Ura — Restaurant in Bilbao

No le damos menos puntuación porque no se puede.

Teníamos reserva a las 11 para cenar (4 personas y una sillita de niño). Tras llegar a la mesa, a los 10 minutos nos vinieron a coge la comanda de la bebida. Tras servirnos la bebida y pasados otros 15 minutos, nos tomaron la comanda de la cena. Tras pedir la cena estuvimos esperando más de 20 minutos para los entrantes (2 entrantes), estos salieron por partes y esperando entre uno y otro mas de 10 minutos. Eso si, según estábamos esperando a lo que nos faltaba de comida, nos dijeron si íbamos a pedir algo más de la cocina antes de que la cerrarán (un detalle, pero primero que salga lo que habíamos pedido!! Es difícil saber si vas a querer más, cuando aún solo has tomado un entrante...) Al está tomando el segundo entrante, sin terminar, salieron parte de los principales, solo dos, los fríos... Los platos calientes tardaron bastante en salir.

Todos estos platos los sirvieron por encima de la silla, teniendo hueco por el otro lado de la mesa, pero la camarera (una morena, bajita con cara de pocos amigos) no quería andar un par de pasos más y decirles a los de la mesa de al lado, que la silla debía estar en su mesa y no en el pasillo entre las dos mesas.

El servicio no fue mucho mejor, la mesa la teníamos a medio poner, tuvimos que reclamar los cuencos de para la salsa de soja y repartirnos los cubiertos que ya que la camarera "simpática" se limitaba a arrojalos a al mesa y que cada uno coja el suyo.

Los postres siguieron la misma dinámica, pedirlos y tras 15 minutos de espera, nos comunican que no queda uno de los que habíamos pedido y teniendo en cuenta que ya nos habían dicho que no quedaban otros 2, una carta de 7 postres a la que le quitas 3... No es que quede mucha elección.

Lo único que hicieron rápido, fue traer la cuenta, pedir y servir. Incluso vimos como les daban la cuenta a otra mesa que justo les habían servido el postre y no la habian pedido (la mesa de al lado).

Desde luego sin sitio al que no volver y mucho menos...

Restaurante para probar platos japoneses con calidad-precio razonable aunque mejorable. Fuimos a cenar el menú de grupo que tienen por 30€ y la verdad que me pareció rentable, ya que pruebas mucha variedad y la cantidad de comida es adecuada. De los entrantes, lo peor fueron los nigirs demasiado arroz que se llevaba todo el protagonismo. Los uramakis muy bien, sobretodo el que estaba rebozado; el toque crujiente le da un extra al sabor que era muy bueno y fue uno de mis platos favoritos. Después el kakiage me decepcionó bastante, no estaba malo pero la tempura se habia pegado y se quedo todo como una bola que ademas estaba bastante aceitosa. Para acabar, la gyozas si estaban muy ricas, tanto la frita como la de gambas tenian buen relleno y la masa estaba bien elaborada. Para todos estos platos acompañaban las salsas que estaban ricas pero eran todas muy parecidas, y los edamames que los podías comer como pipas, simples y ricos. De los principales, destacaria el pollo al curry; crujiente por fuera, tiernito por dentro y acompañado de la salsa de curry bastante buena. Sin embargo, el arroz no me gustó; aparte de no tener mucho sabor, nos supo a todos algo a quemado. Si vas a comer de carta, no recomendaria pedir ese plato. Los postres dejaron bastante que desear. Al parecer se habian acabado los demas y solo nos dieron la opcion del Cheescake de Té Macha que era demasiado contundente, seco y tenía poco sabor; ademas el helado de mango estaba bastabte ácido. El establecimiento esta bien aunque el servicio y el personal no me convencio en exceso. Nos sacaron los 7 entrantes prácticamente de golpe(casi como con prisa de que nos fueramos) no cabian en la mesa y no pudimos disfrutar de cada plato en condiciones; ademas de eso el tema de los postres que ya he comentado antes y la actitud no del todo agradable de las camareras. En resumen, si quieres un japonés variado no es mala opción, aunque diria que hay...

Sintiéndolo mucho tengo que rectificar mi reseña, llegamos a las 2:15 y eras las 15:45 y no habían terminado de servirnos la comida, con el comedor prácticamente vacío. Cuando llegó le digo a la dueña que no tengo reserva que si podemos comer, me indica que si, le explico que estoy esperando a otra persona que ha ido a aparcar que nos guarde una mesa para dentro de 10 minutos más o menos, su respuesta es que no está en disposición de guardar mesas, que si llego en 10 minutos y hay sitio bien, así que decido entrar e ir sentándome yo para no arriesgarme a que no pudiéramos comer dado que teniamos que volver al trabajo, mi sorpresa es que el comedor está ocupado en 1/3....bien... nos sientan entre dos mesas ocupadas en las que no tengo sitio ni para dejar el bolso y la chaqueta, le pido si nos podemos sentar en la mesa del medio un poquito más apartados, que queremos tratar un tema delicado y me dice que no puede, que solo tiene una camarera y que no puede repartir a la gente por el comedor, insisto en que esta a medio metro la mesa que le estoy pidiendo y finalmente me concede ese placer... así que finalmente este restaurante que ha sido una maravilla ahora es decepcionante por la gestión de la dueña... las camareras encantadoras como siempre, aunque por algún motivo desaparecen del comedor y no hay nadie que te pueda atender para poder decirle llevo aquí casi 2 horas me traes el postre y la cuenta que me tengo que...