Pizzium - La Spezia — Restaurant in La Spezia

I recently had the pleasure of dining at Pizzium in La Spezia, and I must say, it was an extraordinary experience from start to finish! The highlight of my visit was undoubtedly the Buffelina pizza, which turned out to be the best pizza I have ever had.

From the moment I stepped into Pizzium, I was greeted by a warm and inviting atmosphere. The restaurant exuded a charming and cozy ambiance, perfect for enjoying a delightful meal. The friendly staff welcomed me with open arms and provided excellent service throughout my dining experience.

Now, let's talk about the star of the show: the Buffelina pizza. It was a true work of art. The crust was thin and perfectly crispy, while maintaining a satisfying chewiness. The combination of buffalo mozzarella, fresh tomatoes, and aromatic basil created a symphony of flavors that danced on my taste buds. Every bite was a delightful explosion of mouthwatering goodness.

The attention to detail in the pizza's preparation was evident. The ingredients were of the highest quality, and it was evident that the chefs took pride in their craft. The balance of flavors was impeccable, and the pizza was cooked to perfection in a traditional wood-fired oven, adding a lovely smoky essence.

The menu at Pizzium offers a wide variety of pizza options, and I appreciated the diverse selection of toppings and flavor combinations available. Whether you prefer classic Margherita or more adventurous options, Pizzium has something to satisfy every palate.

In conclusion, if you find yourself in La Spezia, I highly recommend visiting Pizzium. The Buffelina pizza, in particular, was an absolute revelation. The combination of outstanding flavors, the perfect crust, and the inviting atmosphere make Pizzium a standout pizza destination. I can confidently say that it was the best pizza I have ever had. Pizzium truly delivers an unforgettable dining experience that will leave you...

This is one of the most talked-about and highly rated pizzerias in La Spezia, so as visitors, we decided to give it a try. Getting a table was a real challenge: reservations are a must, staff speaks no English, and seemed visibly irritated (yes, the place was full — but that’s no excuse for poor service).

Despite several free tables, we weren’t allowed to choose our seats. It took 30 minutes before anyone took our order, and three attempts to get the waiter’s attention were simply ignored.

Maybe this kind of service is tolerated locally, but if you’re welcoming international guests every day and branding yourself as the best — you need to be much more critical in choosing staff. Sadly, in terms of hospitality, this place is far from average.

✅ The only redeeming part of the evening was the amazing pizza — truly delicious! 🟨 My recommendation: try the food, but go for takeaway if you want to avoid...

El problema no son las pizzas, sino el servicio.

Teníamos reserva a las 21h y llegamos con antelación. A pesar de ello, no nos dieron mesa hasta pasados 15 minutos de la hora de nuestra reserva. Dejaban entrar a clientes sin comprobar sus reservas y (¡sorpresa!) luego no quedaban mesas para los que sí habíamos reservado. Además, tardaban un montón en limpiar y montar las mesas que iban quedando liberadas. Por tanto, se iba formando una cola eterna de gente enfadada de ver que había mesas libres pero que no podían sentarse. Algunos incluso se marchaban sin llegar a cenar. Una logística muy ineficiente.

Cuando conseguimos sentarnos y pedir, nos llegó el entrante. Un brioche con 3 ingredientes: ricotta, mortadela y pistacho. Para nuestra sorpresa, faltaba el pistacho, que es lo que le da gracia al plato. Al comentárselo al camarero nos dijo que no sabía si era porque se lo habían olvidado en cocina o porque se les había acabado, que iba a preguntar. ¿A ti te ha dicho algo? A nosotros tampoco, nunca volvió. Se lo comentamos a otro camarero que parecía enterarse más y nos dijo que hacía rato que se habían quedado sin pistacho. Sinceramente, no es forma de gestionarlo. Si se te acba un ingrediente principal hay que avisar a los clientes para que puedan cambiar de opción, no entregarles el plato sin el ingrediente y dejarlos colgados cuando preguntan.

El servicio de las bebidas tampoco fue mucho mejor. Nos trajeron las 2 botellas de cristal de Coca-Cola sin vasos. Los tuvimos que reclamar 2 veces. Conseguir hielo y limón también fue toda una odisea. De hecho, limón no nos llegaron a traer porque también se les había acabado.

Por si fuese poco, las mesas están extremadamente juntas (ver fotos). En algunos casos ni siquiera los camareros conseguían pasar. Si además te toca una mesa cercana a la entrada ya… apaga y vámonos. En esas mesas es imposible cenar tranquilo: tienes encima a la gente de la cola que no saben gestionar y cada vez se hace más larga, a la gente que espera para pagar en la caja pero a la que nadie atiende, etc. Por no hablar del nivel de ruido.

Acabamos de cenar. Pasó más de media hora sin que ningún camarero nos recogiese los platos ni nos preguntara si queríamos postre o café, así que decidimos levantarnos e ir directamente a pagar.

En resumen, una cena muy caótica que no conseguimos disfrutar a pesar de que las pizzas estaban ricas. Les queda mucho camino por recorrer en cuanto a cómo gestionar una sala.

PD: Pongo 3 estrellas en lugar de 2 porque al ir a pagar el camarero nos preguntó qué tal la cena y, al contárselo, asumió la responsabilidad y nos aplicó un 20% de descuento sobre la cuenta. De todos modos, sigo sin recomendar la...