($24.000). El sushi tenía muy poco relleno (salmón no se sentía la sensación) y los langostinos estaban excesivamente empanizados. Aun así, esta parte fue atendida por otra camarera con excelente energía y simpatía, lo que levantó un poco el momento.
Algo que sumó mucho a la experiencia fue el DJ: excelente selección musical y una vibra muy arriba durante toda la noche, me encantó.
Para cerrar, decidimos tomarnos una foto instantánea de recuerdo. En ese punto, el encargado dejó a cargo a un hombre canoso, gordito, que manejó la situación con muy mala actitud: nos tomó la foto sin avisar, en un tono autoritario y sin darnos tiempo para prepararnos. La imagen quedó mal, pero aun así nos la entregó. Molestos, fuimos a la caja a reclamar, y la misma camarera que nos había atendido con tan buena onda se ofreció a tomarnos nuevamente la foto, esta vez con toda la mejor disposición. Fue un lindo gesto que se valora mucho. Finalmente, el bartender nos despidió con una gran sonrisa. Ellos dos fueron, sin dudas, lo mejor de la noche.
En resumen: Un lugar precioso visualmente, con buena atención por parte de algunos integrantes del equipo, una ambientación increíble y música genial, pero con una propuesta gastronómica que no justifica los precios (total: $91.000). Ideal para ir más por la estética y la música que...
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