La Madrila — Restaurant in Madrid

Nuestro sitio habitual de aperitivo y hoy el dueño nos ha tratado fatal. Después de llamar ayer para reservar y decirme que no reservaban pero que bajara como siempre a la 1 , ha llegado un amigo del dueño y le ha dado la mesa , nos la ha quitado en nuestras narices. Nos hemos tenido que ir. Y desde luego no volveremos.

En respuesta al dueño: Llamé el sábado por la tarde y hablé con Elena que me dijo que no reservaban pero que bajara como siempre a la 1 que es a la hora que abren y la tendría. Le expliqué lo importante que era porque bajaba con mi madre que está en tratamiento de quimioterapia y radio terapia y evitamos meternos en el interior. Bajaron mi madre y mi hermana a las 12:50 y mi madre se sentó porque no puede estar de pié mientras esperaban a que abrieran y usted, el dueño, desde lejos le dijo que no con la mano, que no se sentara en la mesa. Entró mi hermana y entonces apareció el señor al que sí le dió la mesa llamándole por su nombre por lo que entiendo que no era un desconocido. Sus modos dejan mucho que desear. Nos fuimos porque como le he dicho nos dijeron que todas las mesas de terraza estaban reservadas y no queríamos un interior por la situación de mi madre. Y debería guardarse esa soberbia para su casa y no para...

He tenido la oportunidad de visitar este restaurante varias veces, tanto con mi mujer como con amigos y familia, y tras varias experiencias, creo que los puntos más importantes son los siguientes:

La comida: Personalmente, los precios son un poco elevados, pero sin duda valen la pena. La calidad de la comida es bastante buena. Si tuviera que recomendar algo, no podéis dejar de probar los calamares y las gambas, para mí son de las mejores cosas que tienen en el menú.

El ambiente: El sitio tiene un ambiente muy familiar, pero también es ideal para quedar con amigos. He estado en la terraza cubierta, en el salón de atrás, en la barra… Pero, sin duda, lo mejor de todo es la terraza que da a la calle.

El servicio: Conozco el sitio desde hace años y he visto varios cambios, tanto de nombre como de personal. En general, el servicio es aceptable, aunque la barra y las zonas del interior suelen ser un poco demoradas y algunas camareras son algo secas. Sin embargo, recomiendo reservar en la terraza de la calle, donde siempre nos atiende un chico de Colombia que es muy amable, atento y eficiente. Aunque el local esté lleno, siempre ha logrado darnos mesa, nos atiende demasiado bien, sus recomendaciones son pertinentes. Recomiendo que sean...

Llegaba con tiempo de sobra a mi destino, y he parado a tomarme un café en este sitio que me cogía de camino. Y, más me hubiera valido no hacerlo: café en vaso (normal, ni XL ni nada por el estilo, tampoco café de especialidad) = 2,90 €. ¿Estamos locos? Le comento a la camarera lo desorbitado del precio, y le indico también que en la cuenta figura Capuchino, que no es lo que yo he pedido, ni mucho menos lo que me ha puesto. A lo que aquella me responde que, "claro, llevaba doble carga"... Pero es que yo tampoco había pedido doble carga, sino un café largo de café, que no es lo mismo. En cualquier caso, 2,90 € para un café con doble carga, en un local que sirve una gama de café normal, me sigue pareciendo un abuso. Además, servicio exageradamente lento. He pedido que me cobraran el café nada más sentarme, no había casi clientela, y ¿15 min para cobrarme? En fin, lamento escribir esta reseña tan negativa, evito hacerlo, como tampoco suelo juzgar el servicio o el producto por una única visita, soy consciente del daño que puede hacer a un negocio. Pero, en este caso, me he sentido muy engañada...