Casa Elena Restaurante — Restaurant in Mexico City

Fantastic new addition to La Condesa for breakfast, lunch, or dinner. Their sister bakery next door is under renovation but still makes delicious desserts you can order at the restaurant.

The staff is friendly and attentive, and the owners are the kindest people. The interior is gorgeous and there are also outdoor tables. The menu prices are very reasonable for the high quality ingredients and neighborhood.

Unmissable dishes The aguachile was one of the best I’ve ever had. The pineapple sauce was balanced and not too acidic. The guava crumble and raspberry-peanut cookie are both amazing pastries/desserts

Very good dishes The warmed lettuce hearts with hollandaise was a tasty creative take on a Caesar salad The baguette sandwich with Serrano ham, cheese, and red peppers is excellent

Needs improvement The short rib was good but lacked flavor, seasoning, and some fall-apart tenderness The carajillo tart could be more balanced, it was a little too sweet and lacked bitterness from the dark chocolate

Excited to come back to try more of...

UPDATE: THEY ARE NOW OPEN FOR DINNER…QUE WOW!!!! I’m so full writing this review yet I’m dreaming of the flavors still!! Amazing new restaurant in the heart of condesa. This restaurant is an absolute gem. You can smell the love that goes into the food from the street out front. Step inside and it’s as if you have been invited for a meal in a friends home. Everything feels comfortable from the cozy chairs to the warm colors adorning the walls. The staff are all kind and helpful when it comes to the menu. Highlights include the quesadilla (ask to add avocado) and not pictured because I ate it too fast the concha. Save room for desserts because they also own the cafe 2 doors down and have a selection that leaves you asking for cheesecake and brownies. My advice don’t walk to...

NO VAYAN. Se portaron pésimo. Originalmente nos habíamos formado en la fila de la panadería, que no se veía tan larga, para comprar un solo pan de muerto. Nos formamos ahí porque la espera para sentarte en el restaurante era de media hora. Después de un rato vimos que la fila no avanzaba rápido, ya que se tardaban muchísimo con cada persona; nada ágiles considerando lo larga que estaba la fila.

Pasó media hora y seguíamos a la mitad, así que decidimos mejor apuntarnos en la lista del restaurante. La espera fue de unos 15 minutos para sentarnos, así que nos salimos de la fila de la panadería pensando que podríamos pedir el pan directamente en el restaurante mientras tomábamos algo.

Nos sentaron, pero no nos trajeron el menú, y enseguida dos personas distintas nos pidieron la orden. No supimos qué decirles. Cuando finalmente nos trajeron el menú, no nos dieron ni un minuto para verlo antes de volver a pedirnos la orden. Pedimos tres bebidas, y cuando pregunté qué panes de muerto tenían, nos dijeron que solo se podían pedir en la panadería. Repito: su propia panadería.

¿Por qué no servirían el pan de su propia panadería? Les expliqué que ya habíamos estado formadas, pero que nos salimos para poder sentarnos y tomar algo. La explicación de la mesera fue: “Ay, ¿nadie les comentó, verdad? No hay manera de que yo intervenga en la panadería.” Le pedí si podían ayudarnos a conseguir un solo pan, aunque lo pagara directamente allá, y simplemente me respondió que no.

Después le pregunté a quien parecía ser el gerente, y su única respuesta fue: “No hay manera.” Pasó media hora más y las bebidas nunca llegaron. Le dijimos tanto a nuestra mesera como a otro mesero, en distintas ocasiones y con toda la buena disposición, que aún no nos traían lo que pedimos. Solo nos contestaban que “ya las estaban preparando”.

Después de 40 minutos de espera, le dije al gerente que, si no las habían preparado, mejor las cancelara. Su respuesta fue simplemente: “Se las cancelo.” Ni siquiera intentó resolverlo.

De verdad fue una pésima experiencia. En muchas ocasiones sentimos que merecíamos una disculpa y nunca la recibimos. No...