I’m thematically confused by this restaurant. The plaque says it’s a tribute to Disney and what he inspires everyday; however, it’s not only filled with Disney memorabilia but Warner Bros and Nickelodeon memorabilia as well. This place reminds me of a grandma’s house, knick-knacks covering every square inch of the walls, shelves, and, yes, even the ceiling.
Not only is this place overcrowded with bric-a-brac but the sensory overload one receives immediately upon entry is almost paralyzing. From the aforementioned trinkets to the colored lights, overcrowded floor space, and the fluctuating volume of background music, this place can be too much for the senses.
Ok, last negative thing. The menu is a QR code, which I personally dislike, and the place is a digital dead zone once you step inside. However, they have wifi but it is horrible. This makes ordering and the initial culinary experience frustrating.
On to the food! The food is quite good and thematic just like the restaurant. Speaking of the thematic, the drinks are super fun and come in the heads/bodies of different characters (it’s a lot cooler and less creepy than I just made it sound). Each drink can be made both alcoholic and non alcoholic. The food also arrives in thematic states such as the Krabby Patty comes in a Mr. Krabs basket and the nachos are served on a sombrero. Like I said, the food is really good; however, it’s all a little over priced in my opinion.
The wait staff is fun and funny. For example, each time a Krabby Patty is ordered, the wait staff come out singing the SpongeBob song. They are kind and try their hardest to accommodate your party.
Overall, not a bad place just a little confusing...
Read moreUn Mundo de Ilusión con Luces y muchas Sombras - Parte 1
Visitamos este restaurante con temática Disney con grandes expectativas, atraídos por su decoración, que sin duda alguna es uno de sus puntos fuertes. El local está muy bien ambientado, transportándote a un mundo de fantasía que encantará a los más pequeños (y a algunos no tan pequeños). Además, cuenta con dos ambientes diferenciados, siendo uno de ellos notablemente más atractivo ¡Cruza los dedos para que tu mesa esté ubicada en este espacio más especial! ya que el otro ambiente es bastante más normalito.
Sin embargo, la experiencia ya comenzó de forma desconcertante en la puerta. A pesar de contar con una reserva que no fue fácil de conseguir, reservando con bastante tiempo de antelación, nos dirigimos a la chica que esta fuera en la calle con un pinganillo para identificarnos, y nos indica que esperáramos unos minutos mientras preparaban nuestra mesa.
A pesar de que solo había otra pareja esperando con nosotros, sorprendentemente, en los siguientes minutos vimos cómo pasaban primero la única pareja que llegó antes, y luego, dos grupos de cuatro personas y otra pareja, dejándonos perplejos ya que nosotros también éramos un grupo de cuatro (dos adultos, un niño y una bebé). Al preguntar a la encargada por la demora, después de que tres mesas nos adelantaran inexplicablemente, su explicación fue que estas personas habían llegado antes, pero estaban tomando algo en el bar de delante. Esto plantea serias dudas sobre la organización y el sentido común: ¿entonces para qué hay una persona y una cinta en la puerta del restaurante indicando claramente que se espere su turno? Si nosotros llegamos y solo hay una pareja por delante, me resulta incomprensible que vengan tres grupos después y nos pasen por delante, sin siquiera unirse a la fila como hacemos todos. Además de tener que repetir nuestro nombre de reserva hasta en tres ocasiones, para mi gusto poca profesionalidad, sumada a lo que presenciamos con la gestión de la cola, nos dejó con bastantes dudas sobre la organización del establecimiento y empañó la ilusión con la que llegábamos. Otro aspecto que nos dejó completamente atónitos fue la gestión del acceso con carros de bebé. Ya habíamos leído sobre la supuesta "nueva normativa" que lo impedía, pero la "solución" que nos ofreció la misma persona de la entrada fue aún más sorprendente. Al preguntar dónde podíamos dejar el carro de nuestro bebé, con la esperanza de poder plegarlo y guardarlo discretamente dentro, su respuesta fue, para nuestra incredulidad, que podríamos dejarlo ¡EN LA CALLE!, añadiendo que ella lo vigilaría. En una calle con bastantes bares alrededor y un ambiente considerable, esta propuesta nos pareció una broma de mal gusto y una falta de consideración hacia las familias con niños. Para rematar esta cadena de despropósitos enfocados a las familias, descubrimos que ¡no hay cambiador para bebés en los baños! En un restaurante que, estamos seguros, basa gran parte de su atractivo en las familias con niños, esta carencia nos parece inexplicable. Y lo más increíble de todo, que todo sucede ¡antes siquiera de que pudiéramos entrar al local! La impresión inicial fue tan negativa que la supuesta magia de Disney se había esfumado por completo. Finalmente, una vez que nos sentaron en la mesa, la gestión del carro de bebé continuó siendo problemática. El camarero simplemente nos indicó que lo dejáramos debajo de la mesa, un espacio que resultaba prácticamente insuficiente, especialmente porque ni siquiera se molestó en apartar la silla para facilitar su colocación. Nosotros habíamos leído que se permitía entrar el carro plegado y que existía una especie de "bodega" donde se podía guardar, una opción que en nuestro caso ni siquiera se nos planteó. Sería mucho más honesto y menos problemático para las familias si el restaurante simplemente indicara claramente su política de NO admitir carritos, en lugar de generar toda esta confusión y hacer sentir incómodos a los clientes.
Hay parte 2, ver más...
Read more(My friends and I only experienced the restaurant service, and only the meats)
The atmosphere in the restaurant was pretty nice with the whole fairytale-cartoon vibe, but this is almost the only positive thing I can write about.
The meat was ok, nothing special, still it cost way above average (20-25€ for small to ok-sized portions), and definitely more than all the other restaurants we had been to, and have been to since. Same problem for the carafe of tinto we got: nothing special, we had one small glass each (6 people), and it cost 11.90€. When we got to the table (that we had reserved) a plate was missing, and glasses were missing too (for no particular reason, since we were all sharing an overpriced water bottle and the tinto de Verano), and it took a while before we got all the glasses and plates in order. (Plus, the knives they provide are definitely not good for cutting meat... It was a struggle). The service was also EXTREMELY slow , which could, maybe, be excused, but might not be for everyone, if you're in a rush or something; that's why I'm pointing it out.
This place has definitely a lot of potential, but our experience wasn't...
Read more