Si quieren escuchar mariachis y tener buena atención, mejor vayan a Cantina La 15.
Mi familia y yo viajamos a Bogotá dos veces al año y disfrutamos los restaurantes de la Zona T, especialmente aquellos con mariachis como Cantina La 15 y La Chula. Sin embargo, nuestra última experiencia en La Chula fue profundamente decepcionante y no corresponde con el nivel de atención que se espera de un restaurante de esta categoría.
Teníamos una reserva para cuatro personas en la zona plata. Al llegar, una joven nos preguntó si íbamos a consumir licor o también comida. Respondimos que ambas, y nos indicó que para permanecer en la mesa después de las 9:00 p.m. debíamos comprar una botella de licor de al menos 450,000 pesos o, de lo contrario, seríamos reubicados en el piso de arriba. Más tarde, la mesera nos aclaró que el consumo mínimo era de una botella de 350,000. Ordenamos nuestros platos, la botella de licor y cuatro aguas (nos trajeron las más costosas del menú), y comenzamos a disfrutar de la noche.
Al terminar la botella, mi padre pidió un trago adicional, pero la mesera indicó que no era posible; que debíamos comprar otra botella para mantenernos en la mesa. Conversé con ella para entender mejor la política, y su argumento fue que “las demás personas podrían molestarse” si veían que no consumíamos otra botella del mismo precio o mayor que la primera. A este razonamiento, francamente, no le vi ninguna lógica, especialmente cuando ya habíamos consumido tanto o más que otras mesas a nuestro alrededor que solo tomaban licor. En ese momento la mesera me dijo que consultaría y nos daría una respuesta.
Pocos minutos después, la misma mesera regresó con otro compañero y comenzaron a retirar todo lo que teníamos en la mesa, sin decir palabra. Fue un momento incómodo, casi como si nos estuvieran echando. Ante esa presión, y para no irnos, accedimos a comprar otra botella, pero, sin previo aviso nos dieron además cuatro botellas de agua abiertas. Como no queríamos hacer de la situación un problema, lo dejamos pasar.
Lo más molesto fue sentir que desde nuestra llegada la intención no era ofrecer una buena experiencia, sino presionarnos constantemente a gastar más de lo necesario, sin justificación válida. Como extranjeros que visitamos Bogotá con frecuencia, esperábamos un servicio de calidad, pero en La Chula encontramos lo opuesto. Tenemos muchos amigos del extranjero, con gustos y estándares similares, que visitan la Zona T regularmente. A todos ellos les recomendaremos...
Read morePuesssss todo muy bien dentro del restaurante pero EL TAXISTA DE LA CHULA NOS ROBÓ.
Resumen de la historía: Quería mostrarle a mi esposo la buena rumba en Bogotá y decidimos ir a la Chula por los comentarios que habíamos leído en redes. Fuimos al de la zona T porque quien nos atendió por WhatsApp dijo que la única diferencia entre el de la zona T y la 116 era la ubicación, que la rumba era igual (pero todo el mundo dice que el de la 116 es mil veces mejor). Aunque el sitio es "pequeño" el ambiente fue delicioso y la atención súper rápida e inmejorable, había una chica que estuvo pendiente de servirnos todo el tiempo y de ver que no nos hiciera falta nada y fue lo mejor de la noche. Los grupos bien; excepcional la mariachi, que si mal no recuerdo, había estado en un programa de Canal Caracol, su voz divina; el resto de cantantes muy bien. En general el ambiente super chévere hasta que llegó la hora de pedir taxi... Estábamos intentando pedir Uber porque para nosotros es lo más seguro, y no nos cargaba la aplicación. Un muchacho de seguridad llamado Armando nos dijo que no nos preocupáramos, que ellos nos pedían un taxi que trabajaba para La Chula. Efectivamente hizo una llamada y el taxista ya estaba en la esquina de la discoteca. Salimos del lugar mientras Armando nos decía que nos acompañaba al taxi para ir seguros y al primer pie que pusimos fuera de la discoteca habían 3 tipos poniéndonos cartones en la cara y le robaron el celular a mi esposo, que finalmente logramos recuperar en medio de gritos y golpes (eso no viene al caso). Finalmente, nos montamos en el taxi que nos dijo que era también trabajador de seguridad de la Chula y quien después de todo fue el que nos robó porque nos cobró 100mil pesos por una carrera de 15 minutos (el Uber de ida en el mismo trayecto nos había cobrado 31mil y se había demorado 45min por el trancón); cuando le pregunté la razón del cobro excesivo, mejor llamado robo, me dijo con tono soberbio y amenazante: POR HABER LLEGADO SEGUROS A LA CASA, cosa que entendí como que si no pagaba lo que el me decía, pues algo nos iba a pasar. UN TAXI, de servicio público, con taxímetro que no puso en ningún momento y el cual se supone que trabaja de manera legal y además de todo seguridad de La Chula. En fin, en medio de la locura del robo no me fijé en el taxímetro antes de arrancar ni en la placa del carro. Mi esposo ya estaba harto de peleas y me dijo que le pagara y ya. Pero pilas con esos taxis que te piden ellos porque te...
Read moreA Real Tourist Trap. Went there on a Friday night and was explained at the entrance the different seating possibilities and its difference in prices. We opted for the middle range out of the three as I was explained at the entrance that there is no minimum of cover for a bottle but only what we would consume. Once we already ordered our food we were told that there as well there would be a minimum cover for of a bottle. Mind you.. a bottle starts at about 600.000 COP A real tourist trap as they tell you one thing at the entrance and once you are in they change the whole thing. A place to avoid as there are much better places...
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