Los orígenes de la ocupación de este solar hay que buscarlos en un primigenio palacio construido con anterioridad a 1145, que es cuando se produce la primera referencia escrita del llamado Dar al-Sugra, residencia palacial de recreo situada fuera de las murallas de la medina árabe de Murcia, en la parte norte del arrabal de la Arrixaca; zona residencial con disponibilidad de aguas de la Acequia Mayor Aljufía (que transcurre por el lado sur del monasterio).
Este inmueble tardoalmorávide sería el que el rey taifa Ibn Mardanis (el Rey Lobo) reformaría o reconstruiría durante su reinado (1147-1172), para proporcionarle las dimensiones y riquezas propias de su poder.
A partir de la conquista almohade de Murcia (1172), se produjo una etapa de abandono del edificio. Los restos arqueológicos de su cúpula de mocárabes evidencian que sus pinturas fueron ocultadas con motivo de la ortodoxia almohade.
Posteriormente, con la creación de la Tercera taifa de Murcia, el rey murciano Ibn Hud al Mutawákkil construyó entre 1228 y 1238, sobre el palacio anterior, el conocido como Al-Qasr al-Sagir (Alcázar Menor), concebido así mismo como un palacio de recreo situado en la referida zona residencial de la Arrixaca. Inmueble que contó con unas dimensiones sensiblemente inferiores a las del edificio precedente.
La mayor parte de los valiosos restos arqueológicos que guarda el conjunto patrimonial actual son del Alcázar Menor, puesto que el monasterio de las clarisas se edificó utilizando la estructura del antiguo Al-Qasr al-Sagir.
Las posesiones de la familia real musulmana se completaban con el Alcázar Mayor, la residencia oficial del monarca que se encontraba en la zona sur de la ciudad amurallada, ribereño al río Segura.
En 1238, Ibn Hud murió asesinado en Almería. En 1243 se firmó el Tratado de Alcaraz, por el que la Taifa de Murcia se convirtió en un protectorado de la Corona de Castilla, manteniendo la autonomía de los musulmanes. En cumplimiento del tratado, el Alcázar Mayor fue ocupado por una guarnición cristiana por lo que el Alcázar Menor pasó de ser un palacio de recreo a residencia permanente de la familia real murciana, encabezada en aquel momento por Ibn Hud al-Dawla (tío del anterior), que todavía se intitulaba como "rey de Murcia".
Después de que fuera sofocada la revuelta mudéjar por el rey Jaime I de Aragón y de que la ciudad pasara definitivamente a control cristiano el 2 de febrero de 1266, el Alcázar Menor se convirtió en Casa Real de la monarquía castellana. Personajes tan ilustres como Alfonso X el Sabio, Violante de Aragón y Jaime I de Aragón residieron largas temporadas en sus estancias con ocasión de sus visitas al Reino de Murcia.
En esta época, la finca palatina, que incluía no sólo el palacio sino otras construcciones, baños, huertos y jardines, fue subdividida y entregada a diversos beneficiarios, entre ellos el propio rey de Castilla y su familia, surgiendo el Real de la Reina o la finca del infante Don Fernando entre otros. En ambos espacios residió el rey Jaime I durante su nueva estancia en la ciudad durante 1274.
Anteriormente, los monarcas cristianos ya habían cedido a los Franciscanos una parte de la finca palatina, pero fue en 1365 cuando Pedro I el Cruel donó sus estancias palaciales a la abadesa Berenguela de Espín y a la Orden de Hermanas Pobres de Santa Clara, manteniéndose en su propiedad hasta nuestros días.
En 1367 las monjas obtuvieron permiso del obispo Nicolás de Aguilar para acondicionar las estancias (en aquel tiempo ya semi-ruinosas) en convento. El antiguo patio musulmán se convirtió en el centro de la vida conventual, añadiéndole poco a poco las arquerías y las dependencias colaterales.
Superadas las penurias del siglo xiv, el monasterio vivió un momento de esplendor a finales del siglo xv, cuando recibió la protección personal de los Reyes Católicos, por lo que se pudieron acometer las obras del claustro y la iglesia en estilo...
Read moreIconic historic structure in downtown Murcia. The restored convent complex is rich in its legacy roughly with 12th century origins, 13th century Muslim heritage, before the order of St. Claire took over in the 14th century. Elements include the church, an independent free cultural space for the CajaMurcia foundation, private quarters for the nuns, and the free museum where views of the historic patio can be enjoyed.
The museum offers two distinct levels concentrating on classic religious art and archaeology. While not very extensive, both areas are interesting with quality artifacts, although the archeological side feels partial in some of its educational displays, edging on downplaying the Moorish origins and foundations. Nonetheless, it is an enjoyable experience, and an important cultural experience...
Read moreAntes de nada, el museo merece mucho la pena visitarlo, es muy chulo.
Hemos estado hoy en el evento Open House con una visita guiada. Cómo visita guiada ha sido horrible pero como show cómico ha sido estupendo. Primero hemos llegado y de 40 personas que conformaba el grupo nos hemos perdido alrededor de 25-30 personas, dando vueltas por el museo durante 10 minutos buscando a las guías. Lo más cachondo de todo es que hemos pasado por delante suya 3-4 veces y no nos han dicho nada 😂😂😂 total, que al final ha habido una señora que las ha encontrado y los otros 25 hemos ido detrás. Para colmo, una de ellas encima se ha hecho la ofendida, como si fuera muy normal que dos guías (recalco eran 2) pierdan al 70% del grupo. Luego hemos empezado la visita, donde ha empezado lo mejor.
Una de ellas no se le escuchaba absolutamente nada y acababa todas las explicaciones diciendo "po eso" y "ya está", diciendo cómo mucho dos frases seguidas.
La otra (la ofendida) se ha querido hacer la graciosa y lo único que nos hemos enterado es que el open House se hace en Murcia porque son "los más chulos del barrio" y que la Gran Vía se cargó el casco histórico "porque sí, por los dineros".
No hay que olvidar otros momentazos, como cuando ha dicho "acérquense a la maqueta" pero luego al segundo ha dicho "pero no todos!!!". De verdad que ha sido una risa ver a 40 personas sin saber qué hacer con un sentimiento entre risas y miedo
Luego hemos subido arriba y las explicaciones han brillado por su ausencia y nos hemos enterado de que el cristo está muerto y no agonizando, todo porque una de las guías ha requerido a un sanitario solo para que lo confirme en el acto 😂😂😂 ha habido muchos otros momentos graciosos pero se me alarga la opinión.
Fuera de bromas, la visita ha sido muy mejorable, pero el museo merece muchísimo la pena, pero con...
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