El Pon Piticon — Restaurant in Querétaro

Un engaño más de Las Redes Sociales, los lugares tienen todo el derecho de ser "cool" y "relajados y artesanales" sea el contexto que cualquiera interprete ahora como tal, pero eso no exime al personal ni al lugar ni a los dueños del proyecto, para ser desorganizados, dar alimentos de mala calidad o excusarse en ser "relajados" y no dar un buen servicio que a final de cuentas alguien tiene que pagar, en este caso el comensal.

Si vas a brindar un concepto de "Mex fonda nouveau" debería de caracterizarse la calidez del servicio por el que alguien va a una fonda, en vez de a un restaurante, aunado a la frescura y buen sabor de la comida.

Comenzando, que la casa ex galería está muy linda y bien cuidada, el espacio como tal es agradable.

Los problemas: la comida y el servicio.

Comenzando con un pan dulce de oreja durísimo (no pasada de cocción, ni tostado de más, dura de pan viejo)

Los chilaquiles con tortilla corriosa de haberse freído con días de anticipación y con sabor excesivo a aceite, no recomendables.

La tortilla de huevo con epazote con 3 hojitas, pasada de cocción.

La tetela de requesón fue lo más rescatable, pero con las esquinas demasiado duras.

El uso excesivo de cilantro no tiene sentido, los frijoles muy bien hechos.

El servicio fue lo peor, de entrada todo el personal jugando en una mesa del fondo sin poner atención a los comensales, la chica que nos tomó la orden estaba bastante desaliñada, con falta de higiene visible y no acudía a atender la mesa, teníamos que pararnos, salir del salón y buscarla para pedir.

La comida falta de sabor y NO ES BARATO a lo contrario de lo que se piensa, por el mismo monto puedes comer delicioso y bien atendidos en otros lugares del centro, con más calidad.

Queríamos sal, de nuevo nadie del personal a la vista, nos paramos hasta la cocina y nos dijeron que no tenían.

Regresamos a la mesa y nos llevaron una cazuelita con sal.

Ése es el resumen del servicio.

Lo peor fue después, acudió un chico de su staff a preguntar si queríamos algo más, pedimos la cuenta, pasaron 15 min y nada, nos paramos a pagar y la discusión con la mesera comenzó, que el chico que se había acercado era el encargado de la cocina y que a él no le "teníamos que pedir la cuenta" y que practicamente ella nos estaba haciendo el favor de atendernos porque según "ese no era el salón que le correspondía para dar servicio", aunque ella misma fue la que nos tomó la orden y jamás nadie se acercó a la mesa aparte de ella y el de la cocina.

Ahora, como comensal, ¿debe ser mi responsabilidad ocuparme de entender cómo debe de ser su protocolo de servicio, si es que hay?

Yo quiero acudir, comer rico, gastar e irme, es todo.

¿Qué sentido tenía discutir o brindarle nuestras quejas? A nadie le importa, las redes seguirán su efecto, y la exigencia cada vez será más baja y nos tendremos que conformar con lo menos.

Pésimo, no...

Llegamos unos minutos antes de las 9am que abren porque suele llenarse.

El servicio fue muy bueno, los meseros que nos tocaron fueron super lindo y amables con sus recomendaciones y comentarios, siempre con una sonrisa :)

La comida, no se diga. Abrimos con una orden de tetelas mixtas, es decir, una de cada sabor (requesón con epazote, frijol con queso Oaxaca, chicharrón prensado). Aunque las tres están ricas, mi favorita fue la de frijol con queso. Normalmente te las sirven con salva arriba, nosotras pedimos las salsas aparte porque no como ningún tip de picante 🙃 lo bueno es que ninguna de las que probé me picó!

Después pedimos molletes y las envueltas encacahuatadas. La salsa encacahuatada es de chile chipotle con cacahuate tostado, muy rico y se combina bien con los platillos.

De tomar pedimos agua del día, tenían mango y jamaica. También tienen café de olla, cold brew y jugo de naranja.

Una de las cosas que más me gusta de este lugar es su imagen. El menú es super bonito y me gusta el lenguaje que usan para compartir que tiene cada platillo 😂

Definitivamente volveré a probar más cosas! Ahora entiendo porque se hacen...

Asistimos a la primera sucursal (5 personas) pero no hubo forma de subir por las escaleras tan angostas ya que mi hija usa silla de ruedas. Nos comentaron de su nueva sucursal en la calle de Arteaga. Tampoco tienen acceso para silla de ruedas pero lo pudimos resolver pues solo eran 4 escalones pues sólo había lugar en la parte alta 😣. Después de un largo tiempo de espera vimos que a la mesa de al lado les dieron totopos mientras esperaban su comida, solicitamos unos y que no tenían porque los estaban ocupando para los chilaquiles 🤦🏻‍♀️finalmente llevaron unos cuantos. La comida básica, las enchiladas divorciadas sólo 3 tortillas con las dos salsas (se puede elegir el relleno pero aún así) el agua de piña con coco se sentía rebajada. El café regular, mi hermana pidió leche para el suyo, la respuesta fue que no contaban con ningún tipo de lácteos. Y del pan de dulce jamás nos ofrecieron pero después de lo que pasamos decidimos ya no pedirlo. No es recomendable como para hacer una...