After having a walk in the compact old town and a stroll along the (empty) Boardwalk we felt hungry and spotted this place. The weather was nice and our Bulldog welcome as well.
The items on the menu looked all really good. Ended up ordering a plate of Gambas a la plancha (grilled shrimp) and some cold foie gras with walnuts and jam.
The food was of a very high quality. Some of the best and freshest shrimp we've ever eaten. Only remember to have better ones than these once in our lives. Fresh, tender, sweet. The Foie Gras was wonderful as well. Nice texture, home-made, fully made out of foie...no other fillers. Matched perfectly with the cherry jam and the walnuts. Melted in our mouths.
Fish and seafood on other tables looked tasty as well, but we had a big dinner waiting. But definitely a place to come back to. The town itself was deserted at that time during Covid-19, but this restaurant is worth a drive. Fair prices and friendly staff. Highly recommended!
Update - a second visit:
Came back this summer in 2023. And good news: It still is absolute perfection.
We ordered a bottle of wine. "12 Lineages Gran Vino Rueda". A fantastic wine. A fruity, golden-coloured wine. Got a plate of ham croquetas, a plate of grilled shrimp, a plate of clams (almejas). And also an item that we've had last time, but wasn't on the menu. But it was available anyways: Foie Gras.
All dishes were amazing. The shrimp cooked to perfection with wonderful grill flavours. The croquetas was nice and creamy inside. The Foie Gras still one of the very best around. And nicely sized. A great suprise were the clams. Nice sized clams with a sauce to die for. Broth, oil, garlic and herbs. Divine.
Staff was great as well. The guy who took the reservation came to say hello as well. Great people all around.
It's still one of the very best restaurants we know in Spain. Or anywhere. High quality food. Fair prices. Great staff. What's not to like. And our Bulldog was welcome here as well. Highly...
Read moreUbicado en el corazón de Laredo, este restaurante ofrece una experiencia culinaria que combina tradición y calidad. Durante mi visita, opté por el menú del día, que tuvo un costo de 20 euros. Las raciones fueron generosas y la calidad de los productos, excepcional. El servicio se caracterizó por su rapidez, discreción y atención al detalle, lo que contribuyó a una experiencia gastronómica muy satisfactoria. No encontré aspectos que requirieran mejora, por lo que considero este establecimiento altamente recomendable para quienes buscan una comida de calidad en un ambiente acogedor.
Este restaurante se encuentra en la Plaza Cachupín, una zona recientemente remodelada que rinde homenaje a uno de los linajes históricos más destacados de Laredo. Los Cachupines fueron una de las cuatro familias fundadoras de la villa, junto con los Villota, Escalante y La Obra. Su influencia fue tal que incluso Miguel de Cervantes los mencionó en El Quijote, destacando su relevancia en la sociedad de la época.
La reciente renovación de la plaza, que incluyó la instalación de letras gigantes con el nombre de Laredo, ha revitalizado este espacio, convirtiéndolo en un punto de encuentro tanto para locales como para visitantes. La combinación de historia y modernidad en este entorno añade un valor añadido a la experiencia gastronómica en el restaurante.
En resumen, mi experiencia en este establecimiento fue sumamente positiva. La calidad de la comida, la atención del personal y el entorno histórico hacen de este lugar una parada obligatoria para quienes visiten Laredo.
#Gastronomía #Laredo #Historia #ComidaDeCalidad...
Read moreHemos ido en el día de hoy a este restaurante para comer, precisamente por las reseñas de Google. Sobre las 14:30, no mucho público, entramos y preguntamos a un camarero si tienen mesa para tres. Nos responde si la queremos fuera, indicamos que si es posible si, e irónicamente nos responde “fuera, sin reserva?”. Nos da la espalda, saliendo hacia la terraza, espetando que hablemos con su compañero del comedor, para ver si hay algún hueco a “alguna hora que le venga bien”. Vale, no tiene un buen día. Nos dirigimos al comedor donde está el compañero tomando comandas, sin mover aún nuestra boca esperando a que el hombre trabaje tranquilamente, y aparece el primer camarero en cuestión (la antítesis a la simpatía) y de unas formas no muy acertadas nos dice, básicamente, que nos movamos, que estamos estorbando. En una esquina. En fila. No hay NADIE. Por ese motivo nos hemos ido, no puedo valorar la comida pero si, la atención que ya de primeras ha sido...
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