Tener un arrozal y conocer el mundo del arroz no garantiza que puedas regentar una Arroceria como restaurante. Son dos cosas distintas. Lo mismo ocurre con conocer el negocio del pescado (centrado en el foco mediterráneo), y tener varias pescaderías, para pensar que se puede acceder a la restauración sushi como si ello fuera un paso natural en el negocio. Murcia se ha vuelto "sushifila", y a la estela que crearon los iniciales locales de este género han crecido después los sushi advenedizos. Mipescado, como tantos otros, corresponde a esta moda, pero lejos de abrir un local al amparo consejero de las tediosas franquicias, lo ha hecho a la murciana. Es un shushi murciano, ello se nota desde el nombre hasta la carta de postres. El nombre japo no es más que marketing, pero llamarlo como las pescaderias es un claro guiño a recordar que el propietario es -a mucha honra- pescadero. De ahí a montar un pequeño local en el que cuando entras te topas con un expositor de pescado y hueles como en una pescadería, en la que te vas a sentar en alguna de las pocas mesas que el interior tiene disponibles, de ahí a esto hay un desatino pormedio. Como que no me va. Los restaurantes de sushi se han caracterizado por cuidar la decoración, el servicio y el ambiente y lógicamente todo tiene un precio. Banalizar todo esto y mantener los precios análogos, lo han hecho más de uno, asimilarlo a una pescadería sólo este. Las escasas dimensiones del local, que no dan para más de cuatro o cinco mesas de dos comensales cómodamente dispuestos, se contrarrestan con una terraza con sombrillas. Comer sushi en una terraza de Murcia (como no, en medio de la via pública) resulta en buena parte del año ( o todo) un poco chocante. Yendo a las coordenadas clave, el servicio, amable y educado, deja que decir en profesionalidad, y se ve en detalles. Para dos mesas de dos personas en el momento de llegar, esperamos unos veinte minutos a que nos sirvieran dos uramakis de la transparente loncha de viera cítrica, reconozco que muy rica, con mayonesa de pescado (guiño murciano, solo faltó el limón). La confección de las piezas es básica, ninguna elaboración esmerada, con buena materia sin que destaque por sabor o variedad. La presencia de salsas tipo mayonesa en muchas presentaciones queda fuera de lugar, como en un bao, donde las olas que lo topan terminan en tus dedos sin remedio y maquillan el sabor de un suave atun rojo picante . Los postres son un monólogo de moshis o bien alternativas nacionales como el sabroso bizcocho de tres leches o la tarta de queso manchego, guiño de sushi españolizado como otros dispersos por la carta, como las ensaladillas o la marinera. Una cena ligera de cinco piezas por persona (incluyendo anguila, tope precio), más un bao, un postre y una zero zero, por 60 €, te coloca en cuanto pidas algo más o un vino, entre una horquilla de...
Read moreNo sabría por dónde empezar para contar nuestra triste experiencia. Nada más llegar y sentarnos, habrán sido unos 15 o 20 minutos de espera mínimo para que nos tomasen nota. Nos disponemos a pedir y empieza la fiesta: la camarera nos recomienda encarecidamente una suculenta e irrechazable oferta de gamba roja por solo 5 euros. Nosotros aceptamos. Pedimos la croqueta de salmón flambeado y unas gyozas. Y finalmente el sushi, el cuál la carta de la página web es totalmente distinta a la que te ponen allí. Cuando llega la propuesta de la camarera, resultó ser quisquilla blanca (y fría) de la de toda la vida (más pequeña incluso de lo normal). Empezamos bien, nos venden como gamba roja algo que no tiene nada que ver. Pasado un buen rato estando de brazos cruzados, le comento a la chica que llevamos un buen rato esperando el resto de entrantes. Nos traen unas croquetas que nada tienen que ver tampoco con las que hemos pedido (trajeron las de chipirón en su tinta) , a lo cual le comento que eso no es lo que hemos pedido y nos responde con un: "es la que ha hecho mi compañera" y nos insta a comerla porque a ella le da la gana. Obviamente le he dicho que se las lleve, pues lo mínimo que podían haber hecho es avisarnos de que no tenían ese producto y no traernos lo que ellos quisieran. Empezó a llegar el sushi (y aún faltaba un entrante). El sushi estaba bien de sabor, la calidad no es mala, pero el precio es igualado a los mejores restaurantes de la región de Murcia tales como Enso o Maguro, concretamente 12-14€ por medio uramaki (4 piezas) donde claramente la relación calidad-precio está totalmente descompensada. Hasta el futomaki estaba mal cortado. A la hora de la cuenta, me dispongo a pagar. Total: 91,50€. Me acerco a la barra y le comento las cosas que no me han gustado, en especial el tema de la gamba roja. La respuesta de la camarera ha sido sublime: "Ah pero te la has comido". Si te parece, la pago y no me la como. De lo que me he quejado es de la publicidad engañosa que hacéis, que incluso en el ticket de la cuenta pone que es blanca, lo que deja evidente el engaño de vuestro cartel. Y por cierto, la mesa que teníamos al lado se ha quejado de lo mismo. En definitiva, hemos pagado un precio propio de los mejores restaurantes de Murcia, donde te atienden de forma exquisita, por un servicio lamentable. La justificación del local ha sido que hoy les ha faltado el cocinero, lo cuál me parece una excusa muy pobre. Consejo para la gente: usad esos 92€ en un sitio como el Enso, Maguro u otros restaurantes de Murcia, os atenderán mejor y disfrutaréis el triple. Nosotros desde luego,...
Read moreAntiguo local de pescadería reconvertido en restaurante. Teníamos muchas ganas de probar este local, cada vez que pasábamos pensábamos “tenemos que venir” y hoy ha sido el gran día. Y digo gran día porque ha sido una gratísima sorpresa, teníamos cero expectativas porque nadie nos había hablado de él y por ello ha sido todo un gran descubrimiento. Vamos poco a poco, hemos empezado por pedir un albariño muy bueno, Pazo Señorans, fácil y fresquito que ha acompañado a todo muy bien y unas ostras francesas que eran de primerísima calidad. Después hemos probado las gyozas de gamba roja, si os gusta el sabor a jengibre no os dejarán indiferentes. Nos hemos dejado aconsejar por la chica que nos atendió, Marta muy maja y acertada en sus recomendaciones. Hemos seguido con caballitos que estaban maravillosamente ricos y después hemos pedido unos uramakis, el Oporto (espectacular), el trufado de pez mantequilla (delicioso) y el extra trufado de salmón (toda una explosión de sabores). Hemos terminado con unos bao recién hechos y calentitos de atún, pero no de un atún cualquiera, sino de un atún rojo que quita el sentido, de verdad muy bueno. Y para rematar esta maravillosa cena hemos pedido un postre por probar, ya que todos son artesanos y hechos en casa. El postre elegido ha sido la tarta de manzana, un tatín de manzana calentito servido con helado de ron con pasas, para chuparse los dedos. En definitiva, sin duda ha sido un gran descubrimiento y prometemos volver muchas veces y probar toda su carta. El trato es muy cercano y estás muy cómodo, como en casa. La materia prima es de primerísima calidad y se nota que les gusta su trabajo. La chica encargada de preparar todo el sushi es una profesional y da encanto verla trabajar. Muy...
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