Demencia — Restaurant in Vitacura

A Disappointing Experience – Reservation Mishandled on My Birthday

I had high hopes for Demencia in Vitacura, especially after they confirmed my reservation for a special occasion — my birthday. However, what followed was incredibly disappointing and speaks volumes about their front-of-house management.

On the day of my birthday, I called to confirm everything was in order. I was told, “we’ll make it happen.” Hours later, I was informed last-minute that the reservation could not be honored. No proper explanation, no alternatives offered — just a flat-out cancellation on one of the most important days to dine out.

As an American living in Chile, I can confidently say this is not the level of service I’d expect from any establishment claiming to be high-end. I’ve secured tables at top-tier restaurants in Miami and New York without this kind of amateurism.

While I can’t speak to the food or ambiance (since I never got to experience it), I can say the customer service and reservation handling were unprofessional at best. For a restaurant aiming for excellence, the basics need to be solid — and sadly,...

Durante nuestra visita en una noche fría, el confort térmico fue insuficiente: un único hongo calefactor, ubicado en la entrada y cubierto parcialmente por una cortina constantemente abierta, resultó ineficaz para climatizar el salón. La falta de calefacción comprometió la experiencia, así como la escasa iluminación en nuestra mesa (sin farol individual), que dificultó incluso apreciar los platos servidos.

El servicio fue correcto, pero con notables omisiones para un restaurante de esta categoría: • No se realizó consulta sobre alergias alimentarias ni preferencias de cocción (la entraña llegó completamente cruda, con una textura desagradable que fue necesario devolver). • No hubo cambio de utensilios entre platos ni atención a detalles básicos de montaje de mesa.

Optamos por la “Experiencia Demencia” de siete pasos con la expectativa de una propuesta curada y creativa por parte del chef. Sin embargo, los platos fueron una simple selección del menú a la carta, sin narrativa ni cohesión. Esto generó la sensación de que podríamos haber elegido nosotros mismos esos platos, evitando la decepción de un menú que se sintió improvisado y sin carácter.

El maridaje ofrecido careció de armonía con los platos servidos. En algunos momentos, los tiempos del vino fueron tardíos, y las combinaciones resultaron desconcertantes: vinos tintos intensos como Pinot Noir ofrecidos junto a preparaciones delicadas como la pesca del día, o incluso una hamburguesa. La experiencia de vino no acompañó ni realzó la propuesta gastronómica.

De los siete pasos, solo dos platos resultaron destacables: • Un ceviche fresco y bien equilibrado • Un tiradito correctamente ejecutado

Ambos fueron agradables, aunque no memorables ni a la altura del renombre del restaurante.

Dress code:

El restaurante solicita a los comensales un dress code cuidado, lo cual genera expectativas sobre formalidad. Sin embargo, observamos contradicciones en la ejecución: un miembro del staff o comensal con los pies sobre sillones comunes sugiere una falta de consistencia en los estándares de la casa. Se percibió más rigidez hacia normas externas (como vestimenta) que hacia los aspectos fundamentales de hospitalidad.

Demencia propone una experiencia gastronómica ambiciosa, pero —al menos en esta visita— no logró sostener su promesa en ejecución, atención al detalle ni narrativa culinaria. El menú degustación, lejos de ser una travesía sensorial, resultó predecible, desarticulado y poco cuidado. La experiencia térmica y el servicio técnico comprometieron aún más una velada que, por su posicionamiento, debería...

En relación a la comida tienen poca variedad, de por sí son fomes (muy fomes). Las papas trufadas: pasadas de aceite y duras, parecían papas prefritas, no naturales, su salsa de tomate con kimchi y piña, sabe a químicos, es asquerosa y fome. Las bolitas de pescado: ricas, pero fomes. Nada que no puedas comprar hecho. Las “hamburguesas”: en realidad son dos pequeñisimas hamburguesas, fomes. Nada del otro mundo. Ingredientes que consigues en cualquier lado y ellos tienen “su propia salsa bigmac” lo encontré ordinario, se supone que es un restaurante de renombre como para colocar eso en la carta. Se entiende que son platos Gourmet como nos dijo el Garzón, por lo cual justificó lo pequeño de ellos en eso, pero sinceramente quedan cortos, porque de Gourmet no tiene nada, así que solo se ve pobreza en el plato pequeño. Pedimos un trago con betarraga, pues bien, sabía a tierra, pésimo, nada exótico que fuera “rico” sino, fome. El servicio: la niña del inicio, un amor. Los garzones? Pésimo. Primera vez que íbamos por lo cual esperábamos atención y acompañamiento por parte de ellos, pero fue lo menos que obtuvimos. Nos sentamos y los garzones no nos llevaron ni el código qr, los llamaron en una mesa que se sentaron después de nosotros y le entregaron el código, por lo cual tuve que llamarlos para que hicieran lo básico que se hace cuando un cliente llega. El Garzón, serio y pesado, sin ánimo. Parecía circo de la amargura, están 0 capacitados, dejar en claro que fuimos de igual forma educados y un amor con ellos, pero nada funcionó. En lo personal, para mí es muy importante el trato, la explicación dedicada y extensa, las recomendaciones, las preguntas de ellos, saber si es primera vez o no. Cuando le preguntamos por tragos dulce nos recomendó 2 en seco y no nos explicaron que tenía. Atención pésima. Ambiente: fome, fome, fome! Deben comprender y empezar de la base de que entramos a un “circo” y nada tiene relación con eso, la carta, la música, la presentación de la carta o alguna gracia que podrían hacer para aprovechar la temática. Por ende, la música era súper fome, los clientes en su mayoría personas mayores, faltaba emoción, alegría, experiencias. Yo no volveré nunca más. Soy muy crítica porque pagas una experiencia en todo sentido, al parecer el chef y sus trabajadores no saben eso o no en su totalidad. Creo que deben mejorar mucho y que está muy sobrevalorado por la temática que es muy fome cuando vas al...