caféLaMorena — Restaurant in Santiago de Compostela

No soy una persona que acostumbre poner reseñas en Google, de hecho cabe destacar que es la primera que voy a poner, pero es que no podía dejar pasar mi opinión dado que la camarera ni nos quiso escuchar. Llegamos a las 22.00 al local y con toda la educación del mundo le preguntamos si nos podíamos sentar para tomar unas cervezas y picar algo, nos dijo que si y antes de sentarnos nos preguntó que hora era por si la cocina ya estaba cerrada. Hasta ahí todo correcto, la chicha empieza ahora. La camarera nos trae la carta, elegimos en 5min y viene a tomar comanda. Primero anota la comida y por último nos pregunta que queremos beber: dos claras de limón y un agua grande FRÍA. Le preguntamos que croquetas nos recomienda de las tres y no sabe, dice que cualquiera. Lo mismo con las "ensaladas" de tomate, nos recomienda un "donut" de burrata. Vuelve y nos dice que uno de los tres platos que pedimos que no puede ser, que no tenía melocotón para el pulpo, cambiamos por unos fingers, no pasa nada. Al cabo de 2min nos tira en la mesa las copas para el agua, los platos (uno de ellos roto por varias partes) y los cubiertos, las croquetas, el "donut" de burrata y tomate ( que no entiendo porque le llaman donut a 5 rodajas de tomate que no está maduro, insípido, sin sal con una burrata mal puesta encima y con una emulsion de aceite y albahaca que debía de estar en la nevera porque estaba cristalizada, pero bueno...) y los fingers de pollo que sustituimos por el inexistente pulpo. Acabamos en seguida, ya que la cantidad de comida por ración deja mucho que desear y no es escasa, es CUTRE. La camarera nos retira los platos sin el más mínimo interés en que nos había parecido el producto, ni en preguntarnos si queríamos algo más. Esperamos 20min a ver si se dignaba a preguntarnos si queríamos algo más y le dijimos: "¿por favor nos traes la cuenta ya que no nos has preguntado si queríamos algo de postre o café?", efectivamente nos trae la cuenta (sin revisar, porque nos estaba cobrando 20€ de pulpo que no comimos porque no había) y nos dice que no nos ofreció postre porque la cocina estaba cerrada. En la mesa de al lado 2minutos antes había puesto trozos de tarta que tenían en la barra y no dependen de cocina, si no de las ganas de trabajar del personal, y helados, que más de lo mismo. Café por supuesto que no, porque la maquina ya se empezó a limpiar a las 22.00 y entonces es impensable que una persona que viene a cenar y acaba a las 22.45 tomé un café en la máquina que ya está limpia cuando el local cierra a las 00.00h, muy normal también. Como disculpa nos dice que ha tenido un día muy ajetreado y que estaba a tope, cuando dentro había 4 personas cenando y fuera 10 personas con cañas y postre. Poco entendible. El agua fría estaba del tiempo. Destacar que el precio es elevadísimo para la cantidad que ofrecen, 5 rodajas de tomate, una burrata, un chorro de aceite y albahaca 18€, que...

Cafe trying to be something they are not. Dishes on the menu that are not done properly. They say the use the finest ingredients but nothing tasted, so we disagreed. The owner was very egoistic and defensive and disliked our feedback. I sent my breakfast back as it was very poor for the amount being charged. They removed it from the bill, but the owner would not accept my reasoning and kept saying how great everything is. She knew I was English despite being almost fluent in Spanish and she was trying to tell me this is Spain, i told her we’d lived here for 20 years… she didn’t like it. We also felt animosity between the owner and staff, they know what she is. You’re not paying for great food and service, you’re paying for her ego and lifestyle. Interior dark and depressing. On sitting down we wanted to leave but didn’t want to cause a fuss, but wished we had gone with our first instincts. Avoid,...

Es la segunda vez que paro en este local y en ambas ocasiones la experiencia no fue del todo buena.

En la primera ocasión acudimos tres personas a merendar y no fue una experiencia del todo agradable, pues faltaban muchas cosas de la carta, la calidad y cantidad del producto no fue la esperada y no cobraron exactamente el precio que indicaba la carta, haciendo bastantes malabarismos para justificar el sobrecoste.

Ayer mismo acudimos por la tarde de nuevo otras tres personas para tomar algo y, si pudiese ser, picar unas croquetas o cualquier cosa. Lo de picar algo fue imposible, salvo que fuese algo dulce como tarta o croissant, pues llegamos a las 20h y justo nos dijeron que cerraban cocina a las 20h (cosa algo extraña cerrar cocina a esa hora cuando están abiertos hasta las 24h), por lo que simplemente pedimos dos cafés con leche doble y un refresco.

Entiendo que ese local tendrá un coste de gestión bastante elevado y los precios han de ser algo superiores a los esperados en otros lugares, pero el café es el más caro de Santiago, estando al mismo precio que en la cafetería del hotel más caro de la ciudad (2,40€) con la salvedad de que allí al menos te dan un minicroissant o unas galletitas y un chupito de zumo de naranja natural para acompañar. Aquí nada.

Pero aparte del precio, lo que más nos desagradó fue el servicio, pues a pesar de no ser en ningún momento groseros directamente, la simpatía y amabilidad no es algo que caracterice al personal.

Como puntos a favor destaco la variedad en la carta, la existencia de opciones para veganos, sin gluten, etc. El propio local también es algo a destacar, pues tiene un estilo atractivo, con un diseño y decoración que crea un buen ambiente interior, manteniendo una buena atmósfera y una cómoda distribución de los espacios. Como es de esperar, todo se encuentra en perfecto estado de limpieza.

¿Recomendable? Como he mencionado, el mejorable trato por parte del personal y la mala relación calidad-precio de la que he sido testigo en mis dos visitas, hacen que mi impresión general de este establecimiento sea bastante negativa, sobre todo disponiendo de mejores alternativas...