Empezando por el servicio y la atención del personal, ha sido excelente. El lugar está decorado con gusto y rememorando el estilo rural de esa Extremadura de interior que tanto recomiendo. El interior está adaptado a las altas temperaturas que se destilan en Mérida en verano, aunque también tiene mesas fuera [cuando fui (julio 2022) había 3 mesas de 4 personas cada una]. Yo recomiendo llamar previamente para reservar mesa, yo lo hice y reservé para las 13:30h y se empezó a llenar el local paulatinamente. En cuanto a lo comida, han aunado tradición con un estilo más moderno, pero no han perdido de vista el producto y los gustos de siempre. La carta es sencilla y con opciones interesantes como el menú vegano, menú normal, menú degustación con más platos y el vegano. La verdad que yo, como celiaca, agradezco mucho que haya platos adaptados para los que tenemos esta "tara". Te daban siempre un par o 3 opciones para elegir en los diversos menús, si bien es cierto que el vegano tenía menos platos. En el celiaco (15€)probé el pisto que estaba hecho con tomate concentrado, sin patatas y con huevo frito y pimentón espolvoreado por encima. Aunque el pimentón, típico de la zona, estaba añadido en otros platos como en la morcilla de sangre (con forma esférica añadido en el menú degustación). De segundo pedí bacalao dorado, aunque tenía más patatas fritas (tipo paja) que bacalao. De postre estaba solo la opción de coulant de chocolate negro. En el menú normal estaban las migas que gustaron, con huevo, pimientos y pimentón también, sabrosas. Ese plato me sorprendió que estuviera en verano, porque siempre lo relaciono con la estación invernal. De segundo pidió mi acompañante salmorejo, muy fino y con mucho sabor, el color es verdad que anunciaba pintón. Pero tengo que aclarar que el salmorejo es una opción de primer plato, no de segundo, pero mi acompañante lo quería en vez de un plato de los de segundo que eran: Solomillo con torta extremeña, calamar romana o a la plancha y bacalao dorado. El postre en el menú normal era o tarta (que en el día que fuimos era nata montada con galletas trituradas, nada extraordinario) o yogur o fruta (fuimos un lunes y solo ofrecían naranja, en verano no están muy buenas, no están de temporada. En el menú degustación (30€ para dos personas) se incluía la morcilla que he nombrado previamente, los palitos crujientes (de masa filo) rellenos de patatera (un embutido de la zona) fueron los que más gustaron. Después vino la ensalada de codorniz con pasas (muy rica) y también incluía un plato de risotto (muy cremosito y llena muchito) de queso extremeño, de torta. Finalmente vino el solomillo, con una salsa que recordaba al regaliz y que estaba en un punto bastante aceptable para los que odiamos el rosa en las carnes. Finalmente trajeron leche frita (una porción para cada comensal). Aparte de menús ofrecían tapas, ensaladas, más carnes y entrantes. Pero muchos de los platos eran los mismos que los del menú. Yo recomendaría ir en familia o con amigos, y para disfrutar de la comida compartida, aunque sea un poco caro pero oye, un día es un día y además se nota que está preparada...
Read moreAyer fui a cenar con mi pareja y escribimos una reseña a la que nos han dado respuesta. Ya que la respuesta no se ajusta a la realidad, me veo obligado a escribir esta otra.
Es verdad que cuando un plato no es de tu agrado, el procedimiento es hacérselo saber al personal y el personal decide que hacer con esta circunstancia. Eso fue, tal cual, lo que nosotras hicimos. Transmitimos nuestro descontento con el plato y aún así no nos ofrecieron alternativa y nos lo incluyeron en la cuenta final (adjunto ticket)
Con respecto al pan, más que rebañar, necesitabamos algo para apoyar el proceso de digestión de esa argamasa a la que llaman cazuela de espinacas, a la que quisimos darle una oportunidad con todas nuestras fuerzas. He de subrayar que ni mi pareja ni yo nunca habíamos dejado un plato por acabar en ningún otro lugar.
Respecto a levantarse a pagar la cuenta, es verdad que si una persona tiene prisa y necesita salir cuanto antes de este antro, puede decidir libremente hacerlo, pero ese no fue nuestro caso. Como mi pareja específica en su reseña, estuvimos más de 20 minutos esperando desde que acabamos los platos, hasta que decidimos levantarnos a pagar y quedándonos con ganas de pedir postre y café (menos mal que no lo hicimos porque hubiera tenido que dejar mi riñon para pagar la cuenta)
Es una lástima porque hay que reconocer que el solomillo suprema estaba muy bueno y la terraza, aunque decorada con la misma apatía que tenía la camarera que nos sirvió, era muy acogedora e íntima.
Estamos de puente y volviendo a nuestra ciudad, por lo que ayer por mañana estábamos desayunado en Lisboa, comiendo en Cascais(Portugal) y a la noche, cenando en Mérida. Gracias al milagro de la automoción.
Nuestra intención no ha sido hacer daño, solo advertir a las personas que se informan a través de este medio de lo que se pueden encontrar al visitar vuestro establecimiento.
He disfrutado más de escribir esta reseña que de la propia cena. Insisto el solomillo buenísimo, la chica que nos atendió en barra SIMPATIQUÍSIMA y el chico muy...
Read moreNo volvería. Decir que la comida es buena, pero nada más entrar la camarera, eso sí, con una gran sonrisa (se pensará que así suena mejor lo que dice) nos dice que dónde vamos a meter el carrito del niño, que si lo hubiésemos dicho nos habrían puesto en otro sitio... (Qué por favor nos echasemos a un lado...siempre con esa gran sonrisa ...eso sí) no sé dónde nos habrían ubicado de haber avisado lo del carro, puesto que el local era estrecho en todos lados. Después la comida toda rica, no tengo un "pero", pero al finalizar la comida y pedirle el postre (pedimos menú normal) le pedí por favor a la chica, que nos pusiera de postre helado vegano ya que mi hijo de 3 años es intolerante a la lactosa y le gusta mucho el helado, que abono el plus que haga falta..y me dice la chica (siempre con la sonrisa, ya es hasta desagradable) que el postre del menú normal es tal talvy tal. Se va y al venir de nuevo le vuelvo a pedir por favor que me ponga el helado y vale, nos lo puso pero de forma desagradable. Entiendo que tienen los menús establecidos, pero tampoco creo que cueste tanto agradar al cliente y adaptarse un poco, no me importaba pagar un plus, creo que hay que ser un poco empático, un poco humano. Una persona puede querer tomar carne y no poder tomar lácteos y no por eso tengo que pedir el menú vegano completo... De verdad que no volvería, cuando sales de casa para comer fuera es para pasar un rato agradable y no para comer "a disgusto". En el primer momento, cuando pasó la circunstancia del carrito, deberíamos haber dicho que si no cabemos nos vamos y nos deberíamos haber...
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