Churrería El Moro — Restaurant in State of Mexico

Cómo aun es novedad había mucha gente y poco orden:

En la fila no había quien te indicara la dinámica del lugar, pues en mostrador hay área de caja y un área para llevar.

El gerente del lugar muy amable me ayudó a entender, pues al parecer en horas pico, te "asignan" la mesa, solo una persona puede hacer fila, los acompañantes deben de esperar en la mesa, o afuera del establecimiento.

Cómo era hora pico, demoramos cerca de 30 minutos, entre ordenar y la llegada de los alimentos.

Los churros son súper tradicionales (de esos que son largos que parecerían un nido sino fuera porque los cortan), los puedes pedir solo con azúcar o con azúcar y canela. Te dan una porción pequeña de chocolate o cajeta o leche condensada.

Hay variedad de chocolates: mexicano, español, francés, especial, de agua y cremoso.

Hay un postre llamado Consuelo (churros con helado) y tienen tortas de pastor, pierna con mole y tinga de hongos. (Hay opciones para veganos).

De bebidas adicionales tienen malteadas, café, té, leche y refrescos.

En lo particular no esperaba que la oferta de churros fuera tan limitada, ya que en la región estamos acostumbrados a los churros galácticos (rellenos), y a La Gloria, donde tenemos chocolate y semitas (la otra parte...

Mi experiencia en este establecimiento, cuya promesa parecía ser la indulgencia azucarada y el confort gustativo, se tornó rápidamente en una escena de insalubridad digna de un sainete tragicómico.

Observé —con asombro primero, y creciente repulsión después— cómo el mismo individuo que ofició como cajero, con sus manos aún tibias del intercambio monetario, procedía sin titubeos ni aseo alguno a preparar las malteadas solicitadas. Como si ello no bastara, tomó sin guantes ni barrera higiénica alguna la bolsa de bombones y, con pasmosa naturalidad, rellenó los frascos que habrían de integrar mi orden.

La escena, más cercana a un ritual de profanación culinaria que a una práctica gastronómica legítima, me dejó en un estado de estupor silencioso. La repugnancia fue tal que, vencido por una mezcla de pudor social y respeto ajeno, opté por abandonar mi pedido en la plaza, cual ofrenda no consumada, antes que pronunciar las palabras altisonantes que mi fuero interno imploraba.

Una verdadera lástima, pues lo que prometía ser un dulce recreo, terminó siendo una experiencia que, más que sabor, dejó un amargo recuerdo de negligencia y desdén por la mínima...

Fatal siempre íbamos por churros y café con leche frio que estaba súper rico y cargado esta vez los churros tenían demasiado aceite los mordías y el aceite escurría , los primeros cafés eran agua con un poco de leche completamente traslúcidos se los regrese y dos veces me los entregaron con un poco más de “americano” sin sabor y menos leche fue lo único que cambiaron la bebida seguía siendo completamente traslúcida y me decían que siempre era así , cuando antes hasta estaba la división entre el café súper cargado y la leche, no todo integrado y siendo agua. Es como si dejaran el mismo café reciclando desde días antes . Les pedí que lo probaran porque uno que ni siquiera lo probamos y dijeron que si que siempre así , no tenía ni sabor🤷🏻‍♀️ me lo cambiaron por chocolate español que estaba horrible parecía gelatina , tampoco lo tomamos. La verdad tiramos el dinero a la basura porque estuvo fatal, nosotros...