No se trata de acusaciones ni de difamaciones, se trata de una reseña a un restaurante que nos ha brindado un servicio pésimo. Una dosis de aceptación de las críticas, cortesía y profesionalidad le ayudaría a calificar con términos adecuados una reseña que, objetivamente, no reviste la gravedad que le atribuye. Las únicas acusaciones y difamaciones que se han vertido en este espacio son las suyas hacia mi persona y acompañantes, al asegurar que fui a su restaurante "con la idea de inventarme algo para comer sin pagar". Mi opinión ha permanecido inamovible desde la primera reseña, aunque entiendo que tras asumir que mi comentario sobre el mal estado de la lasaña es verídico, haya abandonado el contenido de la crítica y se haya centrado en la forma de la misma. En cuanto nos percatamos del mal estado de la lasaña, tras numerosas advertencias de la persona que la estaba consumiendo, y hubimos corroborado, todos los comensales, que no era apta para el consumo, me acerqué a la barra para comunicárselo. Le repito que no pretendíamos que nos devolviera el coste del plato en tanto que estos fallos pueden llegar a suceder en un sector como el de la hostelería por la inmensa carga de trabajo (lo cual no justifica en ningún caso los hechos; la salud del consumidor debe ser una prioridad para cualquier establecimiento). Nuestra única intención era que usted, y en cocina, tuvieran constancia de los hechos para evitar que le ocurriera a otros clientes. Para comprobar que un plato está en mal estado hay que probarlo, parece evidente. Fue lo que hicimos todas las personas en la mesa pero, desde luego, no se lo entregamos al 95%. Está usted reiterando una falsedad que, por mucho que repita, no se convertirá en cierta. La lasaña estaba en mal estado, no creo que sea algo discutible. Se encontraba ácida, añeja y rancia. Lo advirtieron todos los comensales presentes, así que no se trata de una percepción sino de una realidad, que debería haber comprobado usted como encargado de la atención al cliente. No siendo suficiente con lo anterior, nos trata usted de manera realmente desagradable y poco profesional. Ya algunas reseñas advierten de su irascibilidad en la...
Read moreOn est tombé sur ce restaurant en marchant dans les rues piétonnes de San Cristobal de la Laguna. On aurait pas dû s’arrêter même si la devanture avec sa jolie porte en bois était attrayante. On nous a indiqué une table pour nous assoir ( dans le passage) . Quand on est arrivé il y avait 5 tables dont deux déjà servies. La serveuse qui était de bonne intention a pris notre commande. Nous avons été surpris de voir que la table de 5 personnes ( avec deux enfants) à côté de nous s’est levé et a demandé l’addition avant même d’avoir fini de manger. J’ai compris pourquoi après… Au bout de trente minutes je me suis levé pour me renseigner si on ne nous avait pas oublié. Nous avions commandé une pizza, une lasagne et une spaghetti carbonara. La serveuse m’a sourie et m’a dit que cela arrivait. Nous avons donc était servi 10 minutes plus tard… Alors là, la douche froide!! Une pizza dans un restaurant italien qui n’est déjà pas cuite au feu de bois, pas du tout aérienne mais plutôt une biscotte. Les Carbonara insipides et les lasagnes qui à part de la crème n’avaient pas grand chose. La serveuse nous demande en nous débarrassant si tout était bien alors que ma fille n’avait mangé que la moitié de sa lasagne et la pizza que je n’avais pas terminé; nous n’avons pas su quoi répondre. J’ai demandé l’addition et nous avons constaté que les Gressinis posés sur la table sont facturés ( mais apparemment c’est de coutume et c’est 85 cts donc pas d’esclandre non plus). Voilà notre expérience, je pense que c’est un restaurant qui vit de clients qui ne viennent et ne viendront qu’une fois de toutes façons.. Mais c’est bien dommage… Alors si vous êtes de passage dans ces charmantes rues, ne faites pas comme nous, consultez d’abord les avis Google ça...
Read moreEn referencia a su respuesta a mi reseña: No voy a tolerar que insinúe usted que me quejé del estado de la comida para no pagar la cena. No es que la lasaña no estuviera en su punto, es que estaba estropeada y ácida. En cuanto una persona dijo que su plato se encontraba en mal estado, lo probamos y pudimos comprobar que, efectivamente, no era apto para el consumo. En ese momento se lo comunicamos, después de varias advertencias de la persona que lo estaba consumiendo. Ni siquiera pretendíamos que nos devolviera el importe, ya que entendemos que es algo que puede suceder en un sector como la hostelería, en que los trabajadores tienen una carga enorme. Para cobrar los alimentos de cortesía es necesario que su precio se especifique en la carta y que, además, se advierta previamente al cliente de que se le va a cobrar. Para su información, la persona que ingirió la lasaña de carne se encuentra con dolor de estómago, malestar corporal y totalmente descompuesta. Si necesita informe médico, puedo decirle que vaya al centro de salud para proporcionárselo, pero me temo que este asunto no quedaría en una simple reseña. Volveré al local esta tarde y, ahora sí, espero que me compense el valor del alimento, por nimio que sea. Prepare también una hoja de reclamaciones. No voy a permitir que me injurie públicamente ni que intoxique a...
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